Montoro, ex ministro de Hacienda, advierte del 'fracaso de la política económica de Zapatero'. EFE

López Aguilar, Mayor Oreja y otros muchos rostros siembran la publicidad electoral que invita a depositar nuestra confianza en los candidatos de cada partido a las elecciones europeas de este domingo. Pero, realmente, ¿les votamos a ellos?, ¿a su programa?, ¿a las siglas que representan?, ¿o, como si se tratasen de los álter ego de sus líderes, a Zapatero y Rajoy?

El PP ha ido más allá y, en un ejercicio de abstracción, ha planteado la cita con las urnas como un referendum sobre la crisis económica que atraviesa la España de Zapatero, pero también la Francia de Sarkozy, la Italia de Berlusconi o la Alemania de Merkel. 'Los ciudadanos van a votar crisis sí o crisis no', ha dicho el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, dando por supuesto que si los votantes eligen la papeleta de la gaviota nuestra renqueante economía saldrá del pozo.

La analogía propuesta por Pons es simple: PSOE igual a crisis, PP sinónimo de prosperidad. Así, ha dicho que del voto de cada ciudadano dependerá 'seguir como estamos o cambiar, conformarnos o pelear, seguir cayendo o empezar a crecer'. Por ello, emplazó a todos los electores a que envíen 'un recado' al Gobierno, porque quedarse en casa o votar a los socialistas engordará, según él, la crisis. Si fuese así, 'a España no hay quien la levante'.

'Me atrevo incluso a pedir el voto de todos los viejos votantes socialistas decepcionados por las mentiras de Zapatero', dijo González Pons durante una rueda de prensa en Inca, tal y como informa Efe. Por si la elección se les atragantase, el vicesecretario de Comunicación tranquilizó a los fieles del PSOE diciéndoles que supondría un correctivo para el presidente del Gobierno que le obligaría a 'ponerse las pilas'. Pero, sobre todo, les transmitió la idea de que se trata de una decisión 'inocua', pues aunque voten al PP el jefe del Ejecutivo seguirá conservando el sillón.