Este artículo se publicó hace 15 años.
"La crisis altera el rol masculino"
Carlos Lomas. Autor de ‘¿El otoño del patriarcado?’
El sector masculino es uno de los más débiles frente al paro. ¿Están preparados los hombres para afrontarlo?
El canon tradicional de la masculinidad es el de ser proveedores, asegurar el salario y sustentar a la familia. Tradicionalmente, el hombre se ha inhibido de ciertas obligaciones domésticas a cambio de llevar un salario a casa y, en este sentido, podemos hablar de una doble crisis: al evidente drama económico que genera el desempleo, se une ahora otro aspecto que tiene más que ver con lo personal, con lo afectivo.
¿En qué consiste la crisis personal?
Al enfrentarse al desempleo, muchos hombres se encuentran con que tienen que hacer tareas que no saben y que en muchos casos, sobre todo en los hombres más mayores, tampoco quieren aprender porque son tareas convencionalmente asignadas a las mujeres que muchas veces los hombres no dominan. Algunas situaciones provocadas por la crisis, como el hecho de que el hombre sea el que tiene que quedarse en casa e incluso depender del sueldo de la esposa o de los hijos, alteran de alguna manera el mandato para el que se supone que estaba predestinado el hombre.
¿El fenómeno permite una lectura de género?
En efecto, se trata de una crisis de identidad que tiene que ver con cómo gestionan los hombres -a los que desde siempre se ha asociado con valores como el éxito profesional o la competitividad- estas nuevas situaciones. Al final, todo esto lleva a cosas como sentirse menos hombre o a la pérdida de autoestima. Para muchos, temas como que tu mujer te mantenga no son fáciles de asumir y pueden generar conflictos que muchas veces no son visibles. En casos extremos, incluso pueden llevar a un aumento de la violencia contra la mujer.
¿Hay algo positivo en esta situación?
Espero que sí, que en este momento también haya algo de oportunidad. Empezar a implicarse en tareas tradicionalmente asignadas a las mujeres puede ayudar a los hombres a descubrir el valor del trabajo femenino e incluso a cambiar ciertos roles y privilegios asociados al patriarcado. Pero mucho me temo que se trata de un cambio cultural e ideológico largo para el que hay que ser paciente.
¿También en los casos de los hombres más jóvenes?
Espero que en ellos esta crisis de identidad sea más atenuada y que los jóvenes sepan aprovechar mejor la oportunidad
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