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Jack Reacher y otros héroes del cine al margen del sistema

Infringen leyes para conseguir sus objetivos, pero son considerados ‘los buenos de la película'. El protagonista de la última película de Tom Cruise sigue la estela de Robin Hood, Harry el Sucio y James Bond.

MARÍA JOSÉ ARIAS

La imagen arquetípica del héroe tiende a representar a alguien lleno de virtudes como el valor, la honestidad y la generosidad, que lleva a cabo acciones valerosas para salvar a alguien en apuros o deshacer entuertos. Sin embargo, lejos de esta definición más o menos estándar de lo que sería un héroe, tanto el cine como la literatura están llenos de héroes al margen de la ley. Personalidades complejas, con dobleces, que actúan fuera de un sistema ineficaz. El ejemplo más reciente del cine viene de la mano de Tom Cruise, protagonista absoluto del blockbuster Jack Reacher, que se estrena esta semana en España.

Cuando Lee Child se vio en el paro, este abogado británico con una amplia experiencia en la televisión decidió cambiar su forma de ganarse la vida. Se puso a escribir una novela. El resultado fue Killing Floor. Era 1997 y suponía el inicio de una saga literaria que acumula 17 títulos. El protagonista es Jack Reacher, un antiguo investigador militar que un día decide romper con todo e ir por libre. No tiene teléfono móvil ni cuenta de correo electrónico ni tarjeta de crédito y, mucho menos, un perfil en cualquiera de las redes sociales de moda. Vive al margen de la sociedad, como una especie de ermitaño errante sin domicilio fijo y sin posesiones. Sobrevive con la pensión de exmilitar.

Con un material así, era inevitable que tarde o temprano se hiciese una película. Costó varios años pero Jack Reacher ha dado el salto a la pantalla y si la taquilla responde todo hace presagiar que será el inicio de una larga y próspera franquicia al estilo Bourne, otro héroe fuera del sistema. Ambos son lo que en términos maniqueos se definiría como el bueno de la película pese a que sus métodos sean éticamente cuestionables. Aunque compararlos es inevitable, ambos han nacido en las páginas de un libro y son exagentes con unas capacidades asombrosas, las motivaciones de uno y otro son distintas.

A Jack Reacher le mueve (al menos en esta primera incursión en el cine) la verdad y el sentido de la justicia. El acusado de matar a cinco personas en un tiroteo es alguien de su pasado que ya escapó de un castigo. Reacher prometió hacer justicia y sale de las sombras para eso. A Bourne, sin embargo, lo que le mueve es la supervivencia, que acaba pasando por desvelar la verdad. Él es el bueno, aunque sea un agente entrenado para matar. Su justificación moral ante el público está en que no recuerda quién es y cuando lo hace quiere cambiar. Sólo pretende que sus antiguos jefes (los malos) dejen de perseguirlo para matarlo.

Bourne y Reacher son dos de los ejemplos más recientes de un tipo de héroe que actúa fuera del sistema y que siempre ha existido en el cine. Un género como el western está plagado de ejemplos y fuera de él la lista podría llenar páginas y más páginas. ¿Qué era Robin Hood sino un bueno que hacía cosas malas? ¿Y Harry el sucio? James Bond tampoco era precisamente un santo. El fin justifica los medios, dicen algunos. Child, padre de Reacher, explica así la aceptación que este tipo de personajes violentos tienen entre el público en la nota de producción de la película: 'Queremos ver que se arreglen las cosas, y queremos ver que se castigue a los malos'. Y eso, ese sentido de la justicia, es lo que justifica el uso de la violencia.

Christopher Nolan lo explicaba muy bien en La leyenda renace por boca del Comisario Gordon (Gary Oldman). 'Llega un momento, tarde o temprano, en el que el sistema falla, en el que las normas dejan de ser armas para ser trabas, que dejan que el malo se salga con la suya'. De esta manera defendía Gordon su arreglo con Batman y la existencia del héroe enmascarado, un justiciero como lo son todos los superhéroes que protegen su identidad tras una máscara, antifaz o, simple y ridículamente, quitándose las gafas. El interlocutor del Comisario Gordon, el agente Blake (Joseph Gordon-Levitt), acaba dándole la razón. '¿Recuerda lo que dijo de que el sistema nos pone trabas? Tenía razón, y no puedo soportar la injusticia'. Y esa es la clave para la existencia de esos héroes al margen del sistema, la búsqueda de la justicia, sea esta como ideal, por el bien común o por algo mucho más personal.

La diferencia entre unos héroes al margen del sistema y otros está en la motivación que les lleva a quebrantar las leyes, las escritas y las no escritas. La verdad de Reacher, la supervivencia de Bourne, el reparto justo de la riqueza de Robin Hood, la caza del asesino en serie de turno... Motivaciones hay de todo tipo. Incluso gente que está dentro del sistema, como pueden ser agentes de policía y detectives que son capaces de saltarse la ley que defienden para impartir lo que consideran justicia y que por los cauces legales no pueden conseguir. 'La ley tiene límites. Él no los conoce', reza la frase comercial del póster de Jack Reacher. Harry el Sucio (Clint Eastwood) lo hace continuamente y el detective David Mills de Seven (Brad Pitt) acaba pisoteando sus principios para caer en brazos del ojo por ojo y diente por diente.

Incluso un grupo de mercenarios como los liderados por Sylvester Stallone pueden ser héroes fuera del sistema. La justificación para considerarles los buenos está en que su motivación y su código de honor son más elevados que los de sus rivales, los villanos. Algo que también contribuye a que el espectador sienta empatía hacia ese personaje ficticio que en la realidad sería tachado de asesino, ladrón y/o delincuente tiene que ver con el actor que le da vida. De esta forma, el mafioso de Camino a la perdición Michael Sullivan resulta más comprensible al interpretarlo una estrella como Tom Hanks. Su lucha por mantener a salvo a su hijo de quienes antes eran sus aliados en el crimen organizado es más cercana con Hanks en el papel.

La de salvaguardar a los seres queridos o vengar una afrenta familiar es una de las motivaciones más recurrentes en cuando a héroes fuera del sistema se refiere. Normalmente son ellos los que se toman la justicia por su mano. Padres convertidos en criminales/héroes para vengar la muerte de sus hijos y esposas, secuestros, violaciones, encarcelamientos injustos... Gerard Butler en Un ciudadano ejemplar, Mel Gibson en Payback, Liam Neeson en Taken, Russell Crowe en Los próximos tres días, Denzel Washington en John Q... La lista no acaba nunca. Ellas son menos recurrentes en películas de este tipo, pero sirvan como ejemplo dos heroínas al margen de la ley que pelean contra quienes quieren dañar a los suyos: Uma Thurman en Kill Bill y Linda Hamilton en Terminator.

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