Este artículo se publicó hace 15 años.
México DF, en jaque
El sindicato de electricistas realizan bloqueos estratégicos en todos los accesos de la ciudad
La capital de México ha vivido una jornada durante la cual todos sus accesos han sido, directamente, bloqueados debido a un trabajo estratégico de protesta. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y sus simpatizantes se manifestaron para exigir que no se cierre una eléctrica pública. Llevaron su voz hasta varias dependencias públicas.
Los manifestantes se apostaron en las casetas de cobro de carreteras que comunican la capital con las ciudades de Toluca (oeste), Cuernavaca (sur), Puebla (sureste) y Querétaro (norte), como parte de una movilización de rechazo al cierre, el 11 de octubre, de la eléctrica pública Luz y Fuerza del Centro (LyFC).
En la autopista México-Puebla, la Policía Federal dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos y hubo conatos de enfrentamiento, mientras que en la salida a Querétaro la prensa local informó de disparos al aire de las autoridades para ahuyentar a personas que habían supuestamente agredido a los agentes con algunos vehículos.
Además, desde cinco puntos distintos de la ciudad, los manifestantes marcharon en dirección al Ángel de la Independencia, en el que se congregaron para encaminarse hacia la residencia Oficial de Los Pinos, donde se halla la vivienda del jefe del Estado, Felipe Calderón, y las oficinas de la Presidencia de la República.
"Descontento acumulado"La protesta puso en jaque la circulación en Ciudad de México, donde habitan unas 20 millones de personas, y fue secundada por el sindicato de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con lo que las clases en la mayor universidad de Latinoamérica, que cuenta con unos 300.000 estudiantes, fueron suspendidas.
Además, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos de México, un sector de los empleados de la telefonía, y más de 700 organizaciones sociales miembros de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular se sumaron a las protestas para evitar el cierre de LyFC, una compañía que contaba con una plantilla de 44.504 empleados.
El gobierno federal "solo le puso más gasolina a la hoguera"
Durante las movilizaciones, los obreros protestaron frente al edificio de la Bolsa de Valores, los canales de televisión Televisa y TV Azteca, la compañía Teléfonos de México, los ministerios de Hacienda y del Trabajo, la Junta de Conciliación y Arbitraje, instalaciones de LyFC, e incluso ocuparon edificios de la UNAM y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En un comunicado, el sindicato de electricistas afirmó que el "descontento acumulado por tantos años de neoliberalismo comienza a expresarse no solo en la capital del país, sino a todo lo largo y ancho de la república".
El gobierno federal "solo le puso más gasolina a la hoguera", añadió. Frente a la sede central de la extinta LyFC se celebró un mitin al que acudieron líderes del sindicato y diputados izquierdistas.
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