La compañía Animalario regresa al Teatro de la Abadía y recurre a un clásico del italiano Carlo Goldoni, en el tercer aniversario de su nacimiento, para ofrecer una nueva sátira del mundo actual en "Argelino, servidor de dos amos", la historia del primer inmigrante ilegal que llegó a Europa.

El Argelino de Animalario, su particular versión del Arlequino del autor teatral italiano, bien podría ser cualquiera de los inmigrantes que hoy, día 11 de diciembre, vuelven a protagonizar las páginas de los periódicos.

Con él se perfila "este viaje que es la vida y las reglas de dominación que aún ejercemos los seres humanos", explicó hoy Andrés Lima, miembro de la compañía teatral y director de escena de este montaje, que estará en escena desde este jueves y hasta el próximo 22 de enero en el Teatro de la Abadía.

"Argelino, servidor de dos amos", una coproducción que se suma al teatro madrileño desde donde Animalario logró el Premio Nacional de Teatro en 2005 con "Hamelin", remite al personaje de Goldoni quien reinventó con esta obra el concepto de "Commedia dell'Arte", tradición teatral basada en personajes arquetípicos propios de la sociedad de la época, y que encarna una crítica a la sociedad del siglo XVIII, regida por la desigualdad de derechos en función de género o rango social.

Una adaptación a medio camino entre "una fiel reproducción y una profunda profanación del original", cuyo texto firma Alberto San Juan y con un elenco de siete actores, que encarnan decenas de personajes diferentes, encabezado por otro miembro de Animalario, Javier Gutiérrez, junto a actores habituales del Teatro de la Abadía, como Elisabet Gelabert, Alberto Jiménez y Rosa Manteiga, entre otros.

Para mostrar su nueva fábula, la compañía ha decidido tomar las enseñanzas de Goldoni -que a su vez adaptó otro pionero teatral como Bertolt Brecht- e "instruir deleitando", apunta Andrés Lima, quien ha dirigido para Animalario espectáculos reconocidos como "Hamelin" y "Últimas palabras de Copito de Nieve", ambas de Juan Mayorga, "Alejandro y Ana" -Premio Max al mejor espectáculo en 2003- y la reciente "Marat/Sade", además de encargarse de la polémica "gala de las pegatinas" de los Premios Goya de 2003.

De esta forma se han aplicado con cierta libertad las reglas de la "Commedia dell'Arte" a "Argelino, servidor de dos amos", que se construyó a partir de un taller de investigación basado en la improvisación de los actores que luego conformó el texto final de la obra, como ocurría con los "canovacci", el guión en el que se basaba esta forma de dramaturgia clásica.