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Escuchar la luz, ver el sonido

Un ciclo ofrece muestras de creaciones sinestésicas y constata su evolución en la era digital

JESÚS MIGUEL MARCOS

Hay gente que al oír, ve. Singularidades íntimas que sólo se descubren con el paso del tiempo. Se despertarán en medio de la noche, sobresaltados por una intensa luz, cuando lo que ha ocurrido en la realidad es que alguien ha dado un portazo. Son sinestésicos. En este mundo veloz que no deja tiempo ni para sentir, quizás haya muchos sinestésicos que se vayan a la tumba sin percatarse de que su mundo sensorial es distinto al del resto.

En realidad, todos tenemos un poco de sinestésicos, sólo que algunos han desarrollado esta peculiaridad en un grado mayor. La idea de escuchar lo visto y de ver lo escuchado es el eje vertebral de Sinestesia (en la era digital), un ciclo que comienza hoy en La Casa Encendida de Madrid.

La idea consiste básicamente en mostrar cómo las tecnologías digitales han favorecido el desarrollo de experiencias artísticas que trabajan la sinestesia. Como aperitivo al programa de proyecciones y conciertos, desde la semana pasada el centro cultural acoge Fades, una videoinstalación del artista alemán Carsten Nicolai.

Este creador lleva años trabajando en la franja que une arte y ciencia. Nicolai aborda el mundo de las sensaciones por medio de sus trabajos visuales y musicales, que le han unido a artistas como Ryuichi Sakamoto o al japonés Ryoji Ikeda, con el que pergeñó las minuciosas texturas sonoras del proyecto Cyclo.

Cuatro películas abren esta noche el ciclo de proyecciones. Tony Conrad apunta directamente al sistema nervioso del espectador con The Flicker, un filme compuesto por fotogramas en blanco y negro que se suceden utilizando un ritmo estroboscópico. Sobra decir que aquí no hay hilo narrativo que valga. El cine de Conrad ataca los sentidos, no el intelecto.

El cine, magia de verdad

Con N.O.T.H.I.N.G., de Paul Sharits, el espectador tendrá la oportunidad de zambullirse en el campo de las Flicker Films. Es algo casi mágico, donde el espectador es también creador. La película lanza fotogramas cuya colisión crea formas y matices en la visión del espectador que no aparecen en el proceso de montaje. Dos cortos del austriaco Peter Kubelka y del norteamericano Barry Gerson completan la jornada de hoy.

Ryoji Ikeda aporta 'Formula', un trabajo de sincronización entre frecuencias sonoras y las formas geométricas que se dibujan en una pantalla. De especial interés es el vídeo en 3D que Alexander Rutterford realizó sobre una canción de Autechre, dúo que ayudó a definir la electrónica inteligente en el cambio de milenio.

Como dice el comisario del ciclo, José Manuel Costa –redactor jefe de la sección de Culturas de Público–, aquí no habrá disertaciones sobre la sinestesia, “sino ejemplos de sinestesia”. Y en este sentido, el programa de conciertos es un ejemplo de sinestesia... en vivo y en directo.

El patio de La Casa Encendida se transformará gracias al diseño especial que ha realizado Elsa Wormeck. El público podrá seguir los espectáculos tumbado en el suelo, para desaflojar los músculos y la voluntad y entregar su sistema nervioso a la experiencia sinestésica.

Las veladas se dividen en dos espectáculos: uno esencialmente sinestésico y otro que se aproxima a la experiencia de juntar visión y sonido. Inaugura las actuaciones el 2 de noviembre Merche Blasco, conocida como Burbuja. Pop experimental, música concreta y performance para configurar una de las propuestas más novedosas del panorama nacional.

Los capos de Raster/Noton

El plato fuerte del día 10 es Signal, con dos fundadores del sello Raster/Noton a la cabeza: Olaf Bender y Frank Bretschneider. Dos músicos que también son creadores visuales y en cuyas actuaciones la parte visual es fundamental. El día 11 de noviembre se cierra este peculiar ciclo, que nos aproxima a los límites de nosotros mismos a través de cosas tan exteriores como la luz y el sonido.

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