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Pistorius: La carta de su madre

Aunque la marca del atleta surafricano no le permitirá luchar por una medalla, su mayor victoria es haber llegado a Londres

ALFREDO VARONA

Ha ganado. Pase lo que pase, Óscar Pistorius (Johannesburgo, 1986) ya ha ganado la admiración del mundo, porque es una prueba infinita de que el sacrificio hace milagros. Luchó y lo consiguió. Incluso, las productoras de cine ya le han pedido hacer una película de su vida.

A los t13 meses sufrió una amputación de sus piernas por debajo de las rodillas. Pero eso no clausuró el potencial de un deportista de futuro, que descubrió que con prótesis de fibra de carbono también se puede correr muy rápido.

Al fondo queda una lucha judicial interminable hasta que Pistorius logró lo que buscaba: consiguió que la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) lo admitiese y hoy, como el año pasado en el Mundial de Daegu, ya está en Londres, donde correrá los 400 metros y el 4x400 en relevos. 'La vida nos ofrece muchas cosas, y esto es algo más', explica.

Llegó al atletismo casi de casualidad, 'me rompí los ligamentos jugando al rugby y una de las terapias consistía en correr'. Hoy, su marca personal (45.07) no le licencia a pelear por la medalla individual pero no pasa nada, ya habrá tiempo. 'La mejor edad de un velocista está entre los 27 y los 29 años y esa será la edad que yo tendré en los Juegos de Río de Janeiro en 2014', asegura.

En cualquier caso, el triunfo de Pistorius estará en la fotografía de salida, donde no le hará falta volver a recordar que uno, 'a pesar de tener una discapacidad', posee 'cientos de  capacidades'.

Y, tal vez en la villa Olímpica, tendrá opción de leer la carta que le escribió su madre y que siempre lleva consigo. 'Un perdedor no es quien llega el último, sino quien se sienta, mira y nunca ha intentado correr. Es una frase muy importante. No seremos grandes, pero hay que intentarlo y trabajar duro para ello', dice la misiva.

Pistorius es el ejemplo más fiel al que la discapacidad no solo ha enseñado 'cosas increíbles'. También le ha permitido ser olímpico, y eso, dicen, vale por una vida entera: 'Mi objetivo no es ganar, sino ser el mejor atleta posible'.

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