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"En España, más que corruptos somos unos chapuzas"

El actor Pepe Sancho es el protagonista de ‘Crematorio', una ficción que recrea la corrupción urbanística

ALEJANDRO TORRÚS

Voy a construir Costa Azul, 500 hectáreas de terreno y tres kilómetros de costa. Dará trabajo a mucha gente y por el camino todo el mundo se llevará su parte'. Con esta frase, Rubén Bertomeu, el personaje de ficción de Crematorio (los lunes en La Sexta), resume a la perfección el espíritu de una época que ha arrasado el litoral valenciano. Pepe Sancho (Manises, 1944) se mete en la piel de este constructor sin escrúpulos para recrear los tiempos dorados de la especulación y para mostrar, también, la cara oscura del poder.

En mitad de una avalancha de series de época, llega Crematorio'. Una ficción de trajes, corbatas y maletines.

Las espadas y las túnicas están muy bien, pero también hay que recordar a la gente quiénes somos en este momento. Pero si las comparamos, vemos que el mundo se sigue moviendo por las mismas pasiones. Unos quitan a los ricos para dárselo a los pobres y otros se lo quitan a los pobres para ser más ricos. Eso ha pasado siempre.

¿Somos tan fáciles de corromper como pinta la serie?

No, pero todo el mundo que anda cerca de la política tiene una condición de dejarse embaucar, aunque puede ser que no llegue a ser un corrupto. A veces, no hace falta siquiera comprar a las personas con dinero o prebendas, simplemente valen buenas palabras, cariño y promesas. Todo el mundo es susceptible de ser desviado de su objetivo inicial.

Usted es valenciano, ¿ha visto reflejada en la serie la realidad de su tierra?

No he visto sólo mi tierra en la serie. La corrupción en general, no sólo la urbanística, se ve en muchos otros sitios, como Andalucía. Lo que pasa es que en Valencia todo suena el doble. Es una tierra muy fructífera y también levanta muchas envidias. De hecho, acaban de juzgar al expresidente [Francisco Camps] y ha salido absuelto. Es muy fácil acercarse a Valencia a tirar petardos, pero también hay que relajarse y tomarse una horchata al lado del mar.

Pero es innegable que en Valencia ha habido muchos desmanes.

'Uno pilla por un lado, otro por el otro, y al final lo pagan los más pobres'

Sí, pero no hay que señalar a ningún partido político. Hay que señalar individualmente a los corruptos, a los sinvergüenzas. Claro que en Valencia ha sido uno de los puntos donde más se ha desarrollado, pero en Almería está el hotel El Algarrobico.

¿Cree que gente como Bertomeu, un constructor especulador, tiene la culpa de la actual crisis?

Sí, pero menos que otros. Mi personaje echa las redes al mar para ver cuántos peces entran. Si deja el mar sin peces, la culpa la comparte con el que le permite echar las redes. Nadie lo hace solo. Bertomeu echa las redes y entran concejales y alcaldes, unos sinvergüenzas que utilizan el cargo público para medrar. En cada pueblo de España ha habido algún sinvergüenza que se ha saltado las normas.

Hasta que llegó Crematorio', pocas o ninguna ficción nacional se ha atrevido a meter mano en este tema.

Crematorio se ha atrevido, pero en general, creo que no se atreven por miedo a no recibir apoyos públicos. No hay que olvidar que aquí se trabaja mucho con apoyos públicos y por encargos de las televisiones.

¿Ha visto mucha corrupción a lo largo de su carrera en su gremio?

En mi gremio más. No se paga con dinero, pero te aprueban proyectos a cambio de otra cosa. Hay productoras dirigidas por gente que fueron directores de cadenas de televisión y ahora producen contenidos y se los venden a esas mismas cadenas. No se les puede llamar corruptos pero sí que han hecho pactos que les permite seguir trabajando a pesar de la crisis.

¿Somos un país corrupto?

Somos un país de tejemanejes, más que corruptos somos chapuzas. Uno pilla por un lado, otro por el otro, y al final lo pagan los más pobres cuando suben los impuestos y le han jodido todas las cañas de la semana.

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