Este artículo se publicó hace 11 años.
Bretón, el impasible
Bien vestido, con aspecto frío y sin inmutarse. Así ha recibido el único acusado de la muerte de sus hijos los alegatos de la fiscal y la acusación. Este martes llega su turno
Pulcro e impasible. Así se ha podido ver a José Bretón en el juicio que contra él ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Córdoba por el asesinato de sus dos hijos. Una actitud que presagia cómo será mañana su declaración, previsiblemente tranquila y serena.
Apenas imperceptibles han sido los gestos de Bretón mientras asistía, custodiado por dos policías nacionales y sin esposas, a los alegatos de la fiscal, la acusación particular y la defensa. Los ha escuchado sin prácticamente pestañear. Sólo cuando su abogado ha relatado la supuesta mala vida de algunos parientes de su exmujer se le ha visto hacer algún movimiento, esta vez para asentir con la cabeza.
Bretón ha acudido al tribunal pulcramente peinado y vestido con zapatos marrones, pantalón azul oscuro y camisa blanca de rayas. Durante un receso de la vista, Bretón ha conversado con su abogado y ha repasado con él algunos de los escritos que portaba el letrado y señalado con el dedo algunas partes de los folios.
Al finalizar la sesión, se ha podido oír a su defensor pedirle tranquilidad para su declaración de mañana, pero los oídos curiosos de los periodistas no han podido escuchar su respuesta desde el monitor instalado en la sala de prensa. El inicio del juicio no ha suscitado mucha expectación entre los cordobeses y en los alrededores de la Audiencia se han concentrado más periodistas que curiosos, aunque probablemente éstos han preferido esperar a mañana, cuando declarará el acusado.
La primera jornada se ha desarrollado como se esperaba, salvo incidencias técnicas que han dejado sin sonido a los periodistas que seguían el juicio desde la sala de prensa o el pequeño corte de luz que ha afectado a la sala de vistas.
Siete mujeres y dos hombres forman el jurado popular conformado a primera hora de la mañana, además de dos suplentes (hombres), que han escuchado atentamente las indicaciones de las partes, preocupadas por que no les contamine la atención mediática que ha tenido el caso durante los veintiún meses que han transcurrido desde la desaparición de los niños Ruth y José.
Ya en los alegatos, pocas sorpresas en las partes, que han defendido sus posturas ya conocidas. Quizá haya sorprendido el convencimiento de la letrada de la acusación particular de que Bretón también quería quemar en la hoguera de la finca de Las Quemadillas a su exmujer, Ruth Ortiz.
Del otro lado, la defensa ha aprovechado para contrarrestar la imagen de frialdad que trasmite el acusado y reconocer que le ha visto llorar y que jamás ha cometido un lapsus y nunca ha hablado en pasado de sus hijos. Monstruo, Satanás, malvado, cruel y otros epítetos de esa naturaleza se han podido escuchar en esta primera sesión para definir al supuesto autor de los asesinatos de los niños.
Sólo en una ocasión ha tenido que intervenir el presidente del tribunal, Pedro Vela, y ha sido para recriminar al abogado defensor que considerara como prueba no válida el análisis del antropólogo y forense Francisco Etxeberria que concluyó que los huesos hallados en la hoguera correspondían a humanos inmaduros. Eso ya lo ha validado el Tribunal Superior de Justicia, ha zanjado Vela. Precisamente, la declaración de Etxeberria será crucial en el juicio, como también la de Bretón mañana, quizá la más esperada.
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