Este artículo se publicó hace 15 años.
Mussolini, agente secreto británico
El MI5 contrató al dictador en 1917 cuando era periodista para hacer propaganda a favor de la guerra
Los servicios de Inteligencia británicos fueron el primer paso del dictador italiano Benito Mussolini en la política. Unos documentos del MI5 hechos públicos revelan que el Reino Unido le pagaba a Mussolini en 1917 cuando era periodista, 100 libras a la semana por hacer campaña a favor de la guerra en Europa. La cifra parece pequeña, pero adaptada a nuestros tiempos supone que Mussolini cobraba 6.000 libras (7.500 euros) a la semana por hacer propaganda.
El trabajo de Mussolini no se basaba solo en convencer a la opinión pública de que Italia debía permanecer en la Primera Guerra Mundial luchando con el bando aliado, sino que además debía utilizar las técnicas necesarias para evitar las manifestaciones pacifistas, según un artículo publicado este miércoles por el diario The Guardian.
El jefe de Mussolini en su colaboración con el espionaje británico era el diputado Sir Samuel Hoare, que representaba al MI5 en Roma y había contratado a 100 agentes en todo el país. Mussolini dirigía entonces el periódico Il Poppolo d'Italia, pero además de su labor como propagandista, tenía barra libre para frenar a los manifestantes contra la guerra. Entonces ya controlaba a los camisas negras fascistas que según el artículo hicieron su labor amenazando a los trabajadores de Milán para que no fueran a la huelga en plena guerra.
CalderillaEl descubridor de estos documentos ha sido el historiador de Cambridge, Peter Martland. Según él, Reino Unido debía hacer todo lo posible para que Italia siguiera luchando después de la retirada de Rusia. Hoare citaba su contratación en varios informes en 1954 pero los detalles del salario de Mussolini los encontró analizando varios papeles del diputado.
Lo que Londres pagaba a Mussolini era calderilla en comparación con lo que gastaba en la guerraPara Martland, "lo último que le interesaba al Reino Unido era una huelga pacifista en las fábricas de Milán en plena guerra. Se puede pensar que lo que ganaba Mussolini era mucho dinero, pero si se compara con los cuatro millones de libras que se gastaba al día el país en la guerra era solo calderilla".
La relación entre Mussolini y Hoare no terminó en Roma. En 1935 Hoare era ministro de Exterioresy firmó el pacto Hoare-Laval para el reparto de Abisinia, cuyo control quedó en manos italianas y sirvió de base de operaciones de los fascistas de Mussolini en la Segunda Guerra Mundial.
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