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"Casi la mitad de los españoles no se ha hecho nunca una revisión dermatológica"

El doctor Miguel Sánchez Viera es especialista en dermatología médico quirúrgica y director del Instituto de Dermatología Integral de Madrid.

El doctor Miguel Sánchez Viera es especialista en dermatología médico quirúrgica y director del Instituto de Dermatología Integral de Madrid. /IDEI

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MADRID.- ¿Cuál considera que es el factor clave por el que en general las personas no temen a la exposición al sol, siendo el principal causante del cáncer de piel? ¿Qué progresos ha habido en cuanto a concienciación?

En nuestro país, tomar el sol y estar moreno suele estar relacionado con el disfrute y con tener un buen aspecto. La población en general, especialmente los más jóvenes, considera que puede ser peligroso pero no tanto, no creen que a ellos les pueda ocurrir. Tenemos datos que sugieren que aquellas personas que han tenido más de 6 quemaduras solares a lo largo de su vida, tienen un riesgo mayor de sufrir un melanoma.

En los últimos años, las campañas de concienciación llevadas a cabo por clínicas, fabricantes de foroprotectores y asociaciones han conseguido que se conozcan más los efectos dañinos del sol sobre la piel. Sabemos, por ejemplo, que las personas con más de 30 nevus (lunares) tienen un riesgo mayor de desarrollar un melanoma. Sin embargo sabemos que casi la mitad de los españoles no se ha hecho nunca una revisión dermatológica de lunares.

¿Más allá de las cremas, proteger la piel de los niños en la playa o piscinas con camisetas supone suficiente protección para evitar la exposición al sol?

La recomendación principal es que los niños menores de 3 años no deben exponerse al sol directamente. En los niños, además del fotoprotector, el uso de prendas protectoras, sombrillas, sombreros y gorras, son una garantía. Pero la mejor protección es que no se expongan en las horas centrales del día y que estén en la sombra el mayor tiempo posible. Existen ya en España sombrillas con factor de protección que pueden ser muy útiles, ya que las tradicionales pueden dejar pasar parte de los rayos del sol. Lo mismo ocurre con la ropa, nos protege en distinta medida según la composición del tejido.

Podríamos decir que el 80% del daño que la radiación solar puede hacernos ocurre antes de los 18 años. Este daño que la radiación ultravioleta produce en las células de nuestra piel, puede inducir cáncer 20 ó 30 años después de los excesos cometidos durante la juventud. Esto es lo que llamamos memoria de la piel.

Siendo el uso de las máquinas de rayos UVA uno de los principales motivos de envejecimiento prematuro de la piel, ¿cómo es que no existe una regulación específica para estos aparatos en nuestra legislación? ¿Los especialistas han presionado o se han reunido con los responsables de Sanidad en las Comunidades Autónomas para tratar este asunto?

La legislación vigente en la actualidad es el Real Decreto 1002/2002, que regula la venta y utilización de cabinas de rayos UVA. Entre otras cosas, especifica que no se rebasen unos niveles de radiación específicos, que no las puedan utilizar los menores de 18 años y que deben ser manipuladas por personal cualificado.

La OMS ha incluido recientemente estas cabinas en el mismo grupo que aquellos dispositivos que emiten radiaciones ionizantes (rayos X) o radiaciones atómicas, por existir evidencias suficientes de su relación con el cáncer. Aunque estos datos están en conocimiento de las autoridades, no ha habido hasta ahora ningún intento de hacer más restrictiva la legislación al respecto.

¿Cómo puede una persona identificar si tienen lunares 'sospechosos'?

Lo ideal sería hacer una visita al dermatólogo una vez al año. Aquellas personas con antecedentes personales o familiares directos de cáncer de piel (más aún si ha sido melanoma), con más de 30 lunares en su cuerpo o con historia de muchas quemaduras solares en su infancia o a lo largo de su vida, deben revisarse incluso con más frecuencia. Estas personas de riesgo deberían, si es posible, realizarse una prueba denominada dermatoscopia.

La dermatoscopia es una exploración no invasiva de la superficie de nuestra piel con un equipo que no emplea radiaciones y que permite examinar los lunares y otras lesiones sospechosas con un microscopio de superficie, realizando un mapa digital en el que se localizan cada una de las lesiones registradas. Estos datos son almacenados y comparados con los nuevos que se van obteniendo cada año, permitiendo detectar precozmente cualquier lesión sospechosa.

Además, la autoexploración con ayuda de un espejo, puede ayudarnos a sospechar de lunares potencialmente malignos. Aplicando la regla del ABCDE podemos saber a qué lunares prestar más atención para acudir al dermatólogo.

¿Qué porcentaje de curación tiene actualmente el cáncer de piel si se detecta en una fase temprana?

Afortunadamente el diagnóstico precoz nos permite una tasa de curación, en general, superior al 95%. Además, es un tipo de cáncer que se puede prevenir si no abusamos de la exposición solar y tomamos unas mínimas medidas de precaución.

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