La OTAN pidió hoy a Moscú que no culmine su anunciada retirada del tratado que regula las fuerzas convencionales en Europa en unos momentos en que Rusia y EEUU comienzan a entenderse mejor sobre el proyecto norteamericano de levantar un sistema antimisiles en Europa.

El secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, señaló hoy, tras una reunión entre los ministros de Defensa de la OTAN con el de Rusia, que hay una nueva "atmósfera constructiva" a pesar de las diferencias que se mantienen sobre los antimisiles o Kosovo.

La Duma rusa debe comenzar en noviembre el debate sobre la retirada del tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), anunciada por el Kremlin en julio pasado y que podría tener lugar el 12 de diciembre.

El secretario general pidió que nadie tome "decisiones irreversibles" y se dé "una oportunidad al proceso" de discusiones entre Washington y Moscú, relanzado tras las conversaciones del pasado día 12, cuando los ministros rusos de Exteriores y Defensa de Rusia se reunieron con sus homólogos estadounidenses.

El responsable de la OTAN no pudo decir si las diferencias se han reducido, pero sí resaltó que "la atmósfera ha cambiado, de una muy negativa a una en la que las partes se hablan de forma constructiva".

El cambio se debe a que "hay una oferta muy sustancial" por parte de Estados Unidos y a que en la parte occidental "hay un mejor entendimiento" de algunas de las preocupaciones manifestadas por Rusia.

En las últimas semanas, EEUU ofreció a Rusia colaborar de forma conjunta en la instalación en Europa de un escudo antimisiles que contrarreste "la amenaza" de Irán y Corea del Norte en un amplio territorio.

El pasado martes, el jefe del Pentágono, Robert Gates, ofreció a Rusia mantener en suspenso la construcción de ese escudo hasta disponer de pruebas definitivas sobre una posible amenaza de misiles procedentes de Irán.

Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Estados Unidos, George W. Bush, valoraron positivamente las consultas durante una conversación telefónica que mantuvieron el pasado lunes.

Para el ministro español de Defensa, José Antonio Alonso, las conversaciones entre Washington y Moscú "han dado fruto y se ha limado un poco la tensión" que hubo en el último Consejo OTAN-Rusia.

Dentro de este clima, Rusia aceptó hoy participar en un similacro por ordenador de defensa antimisiles que tendrá lugar en Alemania dentro de tres semanas.

Por ello, De Hoop Scheffer confió en que la retirada rusa del FACE finalmente no tenga lugar, ya que el Tratado es "la piedra angular" de la seguridad europea.

El sistema estadounidense prevé instalar un radar en la República Checa y una base de lanzamiento de cohetes interceptores en Polonia.

Alonso insistió en que es "esencial" que Rusia entienda que la iniciativa no va en su contra, por lo que cree necesario que haya "diálogo y transparencia con Moscú".

Alonso insistió en que el tratado FACE "tiene que entrar en vigor y tiene que ser cumplido".

Antes de reunirse con el ministro ruso, Anatoly Serdiukov, los titulares de Defensa de la Alianza Atlántica coincidieron en que la amenaza de un ataque con misiles a los países de la OTAN está aumentando.

Los ministros dieron su visto bueno a un documento que evalúa la evolución de la amenaza de un ataque con misiles. "La amenaza de los misiles está creciendo. Todos están de acuerdo en que está creciendo", señaló el portavoz de la OTAN, James Appathurai.

El ministro francés, Hervé Morin, señaló que se coincide en el peligro creciente por un ataque con cohetes balísticos, pero dijo que hubo un desacuerdo sobre la inminencia de esa amenaza.

La OTAN y Rusia también mantienen diferencias sobre Kosovo, donde la Alianza Atlántica dirige bajo mandato de la ONU una fuerza de unos 16.000 soldados.

Moscú se opone a la independencia de Kosovo y la "troika" (formada por EEUU, la Unión Europea y Rusia) está acelerando los contactos con Serbia y la mayoría albano-kosovar para tratar de lograr algún acuerdo.