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La ignorancia dificulta el trato de la bipolaridad

La desinformación de las familias y de los agentes del orden dificulta el tratamiento de los enfermos mentales graves

SUSANA HIDALGO / VANESSA PI

Ricardo Hernández murió la semana pasada en Madrid, abatido a tiros por la Guardia Civil, después de una persecución en la que intentó arrollar a varios agentes. Su familia llevaba años reclamando ayudas para controlar su enfermedad, pero ni siquiera sabían adónde acudir.

Ricardo, de 38 años, sufría un trastorno bipolar: tenía delirios y cuando entraba en crisis su estado de ánimo se disparaba, lo que le llevaba a no controlar sus impulsos y llevarlos al extremo. Su familia reclama que no fue tratado como un enfermo mental sino como un delincuente.

En España, alrededor de 1.300.000 personas sufren trastornos mentales graves (bipolaridad y esquizofrenia), alrededor del 3% de la población. Podrían llegar a tener una vida normal si se medicaran, pero entre el 30% y el 60% o no lo hacen o lo hacen mal, según Fernando Cañas, jefe de Psiquiatría del Hospital R. Lafora de Madrid.

El abandono de la medicación con múltiples efectos secundarios, como disfunción sexual, aumento de peso o espasmos musculares y la falta de conciencia de estar enfermo son los retos a los que se enfrentan los psiquiatras.

Los familiares de las personas con trastorno bipolar y con esquizofrenia son, en la mayoría de casos, incapaces de conseguir que retomen la medicación. Así lo denunció la madre de Ricardo, que no supo adónde acudir para encontrar ayuda.

Para las asociaciones de familiares es fundamental que éstos dispongan de información. 'Cuando no la tienen, el día a día puede ser muy angustioso', asegura el presidente de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes), José María Sánchez Monge.

'Hay una falta de información absoluta. La gente no sabe cómo actuar. Por ejemplo, no saben que si el paciente deja de medicarse, el médico de cabecera puede iniciar la tramitación de un ingreso involuntario', explica Cañas.

El tratamiento comienza con la visita al médico de familia, que remite al paciente a un especialista. Este es quien decide si ingresa al enfermo, por ejemplo, en un hospital general, en uno de día, en una unidad de cuidados prolongados o bien le inscribe en un programa de rehabilitación o en uno de empleo con apoyo. Los recursos difieren entre lascomunidades.

Pero las asociaciones consideran que estos recursos son insuficientes. En Feafes denuncian que faltan 'equipos multidisciplinares' para atenderles. 'En muchos casos hay una discontinuidad en la atención. Se atiende al enfermo, en cuanto a la medicación y a la terapia, y luego se le deja. Para que esto no ocurra, en los centros de salud tiene que haber un equipo que incluya trabajadores sociales y ayuda a domicilio', señala Sánchez Monge.

Cañas explica que en la atención primaria existen equipos de tratamiento ambulatorio, que controlan, a través de citas con el paciente, que tome la medicación y si este no acude, avisan a los familiares.

Cuando la enfermedad ha afectado tanto al enfermo que el trastorno es permanente, los familiares se enfrentan al problema de hacer frente a su incapacidad de valerse por sí mismos. Para Feafes, la Ley de Dependencia olvida a los enfermos mentales, ya que está más enfocada 'a la dependencia física y a las personas de la tercera edad'. El Ministerio de Política Social insiste en que la ley también reconoce a los enfermos mentales, eso sí, sólo los que sufren un trastorno permanente.

Sin tener por qué llegar a una situación de dependencia, la situación se vuelve insostenible para las familias cuando al enfermo le dan las crisis, que pueden llevarle a tener problemas con la justicia.

La ONG Solidarios Anónimos dispone de un servicio para asesorar jurídicamente a personas con enfermedad mental que hayan cometido un delito. 'Los incidentes van desde gastos excesivos que terminan por condenar al enfermo a la ruina o a tener problemas legales; hasta delirios que provocan conducción temeraria...', explica Carlos Maña, presidente de la asociación. 'No disculpamos el delito, pretendemos que el reo tenga la identidad penal de enfermo mental aportando pruebas y diagnósticos que así lo acrediten', agrega.

Esta asociación aboga por la creación de un registro de enfermos bipolares para que, en el caso de que fuesen parados por las fuerzas del orden, los agentes sepan cómo actuar. 'Pero con una cobertura de consulta restringida', advierten en Solidarios Anónimos. En Feafes están en contra del registro y piden un 'protocolo de atención' en el caso de que un enfermo mental se vea involucrado en un acto delictivo. 'Hay que llamar a los servicios sanitarios para que le valoren y le calmen', exige Sánchez Monge. Cañas alerta de que un registro sería ilegal, porque violaría el derecho a la intimidad del enfermo. 'Es un terreno resbaladizo, porque la intimidad de la persona choca con la seguridad ciudadana', reflexiona.

¿En qué se diferencian la esquizofrenia del trastorno bipolar?

La persona con esquizofrenia tiene alterado su contacto con la realidad, sufre alucinaciones y tiene ideas delirantes. El paciente bipolar tiene variaciones muy acusadas de su estado de ánimo, por exceso de euforia o de desánimo.

¿Cuántas personas sufren una enfermedad mental?

Los expertos calculan que el 10% de la población tiene problemas mentales. El 3% sufre bipolaridad o esquizofrenia. La Encuesta Nacional de Salud dice que una de cada cuatro personas sufrirá a lo largo de su vida algún tipo de trastorno mental.

¿Con qué recursos sanitarios específicos cuentan las familias?

Cada comunidad tiene su red de servicios. En general, existen hospitales con áreas específicas para estos enfermos, centros de día, residencias, programas terapéuticos, programas de atención a domicilio y de empleo con apoyo, entre otros.

¿Cuándo se puede ingresar a un enfermo contra su voluntad?

El artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil permite el ingreso involuntario del paciente con una autorización judicial. Pero en casos de urgencia, lo puede tramitar un médico, informando antes de las 24 horas al tribunal competente.

¿Una persona con estas enfermedades es violenta?

Sólo se ha comprobado que el paciente es violento cuando no toma la medicación o ha consumido drogas. Con tratamiento adecuado, el enfermo incluso es menos violento que la población general, coinciden los expertos.

¿Estos pacientes pueden trabajar y llevar una vida normal?

Entre el 65% y el 70% de los pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar pueden llevar una vida laboral si reciben el tratamiento adecuado. Es imprescindible detectar y tratar la enfermedad desde una etapa temprana.

¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan las familias?

El principal problema es la falta de información y ponerle nombre al trastorno. El promedio de retraso para el diagnóstico efectivo de la enfermedad ronda los diez años, según la ONG Solidarios Anónimos.

¿Si cometen un delito, se tiene en cuenta su enfermedad?

El Código Penal acepta la enfermedad mental como eximente a la hora de exigir responsabilidad penal. Es imprescindible la demostración médica de que el sujeto en cuestión sufre de algún trastorno.

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