Este artículo se publicó hace 13 años.
El ave favorita de Darwin está en peligro
Las fundaciones para conservar las Galápagos quieren salvar de la extinción al alcatraz patiazul
Cuando Charles Darwin visitó las islas Galápagos en 1835 halló en su flora y fauna la musa que le inspiraría para escribir 24 años después El origen de las especies. Cuentan que, de todos los animales que allí vivían, el alcatraz patiazul llamó especialmente la atención del naturalista inglés. Este animal al que llaman cariñosamente booby es un ave muy característica, excelente voladora y ágil en el agua aunque torpe cuando se desplaza por tierra. Pero lo que más destaca de los boobies son sus patas azul turquesa, que sorprenden a aquellos que hayan conseguido verlos entre el golfo de California y la costa de Perú. Debido a su originalidad, se ha convertido en un icono de las Galápagos y tiene incluso un día mundial (el pasado 17 de junio) que se celebra vistiendo calcetines azules.
Aunque los recuentos de población de alcatraces patiazules más recientes datan de 1970, Toni Darton, director ejecutivo de la Fundación para la Conservación de las Galápagos, asegura que existen evidencias de que el número de boobies ha descendido "drásticamente en los últimos diez años" y que "se estima que quedan menos de 20.000 parejas en las islas".
Se estima que quedan menos de 20.000 parejas de boobies' en las islas
Proyecto de dos añosPor eso, la Fundación para la Conservación de las Galápagos está desarrollando un programa para su conservación, junto a otras dos fundaciones para la preservación de las Galápagos, una americana y la otra suiza.
El proyecto durará dos años y tiene tres objetivos: realizar un recuento para saber el tamaño de la población, el ratio de sexos y la supervivencia anual, utilizar técnicas de reproducción asistida para asegurar su perpetuación y, por último, controlar por GPS las aves y tomar muestras de su dieta, según explica el director ejecutivo.
La sobrepesca, las especies exóticas y el turismo podrían ser las causas
Pero los expertos alertan de que el alcatraz patiazul no es la única especie por la que se teme. También están en peligro el pinzón de Manglar, el cucuve de Floreana y el pingüino de las Galápagos, entre otras. "Estos son animales endémicos [que sólo viven en las Galápagos] y, desafortunadamente, están mucho más amenazados que el booby", se lamenta Rubén Hüttel Heleno, investigador del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats y especialista en las aves de las Galápagos. "Hay más interés por el alcatraz de patas azules por su tamaño, su gran longevidad y su aspecto simpático, sobre todo, en sus danzas de preapareamiento", cuenta el investigador.
"La sobreexplotación de las pesquerías es uno de los motivos de la regresión de las aves marinas", explica Hüttel, aunque no es el único. También la introducción de especies exóticas, "principalmente ratas", añade. Toni Darton confirma el problema y asegura que "las ratas han traído enfermedades y se comen los huevos de los otros animales".
Algo distinta es la teoría de Hendrik Hoeck, que trabajó 30 años como director de la Estación de Investigación de Charles Darwin en las Galápagos. Él cree que es debido al fenómeno climático El Niño, que genera cambios en la temperatura de las aguas del Pacífico, reduciendo el número de especies marinas. "Su frecuencia y severidad impide que los peces se puedan recuperar, y las aves marinas se quedan sin comida", declara Hoeck.
Las fundaciones apuntan también al factor humano. Los mapas de corsarios y las historias de Darwin han sido la mejor publicidad para el archipiélago, pero el número de turistas se incrementa año tras año y pone en peligro la propia biodiversidad que lo hizo célebre.
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