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ARCO: ni polémicas ni muertes, apenas un mendrugo de pan antifranquista

Pone el foco en el Mediterráneo, pero se olvida de los migrantes. No se escuchan los bombardeos de Ucrania. Desaparecen los espacios dedicados a mujeres. Una edición sin política ni conflicto, aunque las esculturas de Ibarrola tienen miga.

El neón 'emosido engañado', de Marco Godoy, en ARCO.
El neón 'emosido engañado', de Marco Godoy, en ARCO. Ricardo Rubio (Europa Press)

ARCO no huele, ni mancha, ni salpica. Tampoco duele. "El arte nos tiene que apelar", cree en cambio Miguel Ángel Sánchez, cuya galería protagonizó en el pasado algunas de las polémicas más sonadas de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, que abrió este miércoles, en los pabellones 7 y 9 de Ifema, con el pregón de Niño de Elche. Más de dos centenares de galerías, procedentes de 36 países, y la falta de los Proyectos de Artista dedicados exclusivamente a mujeres.

Dirigida por Maribel López, en su 42ª edición brillan por su ausencia la política y el conflicto. Apenas unos guiños al 15M de Marco Godoy en la galería Max Estrella, donde sí reluce su neón emosido engañado; las ansias de libertad de una Argentina que dejaba atrás la dictadura llamadas en El Tendedero, de Graciela Gutiérrez, cuyas pancartas reivindicativas cuelgan ahora de la W Galería; o una máscara de Lorca, obra de Eugenio Merino, que reclama un cadáver nunca hallado.

Un Mediterráneo sin víctimas

La sección Mediterráneo. Un mar redondo agrupa a galerías y artistas de países bañados por el Mare Nostrum, de Marruecos a Grecia, de Turquía a Egipto. Sin embargo, la propuesta naufraga por la ausencia de una temática de actualidad: el drama de la migración o, si nos sumergimos en sus consecuencias, el Mediterráneo como gran fosa común, invisible desde la superficie de la moqueta de ARCO.

Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO 2023.
Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO 2023. Juan Carlos Hidalgo (EFE)

La polémica no está servida

¿Debe el arte generar debate y controversia? Acostumbrados al lío provocado por el Franco enneverado o el ninot del rey Felipe VI, ¿esperan impacientes el visitante o la prensa la polémica del año? "Parece que hay una necesidad, porque en este país somos así, siempre liados con temas territoriales o políticos", razona Miguel Ángel Sánchez, fundador de ADN Galeria, quien en esta ocasión presenta Aquí murió Picasso, la capilla ardiente de un pintor "que no debe ofender a nadie", obra de Eugenio Merino.

"El arte nos tiene que apelar, no solo está para embellecer nuestros hogares y nuestras vidas, ni para motivarnos viajes culturales y personales, sino que de alguna forma también nos debe interpelar. Y hay artistas que tocan temas que, en España, son un poco más complicados", añade Sánchez, quien cree que la polémica, más allá de los medios, es un "problema" de los tiempos. O sea, de esta época, aunque también del minutero.

"Vivimos en la inmediatez y apenas le prestamos atención a una obra de arte. Tendríamos que abrirla como si fuese un libro y leerla, pero eso implica horas de dedicación. Sin embargo, hay que pensarla y aprehenderla. En cambio, con la tensión de la tiranía de la novedad, muchas veces nos quedamos en una lectura más epidérmica", argumenta el galerista, quien disecciona el cadáver de Picasso en el 50º aniversario de su muerte.

'Aquí murió Picasso', de Eugenio Merino, en ARCO 2023.
'Aquí murió Picasso', de Eugenio Merino, en ARCO 2023. Juan Carlos Hidalgo (EFE)

"El mensaje es que un emblema como él puede ser usado como un reclamo turístico, pues tras una efeméride hay motivaciones económicas, turísticas y de merchandising", concluye Miguel Ángel Sánchez, con un ojo puesto en Málaga, donde en 2017 se veló por primera vez esta escultura hiperrealista con el objetivo de que el público reflexionase sobre su instrumentalización con fines comerciales en una ciudad gentrificada y turistificada.

Ucrania: ecos de guerra

Dos artistas ucranianos, Nikita Kadan y Mikola Radnyl, exponen su obra en Voloshyn, la primera galería de su país presente en ARCO, que fue usada como refugio para resguardarse de los bombardeos en Kiev, al igual que había sucedido en la Segunda Guerra Mundial. Es la única referencia directa de la feria a la guerra en un espacio donde también cuelgan carteles con los lemas Decolonize Russia o Stop Putin.

Más allá del cortometraje de Carlos Saura dedicado a Los fusilamientos del tres de mayo, de Goya —que obligan a retroceder hasta la guerra de la Independencia española—, Eugenio Ampudia ha querido habitar el Guernica y convertirlo en un espacio protegido. En Refugio, una caseta construida con retazos del cuadro de Picasso expuesta en Max Estrella, podrían caber refugiados ucranianos o migrantes que se juegan la vida en el Mediterráneo.

Obras de arte de la galería ucraniana Voloshyn, en ARCO.
Obras de arte de la galería ucraniana Voloshyn, en ARCO. Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Las esculturas antifranquistas de Ibarrola

Las cuatro piezas de Agustín Ibarrola tienen mucha miga, pero resulta necesario que el galerista José de la Mano desentrañe cómo fueron creadas por el entonces artista comunista y antifranquista: "El Equipo 57 se disgrega porque él ingresa en prisión en 1962. Entonces pinta cuadros en sábanas y luego, usando la miga de los mendrugos de pan que le pasaban sus compañeros y su propia saliva, genera estas esculturas".

Algunas se perdieron y, afortunadamente, otras se han conservado. "Estas cuatro solo están en exposición, porque para su familia es una obra íntima que Agustín mantuvo siempre consigo. Demuestran que, al final, el artista sale adelante en las situaciones más complejas, como una dictadura", añade José de la Mano.

El galerista se plantea cómo unos presos comunes podrían haber ayudado a un artista represaliado por motivos políticos, aunque no entendiesen lo que estaba haciendo. "De hecho, nadie comprendió estas esculturas ni al Equipo 57 hasta la exposición que le dedicó el Museo Reina Sofía", concluye.

Esculturas de Agustín Ibarrola, en ARCO.
Esculturas de Agustín Ibarrola, en ARCO. Público

Mujeres, sin espacio propio

Los Proyectos de Artista dedicados exclusivamente a mujeres, como sucedió en las dos anteriores ediciones, han desaparecido. Maribel López, la directora de ARCO, ha alegado que era un requisito "demasiado reductor" y "muy binario", que las propias galerías han contado con más mujeres y que, de veinte espacios de proyectos, quince corresponden a artistas femeninas. Sin cifras recientes, en 2018 la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales Contemporáneas (MAV) cifró su presencia en solo un 19%.

Entre ellas, Semiha Berksoy, Kiki Smith, Maria Lai, Ana Esteve, Sanja Ivekovic, Huda Lufti, Regina José Galindo, Iman Issa, Anna Boghiguian, Shirley Villavicencio, Cristina Banban, Sanya Kantarovsky, Polonca Lovsin, Marilena Pelosi, Milena Usenik, Misleidys Castillo Pedroso, María María Acha-Kutscher, Selma Selman o Diana Larrea, quien en Los inventarios reales reflexiona sobre el cambio de autoría de algunos cuadros del Museo del Prado originalmente atribuidos a mujeres.

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