Este artículo se publicó hace 13 años.
Trabajo cree que quien propone el contrato único piensa en rebajar el despido
La secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, cree que quien avala el contrato único piensa más en rebajar las indemnizaciones por despido que en acabar con la segmentación del mercado de trabajo.
En una entrevista a Efe, Rodríguez dijo que el contrato único es una "construcción académica" que no está probada en la realidad, que se "adapta mal" a economías cíclicas como la española y, además, tiene problemas de "encaje constitucional".
Al respecto, explicó que según la Constitución, la extinción del contrato siempre debe ser causal y en la formulación académica del contrato único "no hay causa y cuando se extingue se acaba".
Además, dijo que quienes lo defienden quieren a la vez que se preserven los temporales.
Una de las personas que ha abogado por el contrato único ha sido el vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández.
En este sentido, Rodríguez dijo que, hasta ahora, ni CEOE ni CEPYME han planteado sobre la mesa de negociación la cuestión del contrato único, un modelo que no se ha probado en ningún país de la UE y no se sabe cómo funciona ni qué efectos puede producir.
En relación a la queja de la CEOE por la presunta existencia de 43 tipos de contratos, la secretaria de Estado desmintió que en España se den tantas modalidades.
En concreto, enumeró siete tipos de contratos temporales y dos indefinidos, el ordinario y el de fomento del empleo estable.
Sobre la reforma laboral, insistió en que sólo cuando se normalice la situación económica podrán valorarse sus efectos, aunque señaló algunos datos positivos de la misma.
Entre ellos citó el contrato de fomento de la contratación indefinida que conlleva un despido con una indemnización de 33 días por año trabajado y que, según dijo, "no ha funcionado mal este año" pese a la incertidumbre económica.
Desde que entró en vigor la reforma, en julio de 2010, se han firmado casi 300.000 contratos de fomento, un crecimiento del 31 %, respecto al año anterior y, de ellos, las conversiones de temporales a fijos se han multiplicado por seis.
En cuanto a otro de los objetivos de la reforma, la posibilidad de acogerse a un ERE reducción de jornada frente a un expediente de extinción, Rodríguez señaló que en el último año los primeros aumentaron el 156 % y los trabajadores afectados el 327 %.
Respecto a los jóvenes, subrayó el cambio de tendencia que se ha producido en cuanto a los contratos de formación y los de prácticas, que habían caído desde el año 2000.
Desde la entrada en vigor de la reforma, se han suscrito casi 68.000 contratos de formación, un aumento en torno al 17 %, y más de 50.000 de prácticas, una subida del 16 %.
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