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Los padres también hacen novillos en la escuela

Sólo uno de cada diez progenitores participa de forma activa en la escolarización de sus hijos, según un estudio. Escenifican un divorcio con los docentes que lastra la educación de los niños

JAVIER SALAS

No hay nada peor para la formación de un niño que aquella situación en la que sus padres lo aparcan en el colegio, desentendiéndose de lo que allí sucede hasta que llegan las notas. Y, sin embargo, es un fenómeno que crece sin freno. Desde 1995, el porcentaje de familias implicadas activamente en las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA) ha pasado del 56% al 22%, según el Ministerio de Educación. De hecho, la actividad en la que más participan los padres con hijos en primaria (después de la aportación de materiales) es la decoración y organización de fiestas. El pasado miércoles, el conseller de Educació catalán, Ernest Maragall, reveló que las AMPA sólo gastan el 20% del presupuesto reservado para sus actividades.

Muy poca cosa para una tarea en la que los expertos aseguran que debe implicarse 'toda la tribu'. De hecho, los especialistas hablan de que el éxito en el rendimiento escolar depende en un 30% del entorno social, en un 20% del centro educativo y hasta en un 50% de lo que sea capaz de aportar el entorno familiar. Con estos mimbres, no es de extrañar que en Europa, sólo Portugal y Malta superen la tasa de abandono escolar de España durante el Bachillerato.

El porcentaje de familias activas en los centros cayó 34 puntos desde 1995

Las razones que justifican el alejamiento no se encuentran únicamente en la desidia del progenitor. Muchos padres encuentran barreras en los muros de los colegios y profesores que los tratan 'como si siempre tuvieran razón ellos, que son los expertos', según asegura Pedro Rascón, presidente de la mayor confederación de padres y madres de alumnos, la CEAPA.

Las administraciones no ayudan mucho a aclarar la situación. Por un lado, según la Ley Orgánica de Educación (LOE), la responsabilidad de fomentar esas relaciones entre padres y profesores corresponde a estos últimos, desde el centro. En cambio, la norma andaluza de 2008 y el proyecto de Ley de Educación de Aragón recogen por igual que los padres 'tienen la obligación de colaborar con los centros docentes y con el profesorado'.

'De nosotros sólo aceptan el concurso de villancicos', critica la CEAPA

Además, de los pocos cauces que existen en la actualidad para la comunicación entre las familias y el claustro, la mayoría están desfasados en la práctica, como denuncia Rascón. 'Los consejos escolares han perdido competencias y nunca salen adelante propuestas que impliquen a los padres o que ellos hayan propuesto, salvo el concurso de villancicos y la organización de chocolatadas', protesta. Según Rascón, en cuanto hay discrepancias, la dirección aplica el 'rodillo', ya que maneja una mayoría de representantes en el consejo, si se suman los votos del equipo directivo a los del profesorado.

En estos momentos, en que el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha abierto el debate entre las fuerzas políticas para alcanzar un pacto educativo, conviene mejorar el entendimiento entre familias y docentes. Porque el recelo es mutuo: cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, propuso la aprobación de una ley de autoridad para los docentes, las asociaciones de padres fueron las primeras en oponerse. Desde su perspectiva, esta norma no serviría para endurecer las sanciones contra quienes agreden a un profesor y, a cambio, desequilibraría en su contra las relaciones entre padres y educadores.

Para aportar soluciones a este problema, a finales del pasado septiembre, la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE) y la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa) crearon un foro de reflexión 'sobre la imprescindible colaboración entre la familia y la escuela'.

'La dejación de las familias es una realidad»', dicen los sindicatos

Allí, el pedagogo Ángel Miranda presentó el informe que había coordinado: Familia y escuela. La responsabilidad de un compromiso educativo compartido. Según Miranda, se vive 'una situación de desencuentro', porque sólo una de cada diez familias ejercen una participación real en la escolarización de sus hijos. Para Miranda, el problema que ha surgido en los últimos años es que los padres ven la escolarización de sus hijos como un servicio: 'Actúan con respecto a la escuela como si fuera un hotel o un restaurante, llevan al niño y, si el servicio es bueno, se desentienden'.

Por ello, a la hora de plantear respuestas, Miranda comienza por reclamar que los padres 'se pringuen' en la educación que han elegido para sus hijos. Pero, sobre todo, es necesario mejorar la comunicación para que los hijos no 'jueguen al escondite entre profesores y padres'.

Las AMPA sólo gastan el 20% del presupuesto que les cede Catalunya

A los sindicatos de profesores no les cabe duda de que 'la dejación de tareas [por parte de los padres] es una realidad y el sentimiento mayoritario en los claustros', como defiende el secretario general de FETE-UGT, Carlos López.

Con respecto a la suspicacia que denuncian las asociaciones de padres, López la pone en duda: 'Puede haber casos excepcionales, pero normalmente el docente ve como una ventaja para su trabajo la participación de los padres'. Para el sindicalista, la clave está en concienciar a toda la sociedad de que, si las familias no se implican, 'será complicado avanzar'.

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