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Bezsonoff regresa melancólico a una Francia que ya no existe en su nuevo libro

EFE

El escritor catalano-francés Joan-Daniel Bezsonoff regresa, melancólico, a una Francia que ya no existe, en la que "el cine hacía soñar, los carteros pasaban dos veces al día y los gendarmes pedían la documentación con la voz de Fernandel", en su nuevo libro, "Una educació francesa".

En una entrevista con Efe, explica Bezsonoff -que se considera a sí mismo un catalán del polo norte y no un francés del extremo sur- que esta obra es un encargo del director de la revista de Historia "L'Avenç", Josep Maria Muñoz, sobre su infancia y sus recuerdos por toda Francia, puesto que por la profesión de militar de su padre residió en siete ciudades distintas como Massy, Briançon, Niza, Mende o Perpiñán.

Aunque empezó como una petición de Muñoz, reconoce el escritor, que tampoco esconde sus orígenes rusos, que, enseguida, entró en esta historia, "en la que todo lo que cuento es real, excepto un texto en el que hablo de la obtención de mi carné de conducir, aunque sí es cierto que no lo conseguí, ya en la treintena, hasta la sexta ocasión en la que me examiné".

De hecho, aprovecha Bezsonoff para, en este punto, realizar una pequeña digresión y aseverar que "el mayor triunfo de mi vida ha sido sacarme el carné de conducir, que necesitaba, pero que me ponía muy nervioso por la presión que suponía esta obligación".

En su opinión, ser depositario ahora de este documento "además de una victoria contra mí mismo y de una recuperación de mucha autoestima, me ha permitido gozar de la conducción, algo que me encanta, encuentro muy agradable y que me permite meditar mucho".

Joan-Daniel Bezsonoff, considerado uno de los autores actuales más originales en catalán, subraya que tiene una excelente memoria, "lo recuerdo todo, sencillamente", pero para poder fijar mejor los retratos que ofrece al lector en este libro de diferentes ciudades ha vuelto a alguno de estos sitios para comprobar lo que quedaba de ellos, así como de algunos paisajes de su infancia.

A pesar de no querer ahondar mucho en ello, sostiene el escritor de Nils (un pequeño pueblo en el que vive, cerca de Perpiñán) que "la Francia que yo describo en estos textos era francesa, mucho mejor que ahora, con todos los servicios públicos funcionando de forma perfecta, con trenes limpios como una patena, que llegaban a la hora, o un buen servicio de correos".

En este viaje por los recuerdos, no olvida Bezsonoff sus aficiones literarias, puesto que desde niño fue un gran lector, o las musicales, con el cantante Luis Mariano citado en varias ocasiones, igual que Frank Sinatra. "Pero es que cantaban bien", apostilla.

La escuela ocupa otros capítulos, con sus maestros vocacionales y una enseñanza igualitaria. "Ahora -prosigue- forma analfabetos, gente que no sabe nada de nada", y destaca que habla con conocimiento de causa puesto que ejerce como profesor en Perpiñán.

Los viejos programas de la televisión francesa, que cree eran los mejores del mundo junto con los que emitía la BBC inglesa, se contraponen, asimismo, con la tele del siglo XXI, "en la que ya no aparece nunca un cantante como Brel".

Sin embargo, advierte, "no quiero participar del oficio nacional francés de juzgar siempre el pasado".

Preguntado sobre cómo vive el hecho de ser catalanoparlante en un país como Francia, dice que "el país es una democracia para muchas cosas, pero a nivel lingüístico ha aniquilado lenguas como el catalán, y todavía hemos de dar las gracias".

Es por este motivo, agrega, que "aún siendo de derechas, monárquico y administrativamente francés he pedido la adhesión a ERC de Perpiñán", concluye.

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