Este artículo se publicó hace 15 años.
La ropa más de moda en 2008: de los calzones de Nadal a los zapatos de Bush
Un par de zapatos se han convertido en mundialmente famosos en las últimas semanas después de ser arrojados contra el presidente norteamericano, George Bush, por un periodista iraquí.
Han copado portadas en todo el mundo, generado multitud de parodias, inspirado canciones e incluso protagonizado vídeo-juegos en internet.
Pero no son las únicas prendas que se han convertido en fenómenos mediáticos en los últimos tiempos: el 2008 ha sido sin duda un año de mucha moda, aunque quizá no tanto de alta costura.
Si este año alguna zona ha tenido el protagonismo absoluto, esos han sido los pies. Muy poco antes de los zapatos de Bush, habían sido los calcetines de Esperanza Aguirre los que habían concitado el interés de los medios y suscitado numerosas charlas de bar.
La presidenta de la Comunidad de Madrid había comparecido ante los medios de comunicación directamente después de llegar de Bombay, donde se había visto sorprendida por los atentados sucedidos en esta ciudad, y lo había hecho con sandalias y con unos calcetines prestados por la tripulación del avión, ya que había tenido que desprenderse de su calzado en la recepción del hotel Oberoi.
Continuando hacia arriba, los pantalones tuvieron especial relevancia y muchos titulares hace pocos días, cuando el presidente del PP, Mariano Rajoy, acusó en sede parlamentaria al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de protagonizar una "descomunal bajada" de los mismos ante el PNV para que se aprobasen los Presupuestos.
No menos comentarios suscitaron los "calzones" de Rafael Nadal dos meses antes de la final de la Copa Davis, que enfrentó a Argentina y España.
En referencia al tic del tenista mallorquín de colocarse los calzoncillos durante los partidos, los miembros del equipo argentino habían tratado de caldear el ambiente amenazando con sacar ellos mismos dicha prenda "del orto" del número uno mundial.
Finalmente, Nadal no jugó la final debido a una lesión, pero eso no impidió que esta fuera quizá la anécdota más recordada del torneo.
Junto a los calzones y los pantalones, no puede faltar el cinturón, una prenda nunca más de moda que en plena crisis económica: este año a todos nos toca apretárnoslo.
Medalla de oro a la camiseta más famosa del año ha sido el velocista Usain Bolt, la bala jamaicana que voló sobre el Nido de Pekín. Y lo hizo con la camiseta por fuera de los pantalones, humillando a sus rivales norteamericanos ataviados con monos tecnológicamente punteros.
Dicho artículo y el bañador de Michael Phelps, ideado a partir de la piel de tiburón, fueron los más comentados de unos Juegos Olímpicos donde las indumentarias de los deportistas dieron mucho que hablar.
También durante el verano, saltó a los titulares la corbata... o más bien la ausencia de ella: el ministro de Industria, Miguel Sebastián, había decidido predicar con el ejemplo en el ahorro energético que preconizaba en su propio Ministerio, y lo hizo en el mismo Congreso de los Diputados. El resultado fue el mayor revuelo generado por un cuello abierto desde los tiempos de Felipe González.
Incluso el fenómeno editorial del año ha venido en la forma de un niño vestido con un pijama de rayas. La novela de John Boyne, llevada al cine por el director Mark Herman, fue el libro más vendido en España en el último trimestre, según datos del Barómetro de Lectura.
Y para completar la vestimenta, nada mejor que un buen sombrero; o esa es, al menos, la opinión de los seguidores del Barcelona después de la vaselina de Messi a Casillas en el último derby. 'Chapeau'.
Iván Fombella
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