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Más que libros

El mueble bar pasa a la historia con la llegada de estanterías caóticas en materiales ecológicos.

PAULA CORROTO

Muy lejos queda ya el mueble-bar. Aquella mole que presidía el salón y que acogía desde las enciclopedias de tapa dura a las cursis figuras de Lladró. Atrás han quedado también las cristaleras ochenteras y esas baldas de madera simplonas. Incluso los murales de escayola, muestra del horror vacui de los noventa, forman parte de la prehistoria en lo que a estantería se refiere.

Ahora la estantería-librería ha dejado de ser la cenicienta del hogar, ha ganado su espacio y se ha rodeado de diseño. ¿Cuál es la causa? Sean Yoo, creador de la librería Opus Incertum lo tiene claro: “Una estantería para los libros siempre dice mucho de una persona. De ahí que cada vez cobre más importancia su diseño. Nos tendemos a fijar en estos muebles y solemos categorizar a las personas, según la estantería y los libros que contenga”.

Precisamente, en este sentido está totalmente planteada la librería Virtual de los hermanos Díez, de 10 +10 Diseño. Tal y como afirma Javier, “quísimos que la estética de nuestro diseño estuviera totalmente marcada por los libros. De ahí que sea en color gris-perla y que cuando estén todos los libros colocados no se vean las baldas. De esta manera, si las llenas con libros de lomo dorado te quedará clásica, y si son lomos de colores y varios tamaños, parecerá más juvenil. Hemos hecho un homenaje al libro”.

Para espacios pequeños

Además de este recobrado protagonismo de la literatura , hay otra característica que define a las nuevas librerías: su tamaño. Los muebles enormes son parte del pasado por una razón evidente, según recuerda Javier Díez: “La economía ahora no posibilita tener grandes casas. Se tiende a vivir en los famosos ‘minipisos’, por lo que los diseñadores debemos tener en cuenta este espacio y diseñar con la intención de resolver problemas”.

Sean Yoo ha seguido esta máxima en su Opus Incertum, que mide 1x1 m y, que  tal y como el diseñador sostiene, “es apropiada para varios lugares, como puede ser el salón, pero también la cocina, donde hay gente que la utiliza para colocer botellas de vino, o incluso la habitación de los niños, ya que se pueden almacenar ahí los juguetes”.

¿Y hacia dónde va el diseño de las librerías? ¿Qué será lo próximo? Para Yoo, la explosión del e-book va a ser bastante relevante, puesto que el mueble tendrá que adaptarse a las características físicas del nuevo formato. Por su parte, Nauris Kalisnauskas, más ecléctico, defiende “la variedad de estilos y tendencias que hay en estos momentos”. Y añade que lo más atractivo, quizá, es que “ahora hay un diseño de librería para cada ambiente, para cada estilo. Es bonito que se pueda elegir”. Y no volver al mueble bar, que convertía todas las casas en un posible decorado de serie de televisión sobre los 70.

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