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Sudáfrica comienza a vivir el espíritu del Mundial

EFE

Sudáfrica vive estos días su estreno en la organización del próximo mundial de fútbol, un torneo que por primera vez tendrá lugar en África y al que el país anfitrión pretende darle un carácter más allá del deportivo.

Directivos de la FIFA, representantes del comité organizador del Mundial y decenas de periodistas se han dado cita en esta ciudad de Durban, a orillas del Índico, para asistir, el domingo, al sorteo de la fase preliminar del campeonato.

Es el primer acto que se encarga de organizar el país anfitrión en una carrera que tendrá su sprint final a partir del 11 de julio del 2010, cuando 32 equipos compitan en diez estados de este país para aspirar al máximo trofeo del fútbol mundial.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, llegó el jueves a Durban para participar en los actos y asistir a una reunión del Comité de Organización que tendrá lugar mañana.

El sorteo comenzará a las 17.00 hora local (15.00 GMT) y como maestro de ceremonias actuará el secretario general de la FIFA Jerome Valcke. Primero se sortearán los equipos de Asia, y luego los de la CONCACAF, Europa y, finalmente, África.

Sudamérica no participará en este sorteo porque tiene su propio sistema de clasificación.

Según informaron hoy fuentes de la organización, el acto será transmitido por televisión para 170 países y 34 canales pasarán la ceremonia completa en directo.

La fiesta está concentrada en el Centro Internacional de Convenciones de Durban, la tercera ciudad más importante de Sudáfrica, después de Johannesburgo y Ciudad del Cabo, y la que tiene la mayor concentración de población de origen indio.

"Estoy seguro de que va a ser la mejor Copa que haya existido", afirmó hoy, algo ufano, el ex jugador de fútbol sudafricano Mark Fish, uno de los embajadores del Comité de Organización de Sudáfrica que fueron presentados hoy en una rueda de prensa.

El hecho de que el torneo del 2010 se celebre por primera vez en África, el continente menos desarrollado, está representando muchos retos, especialmente en materia de infraestructuras y de telecomunicaciones.

Los responsables de la organización sostienen que todo estará listo para el 2010. Hubo críticas iniciales sobre el retraso en el comienzo de las obras de los diez estadios que serán levantados o remodelados, pero la FIFA parece mostrarse satisfecha.

La preocupación en ese sentido renació a raíz de una huelga de los trabajadores de tres estadios, que ha quedado superada.

"A pesar de todo, sé que estamos a buen ritmo, y creo que los estadios estarán listos para la Copa de Confederaciones", que se celebrará en el 2009 en Sudáfrica, afirmó ayer el secretario general de la FIFA.

Sudáfrica plantea además una preocupación vinculada con la inseguridad de sus ciudades. La policía ha anunciado que cerca de 40.000 agentes, la sexta parte de su fuerza, estará dedicada exclusivamente al torneo dentro de tres años.

Desde hoy y hasta que se cierre el sorteo, el domingo, la FIFA y el comité organizador local han preparado varios actos para calentar el ambiente, que incluyen la presentación de una película producida por Anant Singh y que tiene una gran simbología histórica.

La película, "Algo más que un juego", cuenta los intentos de los presos de la isla de Robben, donde estuvo encarcelado Nelson Mandela en los tiempos del "apartheid", para poder organizar un campeonato de fútbol entre los reclusos.

"Queremos decir a todo el mundo lo que significa el fútbol en Sudáfrica", afirmó hoy Singh al hablar sobre el filme, que oficialmente será entrenado en este país en febrero próximo.

Fueron cuatro años de gestiones de los presos hasta que, por fin, les autorizaran jugar a ese deporte. La primera pelota, de trapo, fue decomisada por los guardas de la prisión, pero siguieron fabricando más para poder mantener el espíritu.

Tony Suze, uno de los artífices de esa página de la historia local, que Sudáfrica quiere engarzarla con su entreno de la organización del mundial, contó hoy emocionado cómo, en la isla de Robben, "el fútbol era un arma para luchar contra el sistema".

"Cuando jugábamos desafiábamos al sistema, porque nosotros decidíamos quién jugaba contra quién", recuerda ahora Suze.

Fue con mucha disciplina y "siguiendo las reglas de la FIFA" como los presos futbolistas, algunos de ellos ocupando ahora altos puestos en la política sudafricana, lograron burlar la desesperanza.

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