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Cartel de la serie 'La Mesías'. Foto: Movistar Plus+
Cartel de la serie 'La Mesías'. Foto: Movistar Plus+
Cartel de la serie 'La Mesías'. Foto: Movistar Plus+
Cartel de la serie 'La Mesías'. Foto: Movistar Plus+

‘La Mesías’: bienvenidos al universo más oscuro de Los Javis

Ambrossi y Calvo se sumergen en una serie tenebrosa que acaba de estrenar Movistar Plus+, donde tocan temas como el vacío existencial, el fanatismo religioso o el desarraigo infantil.

Aurora Muñoz

«Honrarás a tu madre». Ese es el lema de presentación de La Mesías, una serie original escrita y dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi que acaba de llegar al catálogo de Movistar Plus+. Su versión abreviada del quinto mandamiento nos introduce de lleno en un drama de suspense psicológico que narra las profundas cicatrices que durante décadas causa un trauma infantil. «Después de hacer nuestra propia adaptación del musical con La Llamada o del biopic con Veneno, queríamos adentrarnos en el thriller. Este proyecto nació con la vocación de convertirse en una especie de Mujercitas dark«, cuenta Ambrossi en una entrevista telefónica con Público.

Aquel punto de partida acabó por regalarles un viaje en el tiempo que cuenta la historia de una familia, con sus creencias, sus temores y la culpa. La Mesías habla de religión, pero cualquiera que espere trazar paralelismos con el campamento La Brújula se quedará con el gesto desencajado nada más terminar el primer episodio. «La Llamada era una película muy sencilla, que quería abordar un tema que es el respeto a las creencias. La Mesías habla un poco de lo mismo, pero con una perspectiva diferente. Esta serie es muy compleja, tiene muchas líneas temporales, pero en esencia trata sobre de las múltiples maneras de creer que tenemos. Hablamos de religión, de alienígenas, de arte e incluso de la ayahuasca o el mundo de las drogas como válvulas de escape ante el terror», explica su creador.

Stella Maris, las Flos Mariae que nunca existieron

La trama arranca en 2012. Enric — interpretado a lo largo de los episodios por Roger Casamajor, Biel Rossell y Bruño Núñez— sufre un ataque de ansiedad al ver el vídeo viral de una banda de pop cristiano de seis hermanas que cantan a la Virgen. Son las Stella Maris (estrella de mar en latín), que en el primer episodio se definen como una mezcla entre las Spice Girls, Wendy Sulca, Marilyn Manson y Santa Justa Klan. Su actuación destapa los más oscuros recuerdos de infancia, marcados por una madre con delirios mesiánicos. Decidido a salvar a estas niñas de los mismos abusos que sufrió él, embarca a su hermana Irene —representada por Macarena García, Carla Moral e Irene Núñez— en una auténtica epopeya para encontrarlas.

 

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«Nos dimos cuenta de que no habíamos explorado antes el lado oscuro y perturbador de la fe. Así que iniciamos una investigación y descubrimos las historias de familias que, después de una llamada divina, decidieron encerrar a sus hijos en casa para cumplir con la misión que se les había encomendado. Permanecían aislados, pero que grababan películas caseras que les permitían soñar que estaban en otro lugar, haciendo una vida diferente. Algunos llegaron a crear canciones que eran a la vez ridículas y únicas«, expone Ambrossi.

Su narración nos traslada inevitablemente al año 2014, cuando la girl band de pop católico Flos Mariae se convirtió en la sensación viral del momento con su tema Amén, el octavo track de su disco debut Totus Tus María. Nueve años después, vuelve al imaginario colectivo aquella mítica frase: «Como una loncha de queso en un sándwich preso». Entonces, muchos creyeron que las siete integrantes del grupo formaban parte de era una farsa que trataba de evidenciar la cara más absurda del sectarismo; pero la realidad es que el proyecto musical de las hermanas Bellido surgió como una promesa a la Virgen María a cambio de que obrara el milagro de salvar a su madre, María Durán, de tumor maligno. La matriarca del clan no pudo esquivar el fatal desenlace, pero su prole no desistió y continuó con su misión de transmitir la palabra de Dios.

En mitad del rodaje de esta producción, una parte de la agrupación emitió un comunicado con el que advertían de la posibilidad de emprender acciones legales. «Somos Flor, Montserrat y Patricia, integrantes del grupo Mariah’s Pop, creado tras la disolución de Flos Mariae (…). Este vídeo es para comunicar que estamos en contra de que se use su nombre para dar a conocer la serie titulada La Mesías. (…) Nunca hemos autorizado ni se nos ha pedido permiso para tal fin», avisan tres de las siete miembros de la banda original.

Ante estas declaraciones, el equipo se ha desligado por completo de estas acusaciones. «La serie es un compendio de un montón de cosas que les interesan a los Javis. La historia de ellas les interesó, pero también otros muchos casos», ha manifestado Macarena García, una de las protagonistas del elenco. «Inspirarse en los hechos reales es más antiguo que el hilo negro”, ha añadido en su defensa Javier Ambrossi.

Amaia y Albert Pla, la auténtica revelación

Una de las actrices que dan vida a las integrantes de este conjunto imaginario es Amaia Romero. De hecho, su concierto de cierre de gira en el Wizink Center nos descubrió un tema de la banda sonora de La Mesías. Allí tocó por primera vez en directo un tema que ella misma ha bautizado como El árbol. Fue lo primero que compuso al salir de la Academia y en una reunión de preproducción con Los Javis, les propuso esta canción para que formase parte del repertorio de las Stella Maris. «Todo lo que decía en la letra encajaba perfecto, fue un poco mágico porque cuando la hice no tenía ni idea de la serie», apuntó Romero durante su presentación en el concierto.

Después de un breve cameo en Paquita Salas, la cantante tenía pendiente su debut como actriz con los que fueron sus profesores de interpretación en Operación Triunfo. Esta es una deuda saldada y no de cualquier forma. En la serie se pone en la piel de Cecilia, un personaje marcado por la inocencia y con un carácter prácticamente a su medida: soñador y distraído. «Desde que la conocimos en el primer casting de OT hemos querido apostar por ella. Era una promesa que teníamos pendiente cumplir y ha sido un placer trabajar juntos porque es muy buena actriz. La gente tiene que saber que lleva uno de los papeles más importantes de la serie y que ella, junto con Albert Pla, es la gran revelación», adelanta Ambrossi.

El músico sabadellense aparece en la serie convertido en Pep, un fanático religioso que queda fascinado por Montserrat y forma una gran familia con ella. Es el punto de inflexión de esta historia. «A nosotros nos gustan estas mezclas, unir a nuevos talentos con actores veteranos que han estado casi desde los inicios con nosotros», remarca Ambrossi. Sin embargo, en el caso de este polifacético y transgresor artista, les costó un poco más encontrar el hilván en este universo que el escritor Sergio del Molino ha comparado con las películas más inquietantes del cineasta Michael Haneke. «A Albert lo conocimos en el casting. Eva Leira y Yolanda Serrano nos lo presentaron, se empeñaron en que tenía que ser él y nosotros no lo veíamos. No lo entendíamos bien, pero en cuanto empezamos a trabajar, lo tuvimos clarísimo. No podía ser otro», asegura.

La madurez de un sello reconocible

En las semanas previas al lanzamiento, se han sucedido los titulares que describen esta obra como una ruptura con el resto de la trayectoria de Los Javis y toda la esencia creativa que el público relaciona con su productora audiovisual, Suma Content. Ambrossi reconoce un salto hacia la madurez, pero reivindica su característico sello. «Aquí hemos hecho un All Stars. La gente puede confiar en que La Mesías está hecha por las personas que ya estaban con nosotros en Paquita. Repetimos con casi todo el equipo técnico en departamentos como fotografía, vestuario, arte… Hay una confianza de familia y esperamos que la gente sepa verla», introduce.

Ese pacto se extiende al espectador, con el que también tienen una relación consolidada y esperan que hagan un acto de fe junto a ellos. «Esta es una serie exigente, que requiere paciencia y que entres en ella. No puedes verla planchando o cocinando a la vez«, anticipa. «Hay episodios que son muy lúgubres, pero tiene muchas capas con las que se irán encontrando si le dedican tiempo. Esa mezcla de géneros, de actores y de prácticamente todo es parte de nuestra manera de contar historias», propugna.

La crítica audiovisual ha recurrido hasta el exceso a la puesta en valor de la marca Almodóvar, pero el cine de autor ya venía requiriendo sucesores y Los Javis son un sello reconocible que adelanta un cambio generacional. «Nosotros siempre hemos dado la cara, desde que estábamos vendiendo en el [teatro] Lara el merchandising de La Llamada«, destaca Ambrossi. «Vamos allá donde nos dice nuestra voz interior y eso ya un éxito: contar historias como te las has imaginado, sin pasar por un algoritmo ni por nadie que te diga que tienes que cambiarlo para que una plataforma capte espectadores. No nos interesa hacer una súper producción prefabricada en la que nadie sabe quién está detrás. Hemos apostado por cosas que nos apasionan de verdad y no le tenemos miedo a si gusta más o menos. De hecho, pensamos que la gente más joven no entendería muchos de los chistes de Paquita y nos sorprendimos», admite su cocreador.

 

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Desde entonces, el universo de los Javis encuentra anclaje permanente con la generación Zeta, ya sea a través de los fenómenos pop o de la viralidad en la era digital. «Hemos testeado la serie y muchísima gente joven trabaja en esta productora. Ellos han sido un motor fundamental del proyecto. Creo que subestimamos el gusto que tienen las generaciones más jóvenes que nosotros y saben muchísimo más del audiovisual de lo que pensamos. Tienen gusto y criterio, a pesar de que todo el rato se les señala como si solo les interesasen tonterías y TikTok», protesta en un ejercicio de coherencia.

Una maternidad fanática

La Mesías, de hecho, va precisamente de no apuntar con el dedo. «Habla justamente de lo que es crecer encerrado y de la manipulación que existe en muchos colegios religiosos con el pecado. Va sobre cómo es que alguien te diga: ‘Lo que haces está mal’. Ese micro mundo que viven las hermanas es el que experimentamos muchas personas LGTB. Tienes que huir de tu casa, lejos de todas las personas que quieres y enemistarte con ellas para encontrar tu libertad. Luego, cuando creces, intentas volver, pero ya no hay manera de encontrarte», evidencia Ambrossi.

Esa es la raíz de la serie, que observa a sus personajes desde un prisma tenebroso donde se pierde la alegría de sus anteriores proyectos. «Toca de lleno el tema del vacío. Queríamos contar que, cuando creces con un desarraigo absolutamente insoportable, siempre se te queda dentro una mirada oscura de la vida», señala Ambrossi.

 

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El eje de todo este entramado asfixiante es Montserrat. Ella es, como Dios, el principio y el fin de todo. Este personaje —al que ponen rostro Ana Rujas, Lola Dueñas y Carmen Machi— aparece como una figura poderosa, fascinante y aterradora. Una madre completamente narcisista que cree que ha venido al mundo para salvar a la Humanidad del Apocalipsis. Una cosa facilita. Como es habitual en la filmografía de Javier Calvo y Javier Ambrossi, las mujeres que aparecen retratadas están llenas de matices y encarnan roles fuertes que nos desvían de los lugares comunes. Montse no es una excepción. El trío de actrices que dan vida a esta diva mesiánica se dejan la piel para desarrollar las distintas etapas de su vida: la veinteañera despreocupada; la líder de 40 años que se descubre como iluminada, y la mujer madura que, sin posibilidad de redención, asume el que ha sido su anhelo de siempre: ser amada.

«El reto era explicar un personaje con tiempo, conseguir que la gente se asome a la serie a descubrir cómo ella se acaba convirtiendo en la villana. Necesitábamos que el espectador fuera siguiendo, paso a paso, todos sus giros y no juzgarla a pesar de que se descubre como una gran manipuladora que genera todo el dolor que arrastran sus hijos», detalla Ambrossi. A su modo, Montserrat opta por sacrificar a su descendencia como si se tratase de una prueba del Génesis, pero ni si quiera Abraham llegó a tanto con Isaac para contentar a Dios, según reza el Antiguo Testamento.

El corazón infante del rodaje

Ese nido de inseguridades y traumas infantiles se refleja en un elenco repleto de menores. «La parte más bonita de este rodaje ha sido trabajar niños, porque su mirada es pura y tienen una inteligencia que te sorprende», cuenta con un orgullo casi paternal. «La interpretación no deja de ser un juego, como cuando en casa quieren ser mayores o médicos. Actuar es como todas las cosas de la vida, una vez que conoces cómo funciona y le pones luz, se puede desarticular. Ellos lo entendieron muy rápido y nosotros también», rememora el cocreador de esta ficción.

Algunos de los intérpretes rondaban los cuatro y seis años, pero su profesionalidad estuvo por encima de su estatura. «Sabíamos que trabajar con ellos iba a ser muy exigente, porque con niños no puedes permitirte tener un mal día, no se lo merecen. Hacíamos muchos juegos, montamos una casa de terror y hablábamos de tener pesadillas, de sus deseos o de las cosas que les hacen felices. Todos los días acabamos bailando Miley Cyrus, para desconectar. Lo más importante es la confianza que generas con ellos, el resto está hecho», relata.

Saltos en el tiempo

Aunque todo el equipo habla de esta producción como si fuese fácil, el rodaje les ha ocupado tres años completos de sus vidas. Se rodó en Catalunya, en dos bloques. «Hemos rodado en 16 milímetros todo el pasado, que se ubica en los años 80 y 90. El presente lo hemos rodado en digital», contaba Javier Calvo al finalizar la primera etapa. Esta mezcla de texturas formaba parte de la estética que trazaron como línea maestra cuando todavía solo tenían ‘la Biblia’ del proyecto y Alberto Gutiérrez, el montador habitual de Suma Content, ha sabido materializarlo con maestría.

«Necesitábamos un parón para resetear y terminar de perfilar los guiones. Algunas actrices tenían también que hacer cambios físicos para sus personajes», justifica Ambrossi, que reconoce que se han dejado el alma en esta serie. «Ha sido un privilegio compartir este viaje con el equipo que nos acompaña desde La Llamada y ahora solo nos queda esperar a que el público le dedique el tiempo a conectar con La Mesías y también, de paso, con su niño interior», concluye. Ahora le espera una nueva etapa. Los Javis han anunciado que ya trabajan en la creación de un largometraje en Estados Unidos, pero esa es otra película que ya llegará… Si no nos pilla primero el fin del mundo.