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Salgado se estrena con unas cuentas "para la recuperación"

El Plan E dejó a los leones de las Cortes sin poder ver los Presupuestos

B.C / P.G

El Plan E dejó a los leones de las Cortes sin poder ver los Presupuestos. Las obras en la Carrera de San Jerónimo, financiadas por el plan de inversión local, impidieron este martes el posado de los responsables del Ministerio de Economía y Hacienda con las cuentas del Estado junto a la escalinata de entrada a las Cortes.

Por eso, la vicepresidenta Elena Salgado con sus dos secretarios de Estado, Carlos Ocaña y José Manuel Campa, posaron en el patio del Congreso con el libro amarillo que resume las cuentas para el próximo año. Son los primeros Presupuestos para Salgado. Unos Presupuestos que, según la vicepresidenta 'sientan las bases para la recuperación económica y un nuevo modelo de crecimiento'. Salgado reiteró que el proyecto del Gobierno contempla 'un esfuerzo de contención del gasto, que no tiene precedente en los últimos años', a pesar de haber intentado salvar las prestaciones sociales y la inversión.

Al margen del contratiempo del posado frente a los leones, la vicepresidenta y su equipo cumplieron con el resto de la liturgia habitual de la presentación de las cuentas del Estado en las Cortes. Primero, entrega del Presupuesto al presidente de la Cámara, José Bono. Salgado le entregó un lápiz de memoria o pen drive, cargado con la colección completa de libros del Presupuesto, con un peso electrónico de 212 Megabites. Luego, la vicepresidenta compareció en una multitudinaria rueda de prensa, en la que, durante casi dos horas, explicó las cuentas del año próximo.

Los Presupuestos inician ahora su tramitación en el Parlamento. El momento clave será 20 de octubre, con el debate de totalidad del proyecto del Gobierno, que necesita 176 votos. Si se supera este trámite, el proyecto pasará a debatirse en comisión entre el 3 y el 5 de noviembre. El siguiente paso es el debate detallado del Presupuesto en el Pleno, entre el 10 y el 12 de noviembre, para pasar luego al Senado.

De ser rechazado en la Cámara Alta, como ya ocurrió en los dos ejercicios anteriores, obligaría de nuevo al Congreso a salvar el texto mediante el respaldo de una mayoría absoluta. Esa votación está prevista para el 17 de diciembre.

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