Este artículo se publicó hace 16 años.
El amor rompe las listas
Federico Moccia sabe cómo llegar a millones de lectores con sus románticas historias en Roma.
Federico Moccia (Roma, 1963) se ha convertido en un fenómeno en Italia. Tras el enorme éxito de sus anteriores novelas, con la última, Perdona si te llamo amor, ha conectado de lleno con una generación de adolescentes que se reconocen en Niki, una estudiante de 17 años, guapa, culta, que transita en moto por Roma, fiel amiga de sus amigas y que protagoniza en las casi 700 páginas de esta novela un intenso romance con Alessandro, un exitoso publicista 20 años mayor que ella.
“Hay muchos lectores, jóvenes y no tan jóvenes, que tienen ganas de soñar con estas historias”, afirma el escritor para explicar su éxito. “Además, esta es una bellísima historia de amor entre dos personas separadas por una diferencia de edad, lo que ha provocado una gran discusión en Italia”, explica Moccia. Precisamente, cuando se le pregunta si esa diferencia de edad le parece importante para mantener una relación, no duda en afirmar que “la edad no importa en absoluto. La sociedad sin duda está cambiando”.
Amores muy libres
Asimismo, Moccia explica que con esta novela ha buscado defender la rebeldía y la libertad de los adolescentes y poner de manifiesto que en ocasiones “las convenciones sociales no nos dejan ser dueños de nuestra vida. Lo bonito es ver cómo el amor transforma a la gente, vencer la timidez y la opinión de los demás. Me he sentido muy feliz cuando he visto que uno puede vivir la historia de amor que uno quiere”, explica Moccia a este periódico.
El escritor ya demostró su poder de influencia en los lectores cuando en su anterior novela, Ho voglia di te (Tengo ganas de ti) creó “una leyenda romana” sin ser consciente de ello. Una escena del libro en la que la pareja protagonista sellaba su amor enganchando un candado a una farola del puente Milvio y tirando la llave al río Tíber. De esta manera creaba moda entre los jóvenes: al poco de publicarse la novela, el puente más antiguo de Roma se cubrió de candados. El fenómeno llegó, cómo no, también hasta Internet, donde dos amigos crearon el pasado año una página en la que en sólo un mes se colocaron 10.000 candados virtuales.
Guía de viajes
Sus novelas han creado la ruta Moccia. “En el libro [Perdona si te llamo amor] reflejo muchos lugares, restaurantes como Siciliainbocca, heladerías (Alaska, al norte de Roma), el café Sant’Eustachio, donde sirven uno de los mejores espressos de Roma, y el restaurante Amatriciano, refugio de famosos que quieren ver y dejarse ver”.
Estos escenarios se han convertido los fines de semana en las pasarelas favoritas de los adolescentes. “A mí me ha gustado hablar de una nueva Roma, la de la zona norte, mucho más desconocida, pero que ahora (con los libros) se está haciendo más conocida”, de ahí que gracias a este escritor el puente Milvio, se haya convertido en el lugar romántico de Roma por excelencia.Sus novelas cuentan historias de amor llenas de adolescentes que hablan de ropa, sexo, se divierten, no les hacen caso a sus padres, participan en carreras clandestinas, fuman, beben, crecen y se enamoran. Y eso gusta. El impacto de su última novela fue tal que el pasado mes de junio se organizó un concurso para encontrar a la “verdadera Niki”, en el que participaron jóvenes de toda Italia.
El fenómeno Moccia parece que va para largo. Los jovenes chatean con el autor, participan en foros y ya están esperando su próximo libro.
APOYO | De la autoedición a la gran pantalla
Federico Moccia recuerda aún las dificultades por las que pasó cuando quiso publicar su primera novela ‘Tre metri sopra il cielo’ (‘Tres metros sobre el cielo’), que escribió en 1992, y que él mismo sacó a la venta después de que fuera rechazada por “todas las editoriales”. Cuando se agotaron las dos ediciones de 2.000 ejemplares que Moccia pagó de su bolsillo, la novela circuló a través de fotocopias en los colegios e institutos romanos. Margueritta, la sobrina del productor de cine Riccardo Tozzi , en el transcurso de una cena familiar, al ver que su tío tenía copias de la novela que sus amigos se habían ido pasando entusiasmados en fotocopias, le terminó de convencer para que la llevase al cine. Cuando Tozzi se puso en contacto con Moccia para comprar los derechos de su novela, el escritor creyó que se trataba de una broma por parte de sus amigos que conocían los enormes esfuerzos que el autor había hecho para dar a conocer su obra. Sin embargo, aquello era verdad y en poco tiempo Moccia y Tozzi llegaron a un acuerdo. La última adaptación (‘Perdona si te llamo amor’) logró cinco millones de euros en su primer fin de semana. Un exitazo.
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