Nunca antes España había dedicado más porcentaje de su Renta Nacional Bruta para ayuda oficial al desarrollo. Para el año que viene ha presupuestado el 0,5% que son 5.509 millones de euros. El incremento respecto a 2007 es de 1.220 millones, según quedó aprobado ayer por el Consejo de Ministros. A pesar de que cada vez está más cerca el 0,7% prometido por el presidente del Gobierno para 2012, permanecen las críticas al tipo de ayuda.

El balance de la inversión en desarrollo de esta legislatura con respecto a la anterior evidencia un cambio. En 2003, el ejecutivo de José María Aznar dedicó a Ayuda Oficial al Desarrollo el 0,23% de la riqueza del país, apenas 2.000 millones. Sin embargo, España sigue lejos de la primera línea del frente contra la pobreza. Suecia, el Estado que más aporta, dedicó el año pasado un 1,03% de su PIB.

También ha cambiado el objetivo de la ayuda. Los países del África subsahariana pasarán de 200 millones en 2003 a más 800 millones en 2008.

Ayuda reembolsable

Llegar al 0,5% era el objetivo marcado en 2004 y la vicepresidenta del Gobierno se encargó ayer de recordarlo. Sin embargo, nada mencionó María Teresa Fernández de la Vega del tipo de ayuda que incluye la estadística.

Para 2008, el Gobierno ha presupuestado ayudas reembolsables. Los denostados créditos FAD (Fondos de Ayuda al Desarrollo) son la asignatura pendiente de la ayuda española. Aunque su importancia en el plan anual es residual (no llega al 5% de los 5.500 millones) el Gobierno socialista no ha conseguido sacar adelante la reforma de estos créditos que, para muchas ONG, contribuyen al endeudamiento de los países pobres.

Nicaragua, uno de los estados campeones en la escasez, recibirá este año 12 millones de euros para un proyecto de formación tecnológica para 65.000 estudiantes universitarios. Esa ayuda no es gratis. Durante 32 años, el gobierno de Managua tendrá que devolver esta ayuda con un interés del 2%.