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Anni B Sweet: "No hay nada de malo en la melancolía"

Junto a Los Fresones Rebeldes y Eguala, la malagueña revisitará su disco debut, 'Start, Restart, Undo'. Lo hará en la cita anual con el Stereoparty de Subterfuge este viernes en el Teatro Circo Price de Madrid. 

Anni B Sweet revisita un pasado no tan lejano este viernes en Stereoparty.- FB

Como cada año regresa el Stereoparty, convocatoria ineludible que organiza la discográfica Subterfuge desde hace 26 años –que se dice pronto–, y con ella una buena dosis de nostalgia de la mano de Anni B. Sweet, Los Fresones Rebeldes y de savia nueva a cargo de Eguala. "Para mí la nostalgia siempre ha sido un motor creativo", confiesa esta malagueña que ya ronda la treintena y que, sin saber muy bien cómo, cumple este año una década desde aquel debutante Start, Restart, Undo.

"Ha pasado todo muy rápido, cantar de nuevo esas canciones será como revisitar la Ana que era entonces, todavía recuerdo mientras ensayo las canciones con la acústica las cosas que me preocupaban en aquel momento". El círculo se cierra, los derroteros de la nueva Ana le llevan ahora a la psicodelia y el lo-fi, un nuevo volantazo compuesto íntegramente en castellano. "Me pareció una buena idea volver al origen y recordar esas canciones sin muchos aderezos".

"Me pareció buena idea recordar aquellos temas sin aderezos"

Nuevos horizontes que le han llevado a acicalar de nuevo su sonido y, esta vez sí, a probar con un cancionero en lengua cervantina. Una idea que ya barruntaba de un tiempo a esta parte y que, por fin, ha rescatado. "Muchos me animaban pero no terminaba de dar el paso porque no me sonaba bien nada de lo que hacía, creo que es muy difícil no sólo dar con las palabras que se integren bien en la canción, sino el tono de lo que dices con el sonido que estás evocando".

No se dio por vencida. Empezó a desarrollar ideas que poco a poco fue encajando en versos y más tarde en canciones. "Ha sido como si de repente descubriera un instrumento nuevo, escribir y cantar en castellano ha sido como un juego que me ha permitido evolucionar". Un sonido que la malagueña no deja de buscar y que quizá solo exista en su cabeza pero que, mientras tanto, se entretiene al acecho: "Para mí ese es el reto, soy muy curiosa con el sonido y quizá por ello ahora soy mucho más independiente a la hora de intentar alcanzar eso que busco, me grabo la batería, las líneas de bajo... Conseguí ser autónoma en la preproducción".

"Escribir y cantar en castellano ha sido como un juego que me ha permitido evolucionar"

Y mientras se termina de cocinar ese nuevo disco –en cuya producción ha intervenido James Edward, cantante y compositor de Temples, hábiles exhumadores de la mejor psicodelia–, Anni B. Sweet, a años luz de aquellas composiciones, ha echado mano del retrovisor y prevé darse un paseo por sus veintipocos: "Lo recuerdo con ternura, tenía mucha ilusión y mucha inocencia cuando lo escribí, por supuesto que si lo grabara ahora sería muy diferente".

Ya sea por la voracidad capitalista necesitada siempre de algo que revisitar o bien por una simple cuestión de autoestima generacional, lo cierto es que la nostalgia vende. Una lógica que, convendrán conmigo, no siempre reporta resultados dignos. La moda de revisitar aquel disco icónico deja tras de sí espectáculos infaustos de señoros ajados por el tiempo y el silencio arrastrándose por el escenario.

Afortunadamente no es el caso. Anni B. Sweet mira atrás sin ira y, consciente de que el tiempo pasa para todos, se aproxima a la Ana que fue con la humildad de un presente que se le antoja sobradamente sugerente: "No quisiera llegar a eso que comentas, para mí mirar atrás es fundamental, musicalmente me nutren bandas que ya no podré ver y creo que no hay nada malo en echar la vista atrás, en la melancolía".

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