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Voto electrónico Los expertos no se fían de Internet para votar

La garantía del voto secreto se impone sobre los sueños tecnológicos por la vulnerabilidad de la red. Cualquier sistema que no deje rastro en papel debe dejar de usarse inmediatamente, dice un nuevo informe de las Academias Nacionales de EEUU

Una prueba de funcionamiento del voto electrónico.- EFE

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Garantizar la seguridad y verificabilidad de una elección no es posible si el sistema de voto es electrónico y está conectado a Internet. La forma más segura de votar sigue siendo utilizar papeletas que se puedan contar y recontar a mano por seres humanos. Son las tajantes conclusiones de un comité de expertos convocados por las Academias Nacionales de Estados Unidos a raíz de las inquietantes evidencias de interferencias externas en las campañas electorales de ese y otros países.

En esta era de rápidos avances tecnológicos, normalmente bien acogidos por los ciudadanos, el nuevo y transcendente informe “Asegurar el voto: Proteger la democracia estadounidense” sobre cómo asegurar la fiabilidad de las votaciones en un sistema democrático puede parecer un paso atrás. Más bien, es una vuelta al sentido común. La tecnología no está madura para confiarle algo tan importante, concluyen los expertos convocados por los académicos de Ciencias, Ingeniería y Medicina.

Aunque el informe se centra en las elecciones en Estados Unidos y llega a pedir que se descarte el voto electrónico en cualquier cita electoral de ese país con la fecha límite de las presidenciales de 2020, las conclusiones son aplicables en todo el mundo, donde durante decenios se ha intentado desarrollar el voto electrónico, con buenos resultados en muchos casos.

El rápido desarrollo de a piratería

El mayor problema es el desarrollo, igualmente rápido, de las técnicas de pirateo en Internet. Las papeletas marcadas por los electores no deben enviarse por Internet o por cualquier red conectada a Internet, porque no existe la tecnología que pueda garantizar su secreto, seguridad y verificabilidad, señala el informe. La vulnerabilidad de Internet no es ya un secreto a voces sino algo que se ha comprobado reiteradamente y que no admite duda, a raíz de las presidenciales norteamericanas que dieron como ganador al presidente Trump.

La tecnología no está madura para confiarle algo tan importante como el voto

Los primeros sorprendidos por sus conclusiones han sido, al parecer, los autores del estudio: “Cuando en 2016 se nos pidió formar parte del comité que ha sido el autor de este informe, parecía que deberíamos fijarnos en identificar soluciones tecnológicas para tratar problemas como las largas colas en los colegios electorales y los sistemas de voto anticuados (…). Sospechábamos que encontraríamos que los sistemas de votación se están alejando de la papeleta física personal hacia sistemas tecnológicos que permiten el voto a distancia (por Internet)”, explican los copresidentes del comité, Lee Bollinger y Michael McRobbie, presidentes a su vez de las Universidades de Columbia y de Indiana, respectivamente.

Pero las informaciones que les fueron llegando y su procesamiento por los expertos les hicieron cambiar de opinión, hasta el punto de dar unas pautas tajantes para llevar a cabo unas elecciones.

Recomendaciones

Por lo pronto, se deben de utilizar papeletas que puedan ser leídas por un ser humano, incluso si se usan máquinas de votar, que no es lo mismo que el voto electrónico. Pero incluso las máquinas de votar que no dejen un rastro de papel (la impresión de cada voto para que lo pueda verificar el votante primero y se pueda utilizar en la revisión de la votación después) deben dejarse de utilizar inmediatamente, aunque sí se admite que el recuento de las papeletas se haga con un escáner óptico.

Votar desde el móvil en cualquier lugar del mundo es algo que, ahora, no va a pasar

Además, se deben de llevar a cabo siempre comprobaciones posteriores a la votación, a mano y con una muestra representativa, que no tiene por qué ser grande, antes de dar por buenos los resultados obtenidos.

Otras recomendaciones se refieren a la vigilancia permanente de la integridad de las bases de datos utilizadas en elecciones, como el censo electoral, que en algunos casos ya es electrónico, poniendo en marcha acciones defensivas contra accesos no autorizados. En general se trata de conseguir garantizar la seguridad al tiempo que se aumenta la accesibilidad a cualquiera que quiera votar, una tensión que está resultando difícil de resolver. Por ello, se pide que se financie adecuadamente la modernización de los sistemas electorales y la puesta en práctica de medidas para garantizar la seguridad. Aunque la conclusión más importante, en la práctica y por ahora, es que no se utilice Internet.

La siguiente cuestión es si los Gobiernos harán caso a este informe, que se basa en el conocimiento y el juicio de algunos de los mayores expertos del mundo en computación, ciberseguridad, derecho, sociología y organización de elecciones. Lo hagan o no en su totalidad, lo más seguro es que el escenario tecnológico soñado, el de poder votar a través del móvil y desde cualquier lugar del mundo, es algo que no va a pasar, por ahora. Lo mismo que en un futuro próximo no va a haber vehículos autónomos por las calles y carreteras ni coches voladores, ni existirá el famoso Hyperloop de Elon Musk. Lo más avanzado no siempre es lo más práctico o lo mejor que se adapta mejor a las necesidades de una sociedad civilizada.

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