El gran maestro indio Viswanathan Anand retuvo el título mundial de ajedrez de la FIDE -órgano rector- al obtener un difícil triunfo por 6,5-5,5 sobre el búlgaro Veselin Topalov en una dramática partida final en Sofía.

"Fue la partida más difícil de mi vida, la más intensa que he jugado", dijo Anand en una conferencia de prensa después de su victoria en la definitiva duodécima partida, que se extendió durante más de cuatro horas y media el martes por la noche.

"Estábamos bajo una presión enorme en las etapas final de la partida", agregó el indio, que jugó con fichas negras en el duelo decisivo.

La épica batalla que comenzó en el imponente edificio del Club Militar Central en el centro de Sofía el 24 de abril mantuvo su suspenso hasta el final y concluyó con una segunda fase.

Topalov, de 35 años, admitió antes del enfrentamiento que tenía la ventaja de ser cinco años más joven que Anand y ofreció al campeón un complicado examen en su último duelo, que finalizó con el marcador igualado 5,5-5,5.

El encuentro crucial tuvo un juego dinámico con cambios para ambos jugadores, pero Anand demostró su categoría y una de sus acostumbradas buenas actuaciones aplicando la táctica de la Dama sobre el tablero.

"Topalov fue y es todavía un gran oponente, él es uno de los mejores jugadores del mundo", señaló Anand, proclamado el "Rey de la Mente" por los aficionados de su país.

Anand, quien proviene del sur de India, se convirtió en el primer asiático en ganar el campeonato mundial de la FIDE -sigla francesas de Federación Internacional de Ajedrez- al vencer al español Alexei Shirov en Teherán en el 2000.

El gran maestro indio, que recibirá 1,2 millones de euros en premios, hizo lo suficiente para poner su nombre en la historia, ya que es el primer ajedrecista que gana el campeonato mundial en tres formatos diferentes: eliminación directa, torneo y partida final.

Analistas indicaron que el duelo en Sofía fue muy parejo y que Anand sacó ventaja por su capacidad de brillar en los momentos clave, mientras que Topalov probablemente recordará con fastidio la partida número 11, en la que desperdició varias buenas oportunidades.