Bayona llegó, vio y venció en los Goya
Isabel Coixet dijo horas antes de que se iniciase la ceremonia de la 38º edición de los Premios Goya que los directores son como plantas carnívoras que lo devoran todo. La máxima se cumple con el cineasta responsable de 'La sociedad de la nieve', que ha a
Valladolid-Actualizado a
No hay mejor manera de disfrutar del cine que hacerlo en pijama desde el sofá con unas buenas palomitas. Javier Ambrossi y Javier Calvo lo tienen claro, por eso han arrancado la gala de la 38 edición de los Premios Goya ataviados con batines de raso a las 22.04 horas. Los creadores de La Mesías están viviendo su mejor momento en la industria, pero no quieren parar de soñar. Esta invitación de la Academia de Cine para presentar la gala supone la realización de una enorme ilusión y les llega con una compañera de excepción.
En los días previos a la gala, la pareja de cineastas han descubierto en Ana Belén un "alma parecida", según reconocieron a la entrada del evento. La actriz recibió el Goya de Honor en 2017 en reconocimiento a su dilatada carrera, con más de 40 películas y 30 obras de teatro a sus espaldas. Entonces aprovechó su discurso en el Marriott Auditorium Hotel de Madrid para reivindicar la figura de la mujer en el cine y justo así ha querido arrancar su discurso en la gala.
"Las mujeres no queremos intentos para vivir, es urgente que todos exijamos certezas y eso pasa por condenar todos los abusos y la violencia sexual y por revisar las estructuras que lo permiten", dijo Ana Belén en un alegato al principio de la gala al que se sumaron los Javis. "Esto nos atañe a todos, hombres y mujeres. A las víctimas de violencia sexual no están solas", señaló Ambrossi. "Aquí en el cine también se acabó", remachó Ana Belén.
Ya en la alfombra rosa se habían visto abanicos blancos con ese lema escrito en letras carmesí. Actrices como Marisa Paredes, Gracia Olayo o Cecilia Roth lo portaban; también la directora Isabel Coixet, nominada a mejor dirección por Un amor, recorrió la alfombra roja con este complemento y una pegatina de solidaridad con Gaza, que también luce el músico portugués Salvador Sobral. "Si los agricultores me hubieran dado una chapa, también me la hubiera puesto", ha dicho la realizadora de películas como La librería o Nadie quiere la noche.
'La sociedad de la nieve': Bayona, profeta en su tierra
Las quinielas no eran favorables a La sociedad de la nieve, a pesar de partía para este ascenso a la cima con 13 candidaturas. Solo la aventajaba 20.000 especies de abejas, con 15 nominaciones; pero la cinta de Estibaliz Urresola contaba con el aval de haberse alzado con el máximo galardón en los Premios Feroz, donde competía con la película de Juan Antonio Bayona.
Sin embargo, esta noche iba de cumplir deseos imposibles y Jota llevaba más de una década viviendo por y para este proyecto que quería honrar la memoria de un grupo de jóvenes que hizo lo que pudo para sobrevivir en Los Andes. Para lograrlo, hizo decenas de entrevistas a los protagonistas de la tragedia, dejó atrás el universo hollywoodiense para volver a rodar en castellano y quiso hacerlo en nuestro país, en Sierra Nevada (Granada). Esta gesta le ha valido dos nominaciones a los Óscar, dentro de las categorías de mejor película internacional y mejor maquillaje y peluquería. Ahora, Bayona vuelve a ser también profeta en su tierra.
Cuando la gala rozaba la medianoche, esta superproducción ya llevaba diez estatuillas, pero fue el galardón a Matías Recalt, como mejor actor revelación, el primero que arrancó las lágrimas al director. "A toda la gente que hizo La sociedad de la nieve. A los supervivientes, a los que no volvieron y a los familiares, que nos dejaron contar esa historia", dijo desde el estrado antes de dedicar una última mirada hacia el cielo: "A mi padre, que perdí antes de hacer esa película", añadió.
Ese podría haber sido un cierre perfecto a su discurso de agradecimiento, pero el intérprete quiso tener también un momento para posicionarse políticamente: "Un abrazo muy grande a mi país, que pasa un momento delicado. Que no se manche la cultura". El auditorio se llenó de aplausos.
Sus palabras llegaban después de que el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), asegurase que su presencia era la mejor manera de reivindicar causas "reales" como las movilizaciones recientes de los agricultores y dedicara una frase lapidaria a la industria audiovisual española: "Los señoritos son los que viven de producir cine que nadie ve".
Con esa polémica a las espaldas, hoy ha accedido al recinto ferial de la ceremonia de los Goya como único representante del partido ultra en la gala y lo ha hecho sin pasar por la alfombra rosa, como el resto de los políticos que tienen presencia en el auditorio. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quiso responderle desde esa pasarela: "En el cine no hay señoritos, hay trabajadores y son un orgullo para nuestro país. [...] Tal vez a algunos les gustaba más la época del NODO, no gusta la época en la cual hacemos grandes producciones cinematográficas, hacemos récord de producción de cine y nuestros trabajadores del mundo audiovisual hacen una excelente labor y tienen todo nuestro apoyo".
Los presentadores de la 38 edición de los Goya también se mojaron antes de que arrancase su labor como conductores y lo hicieron con una cita del fallecido activista LGTBI y político socialista Pedro Zerolo. "Él decía usted en mi mundo sí cabe pero yo en el suyo no", recordó Calvo.
La antesala de los Óscar
En estos Goya todo el mundo mira de reojo a los Óscar. Anatomía de una caída, el filme dirigido por Justine Triet, que ha recibió cinco nominaciones a los premios dorados y que competirá directamente contra las favoritas de esta edición de los máximos galardones de Hollywood, Oppenheimer y Pobres criaturas ha sido la merecedora del Goya a mejor película europea. Lo ha logrado después de arrebatarle a La sociedad de la nieve otros galardones en los que competían en la misma categoría como los Globos de Oro y los Premios del Cine Europeo.
En estos últimos galardones, el cine español no volvió de vacío a pesar de la decepción de Bayona. Este año fue Robot Dreams la que se convirtió en nuestro estandarte y ganó el premio a la mejor película europea animada del año.
Esta película muda de Pablo Berger sobre la amistad entre un perro y un robot en el Nueva York de los 80 también competirá en los Óscar. Esta noche, por lo pronto, ha conquistado también a los académicos españoles y se ha erigido triunfadora del Goya a mejor guion adaptado y el dedicado a la mejor película de animación.
Malena Alterio y David Verdaguer, los esperados
Las sorpresas son un regalo para los titulares, pero hay nombres que no pueden defraudar en el palmarés. En esta ocasión, Malena Alterio era uno de esos Goya que ya llevaban nombre y apellidos. Su personaje en Que nadie duerma, una película basada en la novela homónima de Juan José Millás y dirigida por Antonio Méndez Esparza, ha logrado el complicado equilibrio entre conquistar a crítica y público.
La hija del actor Héctor Alterio y hermana pequeña de Ernesto Alterio había sido nominada hace 23 años como actriz revelación y es ahora, recién cumplidos los 50, cuando se salda la cuenta pendiente.
En el caso de David Verdaguer, nominado por su papel de Eugenio en Saben aquell, la pugna era emocionante. Ninguno de los aspirantes a mejor actor protagonista había ganado anteriormente ese Goya. De hecho, cuatro de los cinco —excepto él— ni siquiera habían tenido la oportunidad de verse nominados antes. "No pensé que la peli pudiera llegar tan lejos", dijo ya en la alfombra rosa.
Al ser elegido, Verdaguer dejó un alegato hermoso flotando en el aire: "Eugenio era una persona que tenía muchísimo miedo, yo también tengo miedo pero lo aparco y hacemos películas y estas películas sirven para que alguien cuando las ve se olvide durante un ratito de su miedo y esto es muy bonito", ha asegurado poco antes de dedicarle el premio a su hija.
La ciudad del Pisuerga y su historia de amor con el cine
Valladolid es una ciudad de cine. Lleva ligada al séptimo arte casi 70 años como escenario de uno de los festivales más importantes de nuestro país, la Seminci. Sin embargo, ese no es el único vínculo inolvidable que mantiene con la historia del cine español.
Esta noche, la Academia ha rendido homenaje a Concha Velasco, que murió el pasado 2 de diciembre en Madrid a los 84 años. Ana Belén se ha puesto en su piel y ha interpretado un popurrí con muchas de sus canciones más conocidas, como aquella imperecedera Chica ye ye, ante la atenta mirada de los dos hijos de la actriz.
"Viene a la cabeza, al corazón, a todas partes la falta de Concha en Valladolid [...] siempre en la memoria", declaró emocionado el actor José Sacristán, a su llegada a la Feria. Él ha sido el encargado de entregar el Goya de Honor al director de fotografía Juan Mariné que, a sus 102 años, ha vivido todas las épocas del cine. Rodó el entierro del líder anarquista Durruti, fotografió la primera película española en Technicolor y ha resucitado varios clásicos. En su trayectoria no faltan premios entre los que se encuentran la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que recibió en 1990, el Premio Nacional de Fotografía en 1994 y la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) en 2015.
El poder de las canciones
Uno de los platos fuertes de cualquier entrega de premios son sus números musicales. La edición de 2019 siempre será recordada por aquella reinterpretación de Me quedo contigo de la mano de Rosalía. Esta vez quedará para la historia la primera actuación con una Amaia intimista que arrancó Mi gran noche, de Raphael, al piano para que luego la recuperase David Bisbal a lo grande.
Tras su experiencia como actriz en La mesías, la extriunfita ha reconocido que le gustaría seguir en el mundo de la interpretación, pero siempre con la música como su actividad principal. "Yo me considero cantante y música, pero ir haciendo cositas que me encajen en segundo plano… Ahí lo dejo", dijo antes de subirse al escenario.
Ella fue la encargada de entregar a una emocionada Rigoberta Bandini el galardón de mejor canción original por Yo solo quiero amor, de la banda sonora de la película Te estoy amando locamente. "A todas las han llamado maricones o bolleras en el patio del cole. [...] Es para vosotras, nunca más vulnerarán vuestros derechos, gracias", dijo para terminar su dedicatoria.
Fue un galardón con mensaje desde su propia presentación, ya que una de las actrices del reparto de la película, Alba Flores, acompañó a la cantante de La canción que no quiero cantarte en la proclamación de su triunfo y no perdió ni un segundo en lanzar un mensaje claro: "Buenas noches y paz para Palestina por favor". La causa también ha estado presente en el discurso de Estíbaliz Urresola, que al recoger su cabezón a mejor directora novel ha hecho un alegato contra de la guerra de Israel en Gaza.
Sigourney Weaver, el triunfo de la madurez
La 38ª gala de los Goya es la primera en la que ellas tienen más nominaciones que ellos: en el 61% de las candidaturas, individuales o colectivas, hay mujeres, según los cálculos de la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales CIMA. En los dos años anteriores, el porcentaje rondaba el 40%.
La escalada representa un triunfo, pero esa conquista convive con otros datos menos halagüeños e igualmente contrastados, como la brecha salarial a la que se enfrentan las mujeres del cine o la deuda pendiente que aún tiene la industria con las mujeres que trabajan detrás de la cámara. Hasta el momento, solo Pilar Miró, Icíar Bollaín e Isabel Coixet cuentan con el Goya a la mejor dirección.
Sin embargo, si hay un éxito atribuible a la noche de los Premios Goya 2024 es que, por primera vez en mucho tiempo, el foco se ha colocado sobre mujeres que ya no tienen 20 años, ni siquiera 40. Entre ellas, la premiada con el Goya Internacional de este año: Sigourney Weaver.
Al borde de la media noche, la actriz tres veces nominada al Oscar y ganadora del BAFTA y del Globo de Oro dio comienzo a su discurso en castellano. "Estoy llena de gratitud", manifestó visiblemente emocionada. A continuación, ha pasado a utilizar su lengua materna para poner en valor el cine español de los últimos años: "Buscar grandes historias en todos los géneros, retroceder y avanzar en el tiempo, no querer repetirme nunca, siempre en busca de historias sobre y para mujeres para que nos recuerden lo poderosas que somos", ha destacado entre los valores de nuestra industria. "Cuando pienso en el cine español, pienso en la excelencia, en humanidad y corazón, no en cinismo", añadió.
También ha dedicado unas palabras a la actriz que le dobla en castellano, María Luisa Solá, que lleva poniendo voz a sus películas en castellano desde hace 30 años. A lo largo de todo ese tiempo, la intérprete estadounidense ha sido testigo del camino que llevamos andado hacia la igualdad total en el sector: "Yo solo recibía guiones con mujeres maduras caricaturizadas", protestó en un encuentro con público pocas horas antes de la ceremonia. "Antes, las películas estaban pensadas y dirigidas a un público de hombres jóvenes de 18 a 31 años, pero afortunadamente hemos ido comprendiendo y ampliando el espectro de la audiencia e incluyendo historias de y para mujeres", celebró la protagonista de la serie Las flores perdidas de Alice Hart.
En ese escenario de cambio, puede englobarse el reconocimiento al trabajo de Ane Gabarain, que se ha alzado con el premio a la mejor actriz de reparto por 20.000 especies de abejas. Su compañera de reparto, la pequeña Sofía Otero ha sido la encargada de hacerle llegar el Goya y juntas han protagonizado uno de los momentos más emotivos de la noche.
Las generaciones se dan la mano sobre las tablas. Sobre ese escenario otra veterana, la vicepresidenta de la Academia, Susi Sánchez, ha encabezado un discurso contra la violencia sexual y los abusos de poder con sus compañeras de la Junta Directiva, que portaba paipay con el lema Se acabó. Los ha repartido antes de comenzar la retransmisión CIMA, la organización que representa a las mujeres en el cine.
"Las películas que estamos premiando nos emocionan y nos hablan de la vida y una vida no puede ser contada sin que estén presentes las mujeres", ha comenzado narrando la actriz. "Los personajes femeninos nos inspiran para construir un futuro donde la igualdad sea la norma y no la excepción. Nos solidarizamos con todas las víctimas y condenamos los abusos, vengan de donde vengan. Queremos espacios de respeto y de igualdad. Se acabó el abuso de poder y la violencia contra las mujeres", sentenció.
El final soñado para los de la montaña
Casi en el ecuador de la gala subió a la platea el sillón de Todo sobre mi madre celebrar el 25 aniversario de esta película que encumbró a Pedro Almodóvar y a sus chicas al olimpo hollywoodiense. Los Javis se acomodaron en él en un momento intimista para hablar de cómo la filmografía del cineasta manchego ha marcado su vida. Era casi obligado que fuese Almodóvar quien colocase el broche de oro a la noche con la proclamación del Goya a la mejor película.
Lo que quizás muchos no esperaban es que antes de hacerlo, el director más internacional de nuestro cine tenía preparado un último recado a García-Gallardo: "No hace muchas horas un político ha hablado de nosotros; yo soy uno de esos señoritos. A este hombre le voy a decir que lo odio y ese dinero que recibimos con anticipo lo devolvemos con creces al Estado", se despachó.
La tensión no duró demasiado en el aire. Como el todo gran show, la fiesta siempre debe seguir adelante y el estallido de júbilo vino con el anuncio de la irrupción en las tablas de todo el equipo de la La sociedad de la nieve. "Hemos estado diez años escuchando a gente que nos decía que esta película no era posible", dijo Bayona en su discurso de cierre. El cineasta ha demostrado que el cine es capaz de todo y él, también.
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