Tres líderes de primer plano de la izquierda francesa, Olivier Besancenot, José Bové y Ségolène Royal, viajaron este fin de semana a la isla de Guadalupe, en el Caribe francés, tras el éxito de la coordinadora sindical que, con un mes de huelga general, obligó al Gobierno de Nicolas Sarkozy a sentarse a negociar.

Besancenot, jefe del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), Bové, líder ecologista de izquierda, y Ségolène Royal, ex candidata socialista a la presidencia, se desplazaron por separado a la isla afirmando su solidaridad con la plataforma de los huelguistas, y decididos a asistir a los funerales del sindicalista muerto a balazos la semana pasada, actos que contaron con una fuerte cobertura mediática en Francia.

De esta forma, los líderes de la izquierda se adelantaron al presidente de la República, que había anunciado una visita a la isla caribeña para solucionar la crisis en persona.

El líder del NPA, que días atrás ya había estimado que la revuelta guadalupeña 'es el ejemplo que hay que seguir', declaró a su llegada a la isla que había ido allí para 'aprender' y poder reproducir en la Francia metropolitana el movimiento.

'El pueblo unido y solidario consigue que palabras tabú, casi pornográficas, como aumentar los salarios, sean algo negociable al cabo de un mes de huelga general', subrayó Besancenot.

Tras un mes de negativas a los huelguistas, Sarkozy aceptó la semana pasada negociar sobre la base de la plataforma reivindicativa que reclama 200 euros de aumento mensual. No obstante, el líder guadalupeño, Elie Domota, ha expresado su escepticismo por la fórmula escogida por Sarkozy, que haría que el Estado cargue con el coste de los aumentos en las empresas.

Ségolène Royal, que perdió el liderazgo del Partido Socialista frente a Martine Aubry en noviembre pasado, afirmó que había ido a Guadalupe para contribuir a que 'haya justicia y regrese la paz'. Reclamó la instauración de un control de precios, y la reducción de los aranceles que encarecen los productos en la Isla.

José Bové, ex líder campesino y futuro candidato ecologista en las elecciones europeas, denunció la 'economía colonial' en los territorios de ultramar francés y afirmó que la reivindicación de aumentos salariales 'no son más que el principio' de un movimiento más generalizado.

Sarkozy accedió el jueves pasado a estudiar las reivindicaciones de los huelguistas, después de que las cargas policiales y las detenciones masivas de sindicalistas en la colonia provocaran el caos y una radicalización de la revuelta que acarrearon la muerte de un huelguista. Anteayer en París, el presidente expresó su esperanza de que 'ya hayamos dejado atrás el paroxismo de la crisis' guadalupeña.