Este artículo se publicó hace 15 años.
Pep, el espejo en casa
La filosofía de Guardiola y el modo de jugar de sus hombres cautivan a los entrenadores azulgrana de otros deportes
En el inicio, fueron los Barrow, Greenwell, Poszony, Kirby, Domby... Con sus acentos diversos y sus métodos importados. Procedentes de las islas británicas y de Hungría, algunos se hicieron entender y otros fueron despedidos porque la plantilla no los entendía. Hasta que llegó Romà Forns y todo el mundo comprendió lo que explicaba aquel ex jugador, autor del primer gol azulgrana en el campo de la calle Industria. Por primera vez en la historia, el banquillo del Barcelona hablaba en catalán. Corría 1926 y aquel Barça acabaría ganando la primera Liga del club y de la historia del torneo.
Hoy, un siglo después, y más por una feliz coincidencia que por una voluntad determinada de la junta, los cinco entrenadores de los banquillos profesionales del Barça fútbol, baloncesto, balonmano, hockey y fútbol sala son catalanes, se han criado en la casa y se confiesan futboleros. Con amigos, en la intimidad del hogar, llevando por primera vez a sus hijos a celebrar un triunfo azulgrana a Canaletes o en el mismísimo Stadio Olímpico de Roma con su propio equipo, todos vivieron con pasión la conquista de la Liga de Campeones ante el Manchester, tras toda una temporada de buen juego, y se proclaman "orgullosos" del equipo que tan brillantemente ha dirigido el quinto componente del grupo, Pep Guardiola.
Que los cinco técnicos sean de la casa es más una coincidencia que voluntad de la juntaNo forman una banda y ni siquiera están unidos por una gran amistad, pero todos conviven con el peso de dirigir un banquillo azulgrana, circunstancia que les permite calibrar aún mejor el mérito de su ínclito y exitoso compañero. Los Xavi Pascual los técnicos del baloncesto y del balonmano comparten nombre y apellido, Quim Paüls (hockey) y Marc Carmona (fútbol sala) analizan a Guardiola como técnico, desmenuzan las claves del triplete y cuentan cómo han vivido y en qué medida les afecta el éxito del faro del club.
Las virtudes de Pep"Pep ha encontrado el equilibrio entre la autoridad y la conciliación y ha sido un buen embajador del barcelonismo desde la palabra y la sencillez", señala Xavi Pascual. "Tiene muy claro lo que quiere y lo transmite a la perfección", abunda Pasqui, su tocayo del balonmano. "Ha acabado de perfilar la filosofía de juego que ya había iniciado Rijkaard; ha apostado por la gente de casa y ha tenido la virtud de aglutinar al vestuario con su personalidad. Es un tipo muy auténtico y apasionado y, cuando habla, te crees lo que dice . Transmitir más allá de los que entienden de fútbol es muy difícil", añade Paüls. "
No les une una gran amistad, sino convivir con el peso de dirigir un banquillo azulgranaEl rendimiento que ha sacado Pep en un año es excepcional. Nuestro trabajo suele requerir de tiempo y a él le ha bastado una temporada para imponer sus ideas y su personalidad. En este mundo, eso es de una inmediatez sensacional", constata Carmona, que vio cómo, en su cuarto curso como técnico, y tras una buena fase regular, su Barça se quedó en los cuartos de final del play off de la Liga de fútbol sala. "Lo de Guardiola es casi increíble", coincide Paüls. "Sobre todo, teniendo en cuenta que cogió un equipo que, después de que Frank Rijkaard lo saneara, venía de bajada. Se cambiaron dos piezas clave, Ronaldinho y Deco, y Guardiola ha tenido la virtud de aglutinar al vestuario", analiza Paüls que, a partir de ahora, y tras conquistar su cuarta Liga, ejercerá de secretario técnico de la sección de hockey.
La suerte necesariaEs casi una obsesión para los entrenadores y Pascual, por ejemplo, la echó de menos en la última Final Four de baloncesto disputada en Berlín: un partido incompleto ante el CSKA y, una vez más, el Barça se quedó sin la ansiada Euroliga. "A veces, haciendo las cosas igual de bien, no tienes ese éxito. Podrían haber perdido la Liga por un punto, o caer en la Champions por un gol. Pero el mérito de este equipo habría sido el mismo", dice el técnico del equipo de baloncesto. "Para lograr algo así, hay que conjugar un muy buen equipo, sabiduría futbolística, gestión y suerte. Ganaron la final de la Liga de Campeones porque estaban predestinados y se lo creyeron", asegura Paüls. "Tenemos que ser conscientes de que esto es prácticamente irrepetible, de que lograr algo así es muy complicado: lesiones, sanciones, un mal partido el día de la final.... Por eso tenemos que valorarlo en su medida y esperar que el equipo siga haciéndonos disfrutar como este año; eso es un ejemplo para todos", insiste Pasqui.
El legado futbolístico Gestión del vestuario y capacidad de convicción, principales virtudes de PepCarmona, "enfermo" confeso del fútbol y del deporte, no duda un segundo a la hora de señalar lo que más le ha gustado del equipo de Guardiola: "Cuando el Barça no tenía el balón, la presión y la velocidad con las que lo recuperaban. Cuando sí lo tenía, la gran capacidad de generar ocasiones". "Yo me quedo con su filosofía, una mezcla de espectáculo, juego unido, agresividad e intensidad defensivas", apunta Pascual. "Guardiola ha apostado por un juego sin miedo, con calidad, de ataque, siempre valiente y creyendo en la propia propuesta. Eso es muy meritorio", dice Paüls. "Este equipo ha impuesto su estilo pese a todo y siempre, incluso en las derrotas y las situaciones límites", conviene Pasqui.
El orgullo, frente a la envidiaA expensas aún de lo que haga su tocayo en el play off de la ACB, Pasqui podría haber sido, este curso, el técnico más exitoso del club azulgrana: cogió el equipo en enero y acabó segundo en la Asobal y con una Copa del Rey. Pero Guardiola, con sus tres títulos y su precocidad, acapararon todo el protagonismo. "¡Qué todos los fastidios fueran esto. Firmaba acabar así cada año!", asegura el técnico del equipo de balonmano, sin rastro de envidia, ni siquiera sana. "No siento envidia, sino orgullo. Lo que ha hecho el Barça es una muestra clara de cómo se encuentra el club. Y eso es motivo de satisfacción. Los éxitos nos benefician a todos", explica Pasqui. "De envidia, nada. Nos sentimos muy contentos", coincide Carmona. "Estamos seguros de que nosotros también podremos hacer algo así y satisfechos de que un compañero catalán, de casa, con un discurso coherente y sin estridencias haya logrado este éxito". "Yo estoy muy contento de que el mejor Barça de la historia haya sido dirigido por alguien de la casa", conviene Pascual. "La palabra es admiración", añade Paüls; "porque el éxito lo siento como propio. Me siento partícipe como cualquier aficionado. Envidia tendría si esto le pasase al Madrid, pero ojalá haya muchos más éxitos porque esto nos beneficia a todos", concluye.
El efecto dominóNi rastro de envidia sana. Sólo orgullo, elogios y cosas que aprenderHasta ahora, ser técnico de la casa implicaba contar con un menor margen de error. Guardiola también ha derribado esa barrera. ¿Se producirá un efecto dominó? "No lo creo", dice Pascual. "Tiene que haber calidad, si no no puede haber apuesta por la gente de casa". "El club apostó por un entrenador joven y catalán y él ha demostrado que se pueden lograr los máximos objetivos deportivos con gente de casa. Eso da un plus de orgullo: antes siempre parecía que había que buscar fuera", matiza Carmona.
Lo intangible"Lo que ha movilizado este equipo va más allá del fútbol: tiene que ver con cosas esenciales de las personas. Ver Barcelona estos días, con tanta energía y la gente tan feliz, era tan bonito e impagable. Ojalá se pudiera llegar a este clímax más a menudo. Eso sí que provoca envidia sana", asegura Paüls. "Vivir la victoria del Barça en Roma, en el corazón de los aficionados, con aquel ambiente, fue muy emocionante y muy bueno para el equipo: si alguno de mis jugadores no había entendido aún qué significa el Barça, ahora no tiene ninguna duda", revela Pascual.
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