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"El mercado de trabajo es muy duro con los jóvenes"

Antonio López. Catedrático de Sociología de la UNED

ANA REQUENA AGUILAR

¿Por qué en España el desempleo juvenil es mucho más elevado que en otros países del entorno?

El mercado de trabajo español es muy duro con los jóvenes; ser joven está penalizado: sufren las tasas más altas de rotación, temporalidad, y está demostrado que sufren más accidentes laborales que en otros segmentos de edad. Acceden a los peores puestos dentro de los empleos que tienen. Además, vamos hacia una juventud polarizada: por una parte, están los jóvenes muy cualificados y, por otra, el gran número de abandonos escolares.

¿Son esas condiciones laborales las que hacen que tengan más accidentes de trabajo?

Sí, es un tema preocupante. Los jóvenes trabajan más por turnos y por la noche. Esto ha empeorado con la crisis, que ha hecho que asuman más riesgos que antes, y los mayores siempre animan a los jóvenes a que se encarguen de las actividades que parecen más arriesgadas. Hay que tener en cuenta que sufrir un accidente laboral siendo joven condiciona toda la vida laboral.

¿Se puede hablar de generación perdida?

Por supuesto. Se incorporarán más tarde y peor al mercado laboral, y además con la competencia de las generaciones posteriores. La crisis ha hecho también que los jóvenes asuman que hay que trabajar a cualquier precio y de cualquier forma.

¿Cómo puede afectar esta situación a la sociedad y a los jóvenes?

A nivel macro, el sistema de bienestar puede resentirse. A nivel micro, las expectativas de vida de los jóvenes se ralentizan en el tiempo. Esto afecta por ejemplo a la natalidad: la gente de 25 años para arriba está postergando la decisión de tener hijos hasta encontrar cierta estabilidad. Cada joven tiene que retrasar su proyecto personal de vida. Además, esta ha sido la primera generación que ha vivido con unas expectativas de consumo muy altas y que han sido materializadas. Los jóvenes han disfrutado de un nivel de bienestar al que ahora apenas pueden acceder. Ha interiorizado como normal ese nivel de consumo, un nivel que ahora es inaccesible para ellos. Esto puede repercutir en la autoestima de los jóvenes, que se ven incapaces de vivir como han aprendido.

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