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El Guggenheim acoge una cuidada muestra con las mejores obras de Juan Muñoz

EFE

El Museo Guggenheim de Bilbao es el primer museo español que acoge la cuidada exposición retrospectiva producida por la Galería Tate de Londres, que reúne las obras más destacadas del escultor madrileño Juan Muñoz, fallecido en 2001 a los 48 años, y uno de los artistas españoles más reconocidos y de mayor proyección internacional.

La muestra, procedente de Londres, está compuesta por cerca de 80 piezas, entre esculturas, instalaciones, dibujos, escritos y obras radiofónicas y se abre mañana al público en las salas de la segunda planta del museo bilbaíno, donde permanecerá hasta el 5 de octubre.

En esa fecha la retrospectiva sobre Muñoz (Madrid 1953-Ibiza, 2001) se desmontará para proseguir viaje, primero a Oporto y, por último, a Madrid.

El público que se acerque este verano a Bilbao a ver la que será la exposición principal de la temporada estival del Museo Guggenheim, podrá ver piezas tan conocidas y relevantes de este artista formado en Londres, como "Meny times" (Muchas veces), de 1999; "Escenas de Conversación", de 1994; "Trece riéndose los unos de los otros", de 2001 y que recibe a los visitantes en las escalinatas exteriores de acceso, y la "Figura colgante", de 2001.

Además de estas obras representativas de su trabajo, la exposición que se verá en Bilbao incluye dos piezas que no figuraban en la de Londres, como son "Figuras sentadas con cinco tambores", de 1999, que representa lo que su nombre indica, y "Descarrilamiento", una obra que llegó a Bilbao el pasado viernes gracias a las gestiones realizadas por la viuda del artista, la también escultora guipuzcoana Cristina Iglesias.

La muestra se inicia con los primeros trabajos de su carrera, efectuados en 1984 y que están conformados por una sucesión de escaleras de caracol, balcones de estilo español y pasamanos situados en ubicaciones ajenas a las funciones para las que fueron creados, que ocupan las salas clásicas de la segunda planta.

Las salas más amplias y luminosas, por contar con sendas claraboyas en sus techos, acogen las obras más "dramáticas" y numerosas del escultor, las formadas por decenas de esculturas a tamaño natural, de hombrecillos de rasgos asiáticos en aparente actitud de conversación.

Uno de los rasgos fundamentales de la obra de Juan muñoz, el humor y la fina ironía, quedan reflejados en la exposición con una pieza en la que dos pequeñas figuritas humanas charlan en un "pequeño" rincón del Museo situado enfrente de la gran sala que acoge las gigantescas esculturas de Richard Serra "La materia del tiempo".

También es visible esta ironía en la "Figura que escucha" que representa a una persona con la oreja pegada a la pared en actitud de escucha, o en la titulada "Viviendo en una caja de zapatos" en la que cuatro pequeñas figuritas realizan un viaje sin fin sobre raíles, montados en sendas cajas de zapatos a modo de vagones de tren.

La comisaria de la exposición, Sheena Wagstaff, ha señalado, en la conferencia de prensa de presentación de la muestra, que todas estas obras reflejan la característica principal del trabajo del escultor madrileño: el constante cuestionamiento de la realidad desde la ficción.

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