Este artículo se publicó hace 13 años.
Asocian los problemas de la lactancia con la depresión materna
Por Amy Norton
Las madres primerizas condificultades para iniciar la lactancia tendrían más riesgo dedesarrollar depresión postparto que el resto, indicó unestudio.
Esta situación no prueba que los problemas de la lactanciacausen los síntomas de depresión. Pero los investigadoresaseguran que las mujeres y sus médicos deberían saber que ambosvan de la mano, según publicó Obstetrics & Gynecology.
El estudio halló que de casi 2600 madres que nunca habíanamamantado, menos del 8 por ciento tuvieron un resultadopositivo en un test de depresión mayor a los 2 meses delparto.
Y ese riesgo fue mayor en las mujeres con dolor mamariograve o que en general "les disgustaba" la lactancia en lasprimeras semanas de vida del bebé.
Se desconoce si la dificultad para amamantar es laresponsable, según la autora principal, Stephanie Watkins,epidemióloga de University of North Carolina, Chapel Hill.
Una limitación del estudio es que el equipo no contó coninformación sobre si las mujeres habían tenido depresióndurante el embarazo, destacó el estudio. Podría ser que lalactancia fuera más difícil para a las mujeres que ya estabandeprimidas.
"Todo es más difícil cuando una persona está deprimida",dijo la doctora Alison Stuebe, obstetra y ginecóloga de la UNCque participó del estudio.
Por otro lado, opinó que es posible que factores hormonalesinfluyeran en los problemas de la lactancia y la depresión. Elequipo de Stuebe está desarrollando estudios para analizarlo.
Lo importante, según los expertos, es que los problemaspara iniciar la lactancia podrían actuar como una señal dealarma de la depresión postparto en algunas mujeres.
Watkins y Stuebe sugirieron que las madres primerizasdeberían hablar con el médico sobre cualquier problema parainiciar la lactancia. Y éstos deberían analizar la posibilidadde evaluarlas para detectar la depresión postparto.
El American College of Obstetricians and Gynecologists(ACOG) asegura que no existen pruebas suficientes como pararespaldar la pesquisa rutinaria de ese trastorno en las madresprimerizas. El temor principal es el exceso diagnóstico y lostratamientos cuando no se necesitan.
Por otro lado, ACOG sostiene que el control para detectarla depresión puede ayudar a las madres primerizas y a susfamilias, por lo que "debería considerarse". Según Stuebe, "elestudio sugiere que los problemas para iniciar la lactancia"serían un factor de riesgo".
Los resultados surgen de 2586 mujeres estadounidenses quehabían participado en un estudio sobre prácticas de lactancia.Todas habían amamantado a sus bebés y respondieroncuestionarios sobre la experiencia en las primeras semanas.
Cuando los bebés tenían 2 meses de edad, les realizaroncontroles para determinar si tenían depresión.
En general, las mujeres con depresión eran más propensas ahaber sentido dolor grave en las primeras semanas de lalactancia. El 35 por ciento dijo que había sentido dolor en laprimera semana, comparado con el 22 por ciento del grupo sindepresión.
Tras considerar otros factores (edad, educación y etnia),el dolor mamario estuvo asociado con el doble de posibilidad dedesarrollar depresión postparto.
Las mujeres a las que les "disgustó" la lactancia en laprimera semana de vida del bebé eran un 42 por ciento máspropensas a tener depresión postparto que el grupo al que legustó la experiencia.
Nada de eso, enfatizó Stuebe, significa que las mujeres alas que no les gusta amamantar estén destinadas a tenerdepresión. Pero dijo que las mujeres y los médicos deberíansaber que son dos factores que "están relacionados" y quealgunas madres que sienten que la lactancia es dolorosa o muydifícil podrían estar deprimidas.
Según ACOG, la depresión postparto leve, que se manifiestacon síntomas como ansiedad, tristeza o irritabilidad los díasposteriores al parto, es muy común.
En cambio, la verdadera depresión postparto no es tanfrecuente y afecta al 10 por ciento de las nuevas madres, consíntomas como tristeza profunda, ansiedad o desaliento que nomejoran a la semana del parto e interfieren con las actividadescotidianas.
El tratamiento incluye antidepresivos, que en general seconsideran seguros durante la lactancia, aunque ACOG aseguraque los grupos de apoyo y otras opciones no farmacológicastambién dan buen resultado.
FUENTE: Obstetrics & Gynecology, agosto del 2011.
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