La afición por tomar el sol en verano y por conseguir estar bronceados puede derivar en peligro cuando se convierte en obsesión. La tanorexia es el nombre de esta adicción al sol y los que la sufren nunca se ven lo suficientemente morenos. El perfil del tanoréxico es de una mujer de entre 25 y 35 años. Y, aunque la tanorexia es una patología todavía poco conocida, aumenta los efectos negativos que el sol puede tener sobre la piel. Las precauciones que se deben tomar para disfrutar del sol de una manera sana son usar crema protectora y evitar tomar el sol entre las doce y las cinco de la tarde.