Este artículo se publicó hace 15 años.
La rumba cambia de camisa
El disco Más Achilifunk versiona a los grandes de la rumba catalana con acentos foráneos
A tu què tagrada, en Doraemon?" (A ti qué te gusta, Doraemon?). Xavi rasga las cuerdas de la guitarra, da cuatro toques a la carcasa y de las entrañas rumberas del joven cantante del grupo Gertrudis salen los acordes de la canción de la serie japonesa de dibujos animados. El niño, cuatro añitos muy bien llevados, se queda engatusado. ¡Es Doraemon! Sí, pero ¡mejor! Y casi se pone a bailar. Junto a Xavi, están Peret Reyes, auténtica leyenda de la rumba catalana, ahijado del rei Peret; Joan y Rogeli, de Los Manolos, el grupo que llevó la rumba catalana a las antípodas, allá por los olímpicos primeros años 90. Son tres generaciones de este arte. Y Txarly Brown, el payo que más sabe de rumba. En un momento, se crea un microcosmos de palmas, risas y jaleo. Es lo que tiene la rumba catalana
Lo de las versiones es un clásico. Pero hay mucho más. Txarly, diseñador gráfico y rumbólogo militante, acaba de sacar el disco Más Achilifunk (Lovemonk), para reivindicar la rumba catalana y exportarla a todo el mundo. En 2007, fue Achilifunk, a secas, una versión funky de temas de los gloriosos años 70. Ahora, Txarly, que presentará su obra en el Sonar, el 20 de junio, busca una nueva vía de expansión: "He juntado a productores y DJs de todo el mundo muchos han descubierto la rumba y han dicho: Esto es divertido, y cada uno lo ha pasado por su filtro". Versiones funkys de los grandes de hoy y de siempre: Chacho, Los Manolos, Ai ai ai, Muchachito Bombo Infierno, La Troba, Pantanito, Papawa... Todo con vocación internacional: "De ahí el nombre. Al extranjero le lleva a pensar en chili y en funk; el autóctono recordará el Achilipú famoso de La Terremoto".
Pero, ¿quién inventó la rumba catalana? La pregunta casi ofende: "¿Y quién inventó el reggae, o el rock? Eso nadie lo pregunta", dijo en su día a Público Rafalito Salazar, gitano del grupo catalán Ai ai ai. La rumba se documenta desde cuando El Pescaílla y Peret grabaron los primeros temas, entre 1962 y 1965. Pero la rumba ya se hacía "En fiestas, en bodas gitanas, en saraos. Es algo innato, en origen, del gitano catalán", recuerda Peret Reyes, que protagonizó aquella época dorada. "Triunfaba en las discotecas y en las fiestas de la jet set".
El destape mató a al rumba"Con la muerte de Franco llegó el destape y las salas prefirieron contratar a una señorita que enseñara las tetas que a unos gitanos que cantaran", sostiene Txarly Brown. En los 80 irrumpieron grupos como Los Chunguitos, Los Chichos "Era otra cosa, fue la rumba de los marginados, una rumba carcelaria", explica Txarly. Y Peret, el rey de la rumba catalana, se hizo pastor de la Iglesia Filadelfia durante nueve años. El género cayó en el limbo.
Hasta que apareció Gato Pérez para recuperar el sentimiento. "El Gato fue a la rumba catalana lo que Rubén Blades a la salsa", sentencia Brown. "Luchó contra otra dictadura, la de Convergència i Unió, el gobierno catalán que ¡asoció la rumba al franquismo!" Joan, Rogeli y Peret Reyes ponen el grito en el cielo: "Era una pena que muchos ignoraran que la rumba catalana es algo nuestro y la relacionara con lo xarnego", se queja Peret. Triunfó un grupo francés, Gipsy Kings "A lo mejor no sabían que eran hijos de gitanos catalanes, que aprendieron de nosotros. Por supuesto, su éxito fue bueno para la rumba", dice Joan.
A principios de siglo, "la gente joven se dejó de hostias y de complejos y la rumba catalana se convirtió en el lenguaje musical básico del que cada uno hizo su propia lectura. Dejó de ser algo del gitano catalán para ser algo del catalán", dice Peret Reyes. Los Manolos, armados de camisas de cuello largo, pantalones de campana y buen humor, como manda la rumba catalana, triunfaron en todo el mundo. Quedó patente que la rumba era uno de los activos culturales exportables de Catalunya.
Bandas y generacionesEn Catalunya ahora hierve la rumba. "Das una patada y salen 20 grupos", dice Xavi, de Gertrudis. Habla de bandas como la suya, o como La Troba Kung-Fu, o Dijous Paella, o Impagaos Jóvenes y veteranos, payos y gitanos conviven en un fecundo caldo de cultivo musical. Cada uno escupe sobre la rumba las influencias más variadas: ska, reggae, funk, jazz... Gertrudis un buen ejemplo. "Hago rumba porque soy catalán", dice el cantante. Si Los Manolos mamaron rumba en el radiocassette del 1430 de sus padres, en los atascos de fin de semana, el caso de Xavi es distinto: "Mi madre nunca me cantó rumbas. Nosotros buscábamos un estilo diferente al rock. Al dar con la rumba, sentimos que nos salía de dentro, que nos pertenecía al colectivo catalán como país".
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