Este artículo se publicó hace 12 años.
La especulación se ceba con la banca española
La Bolsa sufre la segunda mayor caída del año después de que la CNMV levantara la prohibición de apuestas a la baja contra los valores financieros. La incertidumbre sobre Grecia sigue pesando en los mercados
Tres, dos, uno.... Los especuladores no esperaron ayer ni a que sonara la campana de apertura oficial del mercado, a las nueve de la mañana, para castigar a los valores financieros españoles. La decisión de la Comisión del Mercado de Valores (CNMV) de levantar, el miércoles por la tarde, el veto para apostar contra ellos parecía que se estaba esperando como agua de mayo entre los inversores con ganas de sacar tajada de sus debilidades.
Las apuestas bajistas de los más agresivos se acumularon en la Bolsa de Madrid durante la media hora anterior a la apertura (periodo que técnicamente se denomina subasta de preapertura) y propiciaron una vertiginosa caída nada más comenzar la sesión.
La jornada se convirtió en una de las peores del año. Al final, los datos macroeconómicos de EEUU y las últimas noticias respecto al conflicto griego amortiguaron algo el castigo, pero aun así, el Ibex 35 cerró con una caída del 2,5%, la segunda peor del año. Mientras, los descensos en el resto de los mercados europeos se quedaron en unas pocas décimas, y París incluso cerró con un ligero incremento del 0,09%.
Más allá de que los gestores de mercado estén encantados con la medida (la justifican como un instrumento que aporta liquidez), lo cierto es que también coinciden en que la CNMV no ha elegido la fecha más adecuada. "La situación de Grecia está en uno de los momentos más complicados del año. Además, estamos en plena reestructuración del sistema financiero, lo cual no ayuda nada a generar confianza. Debería haber esperado a una ocasión más tranquila", explica Virginia Pérez, responsable de intermediación de Renta Variable en Tressis.
Por si estas debilidades estructurales no fueran suficientes, el día se complicó con una masiva advertencia de la agencia de calificación de riesgos Moody's contra toda la banca mundial. En plena madrugada europea, la agencia estadounidense anunció una futura rebaja de rating para 17 de las mayores entidades financieras del planeta y a 114 instituciones financieras europeas (20 españolas), por el impacto que la crisis de deuda europea puede tener en sus balances. Los mercados cada vez hacen menos caso a estas agencias, pero ayer el sector financiero sí estaba en el foco. Por un lado, porque el Congreso validaba la reforma financiera y también por la ampliación de capital de 1.200 millones de Bankia. Una operación muy castigada normalmente en los mercados porque se diluye el valor de las actuales acciones.
En definitiva, un cóctel molotov, no previsto por la CNMV, que le estalló al mercado español. En una sola sesión, se han esfumado unos 6.000 millones de euros de los valores financieros españoles. "El castigo no ha sido indiscriminado. En plena reforma financiera, sin saber lo que puede ocurrir con las fusiones, las apuestas bajistas se han centrado en aquellas entidades cuyo futuro está menos claro", apunta Virginia Pérez.
No es casualidad que Bankia fuera el principal objetivo de los bajistas y cerrara con la caída más abultada del año, un 7,28%, después de haber llegado a perder más de un 10% a lo largo de la sesión. El de ayer fue, para la entidad presidida por Rodrigo Rato, casi su bautismo en el mundo de las posiciones cortas, ya que Bankia comenzó a cotizar apenas unas semanas antes de que esta práctica fuera prohibida por la CNMV el pasado 11 de agosto.
También fue el peor día del año para las acciones de CaixaBank (-6,22%), Banco Popular (-6,18%) y Sabadell (-5,7%). Sobre ellos presionan las dudas sobre su futuro en el proceso de fusiones, aunque hay que reconocer que tanto Banco Popular como Sabadell son dos de los valores tradicionalmente objetivo de las apuestas bajistas cuando atacan al mercado español.
El golpe podría haber resultado incluso más duro, sino hubiera sido porque los bancos pusieron a sus brokers a achicar cortos, cual si fueran bomberos en plena inundación. "Se han pasado el día comprando sus propias acciones para compensar la presión de las apuestas bajistas", explica Juan Carlos Costa, asesor financiero independiente.
Las noticias internacionales les hicieron parte del trabajo. Las dudas que se cernían sobre el futuro de Grecia durante la mañana se aminoraron a mitad de la sesión, cuando Atenas anunció que aceptaba asumir un recorte de 325 millones adicionales en su presupuesto. "Nadie confía mucho en Grecia, pero mientras no haya noticias negativas, no habrá grandes disgustos en Bolsa", comenta Pérez. La buena evolución de los datos macroeconómicos en EEUU, sobre todo la mejora del desempleo, inyectaron ánimo como para contener las caídas en las bolsas europeas y ayudar a que Wall Street cerrara en positivo.
Otra de las noticias, que compensó, en parte esa presión contra las finanzas españolas fue la subasta del Tesoro español, que supuso un nuevo éxito para las arcas públicas y que, una vez más, estuvo estimulada por la inyección de liquidez de 489.190 millones de euros que efectuó el Banco Central Europeo (BCE) a la banca a finales del pasado ejercicio, informa Ana Flores.
Aunque, ayer se rompió la racha de reducción de la rentabilidad exigida que se ha mantenido en lo que va de año. Se subastaron dos tramos de bonos a tres años. En uno, el tipo de interés con respecto a la subasta anterior al mismo plazo cayó un 38%. En el otro, subió un 16,1%. La diferencia según Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets, está en las fechas en las que el Tesoro tendrá que abonar el principal a los inversores. "Una a principios de 2015, antes de que la banca tenga que devolver al BCE su macropréstamo. La otra, después". "Se ve claramente cómo afecta la subasta a largo plazo del BCE" en la tranquilidad del mercado, añade Pingarrón. Además, se emitió un bono a ocho años al que se le exigió una rentabilidad del 10% menos que en la subasta anterior a ese plazo. La demanda total fue de 11.691 millones de euros, casi tres veces lo adjudicado, que fue de 4.074 millones.
La operación, al principio, tensionó la prima de riesgo español, pero al final la sesión terminó con una relajación de 14 puntos, la mayor de la periferia europea, hasta los 347 puntos básicos.
Al margen de las subastas, la banca sigue aparcando ingentes sumas de dinero en el BCE en lugar de destinarlo a empresas y familias, que es el fin para el que se lo han prestado. Esta semana se iniciaba un nuevo periodo de mantenimiento, momento en el que la banca debe ingresar en una cuenta del BCE las reservas mínimas exigidas (ahora del 1% sobre el total de depósitos).
Como ya ocurrió en enero, los bancos han sacado de la cuenta del BCE donde están aparcando el dinero (facilidad de depósito, remunerada al 0,5%) y se han llevado algo más de 132.000 millones de euros a la cuenta en la que deben ingresar las reservas exigidas (remunerada al 1%). El día antes de este movimiento en ambos meses, en la facilidad de depósito había alrededor de 525.000 millones.
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