Este artículo se publicó hace 15 años.
Las aventuras de Súper-Fito
El rockero vasco, tan campechano como su boina, regresa con su estilo de siempre en 'Antes de que cuente diez'
Cara a cara, Fito parece un dibujo animado: gorra de pana, dos aros en las orejas, gafas blancas, camiseta y vaqueros ajustados, botas de cowboy con la silueta de unas lenguas de fuego, cara de calavera, cuerpo de bonsai, brazos de musculitos... Sólo los manotazos made in Bilbo que te atiza en la espalda al saludarte hacen que te percates de que es de carne y hueso (y qué hueso). Ya con la conversación avanzada, uno descubre, primero, su energía incombustible y comprende, segundo, por qué este cuarentón vasco, bajito y feo se ha convertido en uno de los rockeros más cotizados de España en la última década. Parece que tiene un petardo en el culo, el tío.
El martes publica disco, Antes de que cuente diez (DRO, 2009). ¿Volverá a funcionar la Fórmula Fito? Por lo pronto, tras escuchar el álbum en diagonal en las oficinas de su sello, no es difícil reconocer las nuevas La casa por el tejado y Soldadito Marinero (la canción Catorce vidas son dos gatos es clavada a esta última). Él, todo naturalidad, no piensa demasiado en estas cosas. "Lo de repetirse es cuestión de lecturas. Hay gente que disfruta porque oye tres compases de una canción y ya sabe que es mía, mientras que a otro es precisamente esa identificación lo que no le gusta", responde, con gestos un tanto amanerados. Y sigue hablando...
El exito"La gente valora que hagas las cosas como tú quieres"
"Si alguien supiera qué hay que hacer para tener éxito, todo el mundo tendría éxito. Yo no sé cómo lo he conseguido. Si tuviera que explicarlo a posteriori, creo que la gente lo que más valora es que hagas las cosas como quieres hacerlas de verdad. Por ejemplo, para este disco tenía que escoger un single y me decanté por Antes de que cuente diez. Pues a todo el mundo le parecía que no era un single: una canción que dura cinco minutos, con tres solos de saxo Pero yo lo vi claro. Cuando no vas buscando exclusivamente la rentabilidad, es cuando tienes más posibilidades de que salgan bien. Si has hecho una canción pensando en la radio, te has equivocado".
Los bares"Voy poco, ya no son una tentación"
"Ya no son una tentación. Siguen siendo... [cantando] baaaares, qué lugaaaares. Tienen ese encanto. Yo es que veo los bares de una forma muy especial, porque he crecido en un bar y tengo muchas amistades en los bares. Cuando salgo por ahí no voy a este bar o al otro, sino que voy a ver a Javi, o a no sé quién. Hoy en día voy poco a los bares, pero siguen estando en mi cabeza, porque cuando compongo o hago letras aparecen".
Las letras"Muchas veces no sabes qué poner"
"Es un gran problema para una canción: no tener letra. Muchas veces no sabes qué poner. Tengo una forma un tanto anárquica de componer: voy rellenando cuadernos. Tengo una canción con un párrafo, otra un poco más grande y otra de seis párrafos. Y de repente a esta última le quito cinco párrafos y se los pongo a la que sólo tenía uno. Lo que está de puta madre, porque ya tengo una, pero con la otra me he quedado en pelotas".
La vida"Sin discos y sin conciertos, llegas a sentirte un inválido"
"Cuando termino las giras me dedico a andar en moto y estar con mis hijos... No se me ocurre decir: voy a hacer una canción. En mi caso, no tengo mono de escenario. Pero sí que llega un momento en que lo necesitas. Es fácil inventarte una semana de tu vida, pero cuando tienes todo el tiempo del mundo Llegas a sentirte un inválido. En el fondo es como que no produces nada. Y en el momento en que tienes cuatro o cinco canciones ya tienes un proyecto y ya estás pensando que trabajas en algo, y eso a los seres humanos nos hace sentirnos bien.
Las giras"Un rockero en gira tiene que ser un poco atleta"
"Un rockero de gira es como un ciclista en el tour, y no estoy hablando de controles antidoping (risas). Hay que ser un poco atleta. A nadie se le ocurre hacer una gira si no está en forma. Te echas tus siestas. Antes era distinto: con 20 años lo único que tenías en mente era salir de casa y tocar, y desde el momento en que sales por la puerta es una fiesta".
Los sentimientos"De eso hablo, porque son algo fácil de compartir"
"La mayoría de las cosas de las que hablo son normales, no son más que sentimientos. Y eso es algo fácil de compartir, porque quien más quien menos ha subido esos puertos. Dices cosas que cada uno puede interpretar a su manera. Por ejemplo, Antes de que cuente diez: ¿Qué quiero decir? Pues tú sabrás".
Y el gusto inconfesable"Me gustan algunos temas de María Dolores Pradera"
"Si la oigo en la radio me gusta. Suena auténtica, me la creo".
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