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El miliciano por fin recupera su grafiti

Barcelona rescata una inscripción histórica

TONI POLO

La última versión del nomenclátor de las calles de Barcelona, editada este mismo año, recoge que la calle de Sant Miquel, registrada 'antes de 1865', tuvo otro nombre durante un periodo del siglo XX: Miquel Pedrola. Durante la Segunda República y la Guerra Civil, muchas calles fueron rebautizadas y, posteriormente, el franquismo borró cualquier resto del pasado inmediato. En 2007, el joven historiador barcelonés Dani Cortijo supo de la existencia en la Barceloneta de una inscripción manuscrita, un auténtico grafiti, dedicada a un miliciano. Se pateó todo el barrio en busca de la pintada hasta que dio con ella: 'Miquel Pedrola'. A partir de ahí, empezó a tirar del hilo y fue descubriendo datos: Pedrola estuvo vinculado al POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), falleció en el frente de Aragón en agosto de 1936, a los 21 años y era hijo de un cómico de la Barceloneta. El historiador explica su periplo en su libro Històries de la història de Barcelona (Robin Book, 2010). El valor del descubrimiento es innegable: junto con la inscripción que se conserva al lado de la iglesia del Pi dedicada al miliciano desconocido ('Plaça del milicià desconegut'), es el único vestigio del nomenclátor de la Guerra Civil en Barcelona.

Meses después del fallecimiento del combatiente republicano, el ayuntamiento de Barcelona decidió cambiar el nombre de la calle Sant Miquel para otorgárselo a Miquel Pedrola. Nada más acabar la guerra, en 1939, la calle recuperó el nombre del santo y se tapó la inscripción con pintura, haciéndola invisible durante más de 70 años.

Las obras de rehabilitación de finales de 2008 estuvieron a punto de liquidar el escrito

Hace algo más de un año y medio, las obras de rehabilitación del edificio de la calle de Sant Miquel, esquina con Escuder, dejó al descubierto y en peligro la antigua inscripción. Frente a la falta de acción del ayuntamiento, que, según explican en el blog del historiador los vecinos, se limitó en principio a reconocer el valor del hallazgo, Dani Cortijo emprendió una campaña para salvar un grafiti histórico que, sin embargo, no estaba catalogado. Las obras de rehabilitación de finales de 2008 estuvieron a punto de liquidar el escrito pero, consiguió que el propietario de la finca hiciera la reforma sin eliminar la inscripción. 'Fue la primera victoria', proclama ahora Cortijo. Recientemente, el Instituto de Paisaje Urbano de Barcelona inició la restauración del histórico trozo de pared. Ha sido la segunda victoria. 

La lucha vecinal ha sido clave en la recuperación de este pedazo de memoria histórica. Las asociaciones de vecinos de la Barceloneta han apoyado la reivindicación desde el principio e 'incluso el capellán de la parroquia pidió que no se borrara', recuerda Cortijo.

'Por lo que parece', decía Dani Cortijo en su blog anteayer, 'la movilización de los vecinos ha tenido éxito y después de más de un año pidiéndolo, Paisaje Urbano ha restaurado y protegido las letras de la antigua calle de Miquel Pedrola. En unos días nos reuniremos para ver cómo lo celebramos'.

Los vecinos quieren celebrar el éxito de una campaña que los ha unido, virtualmente (en Facebook y diversos blogs) y físicamente. Han logrado su objetivo: 'Que no se pierda en democracia lo que ni siquiera el franquismo pudo borrar'.

 

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