Este artículo se publicó hace 3 años.
Un telescopio europeo examina en detalle 42 de los objetos de mayor tamaño situados entre Marte y Júpiter
Las características de los 42 asteroides estudiados son tan diversas que podría sostenerse la teoría de que proceden de distintos lugares del sistema Solar
Malen Ruiz de Elvira
Madrid-
Desde esferas a huesos, pasando por formas irregulares y diferentes. Así aparecen en las observaciones del gran telescopio europeo VLT en Chile los 42 asteroides de mayor tamaño identificados hasta ahora en el cinturón de estos objetos que existe entre los planetas de Marte y de Júpiter. La mayor parte de ellos tiene un diámetro superior a los 100 kilómetros y la mitad son los de mayor tamaño detectados, de más de 200 kilómetros.
Este ambicioso estudio supone un importante avance en los datos disponibles sobre grandes asteroides, de los que se desconocían su forma en tres dimensiones y su densidad, por ejemplo. Había excepciones, ya que algunos de estos asteroides, como Ceres y Vesta (los primeros de la lista por tamaño), además de Lutetia, fueron explorados de cerca en misiones espaciales, recientes pero ya históricas, de la Agencia Europea del Espacio (ESA) y de la NASA estadounidense.
En general, se han observados dos familias de asteroides, lo que son prácticamente esféricos, como Hygiea y Ceres, y lo que son alargados, como Cleopatra, que tiene una forma de hueso largo casi perfecta. Las densidades varían, explican los astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO), que es la institución más importante del continente, en la revista Astronomy and Astrophysics. Algunos de los observados son más densos que el diamante.
Los asteroides del cinturón son una pieza clave en la historia del Sistema Solar, porque se consideran piezas desechadas en la formación de los planetas. Los planetas se formaron, y se siguen formando en otros sistemas, en un proceso caótico en el que colisionan y se unen algunos de estos cuerpos celestes, mientras que otros chocan con tal energía que se fragmentan, explica la ESA.
Tras varios millones de años, gana la unión y nacen los planetas. Lo que pasó en el cinturón de asteroides fue que este proceso de acreción, como se conoce técnicamente, se detuvo por la formación, más lejos del Sol, de un enorme planeta, Júpiter, cuya gravedad ordenó a los asteroides en órbitas, lo que disminuyó la probabilidad de colisión y por tanto la gestación de otros planetas en medio.Sin embargo, también hay muchísimos asteroides mucho más lejos, en el cinturón de Kuiper. De él forman parte los dos curiosos pares que ha observado desde bastante cerca la nave robótica New Horizons, que pasó por Plutón en 2015 y sigue su viaje, ahora a más de 7.000 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Los dos fueron identificados con telescopios terrestres y luego fotografiados por New Horizons. Con modelos aplicados a las imágenes, los astrónomos han deducido que se trata de asteroides dobles. En un caso serían dos objetos de unos 50 kilómetros de diámetro y una separación de 200 kilómetros, y en el otro serían de 30 kilómetros de diámetro y separación de 150 kilómetros. La nave ha estudiado otro asteroide, Arrokoth, que parece formado por dos esféricos pegados y de ahí se han deducido hipótesis sobre su evolución a esas enormes distancias.
Las características de los 42 asteroides estudiados son tan diversas que el nuevo estudio apoya, según los astrónomos (entre los que figuran algunos de instituciones españolas), la teoría prevalente de que proceden de distintos lugares del sistema Solar. Los menos densos, por ejemplo, se habrían formado más allá de Neptuno y habrían migrado a su situación actual.
Precisamente uno de estos días parte para la órbita de Júpiter una misión espacial de la NASA, llamada Lucy, que estudiará por primera vez los asteroides troyanos, los que comparten órbita con el planeta gigante. Se trata de la única población de pequeños cuerpos celestes relativamente accesibles que queda por empezar a explorar. Durante los próximos 12 años la complicada trayectoria de Lucy le acercará a siete de estos asteroides, que probablemente se formaron al mismo tiempo que los planetas.
Otro tema relacionado con estos es el de los asteroides que algún día pueden chocar con la Tierra, que se están identificando y siguiendo en los programas de defensa planetaria espacial que tienen las grandes agencias. La ESA precisamente ha inaugurado recientemente su nueva sede para este programa, todavía muy pequeño, en el que trabaja también por encargo de la Unión Europea. Aunque el impacto en la Tierra de un gran asteroide es muy poco probable, los de asteroides medianos, que son mucho más frecuentes en el espacio, pueden causar daños al explotar en la atmósfera, como sucedió recientemente en Rusia. El seguimiento, con el mayor adelanto posible, de los identificados como peligrosos es uno de los cometidos del programa, que ahora tiene 1.226 asteroides y 117 cometas en su lista de riesgo distinto de cero.
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