Este artículo se publicó hace 3 años.
Una pandilla de chavales, un misterio y Mecano entran en la coctelera de 'Paraíso'
La estética, la música y las referencias de los noventa se apoderan de la primera serie fantástica de Movistar+.
María José Arias
Madrid-
Tras varios años de nostalgia ochentera, le ha llegado el turno a los noventa. A esas ropas coloridas, a la música de Mecano y OBK, a las quedadas con amigos en verano en bici o patín y sin móviles, pero con cabinas. En definitiva, a una época en la que ser adolescente era totalmente diferente. Paraíso recupera todo eso en una serie en la que se mezcla la estética y sonoridad de una década con lo fantástico, la aventura, el drama y hasta el thriller policial.
Ambientada en un pueblo de Levante en 1992 y con la desaparición de tres chicas de 15 años como punto de arranque para la acción, es inevitable pensar en el caso de Toñi, Miriam y Desirée. "Esa referencia la pusimos enseguida sobre la mesa", explica Fernando González Molina, creador y director de Paraíso, "porque si te vas a los años noventa, las desapariciones de chicas, fundamentalmente las de Alcàsser y algunos otros casos, fueron casi como un evento en España. Cambiaron mucho la manera de vivir y de relacionarse de los chavales y las chavalas jóvenes". Eso está ahí, en su inicio, pero solo ahí. Después la serie camina por derroteros distintos y vira hacia el fantástico sin tener "nada que ver con la sordidez que hay detrás del caso de las niñas de Alcàsser". Aunque también cuenta con sus dosis de oscuridad y violencia dentro de esa trama.
Esos otros caminos por los que navega Paraíso, y que a veces se mezclan entre sí llegando a difuminarse los límites, son los trazados por la aventura que viven un grupo de chicos encabezados por el hermano de una de las desaparecidas. Javi (Pau Gimeno), Álvaro (Cristian López), Quino (Leon Martínez) y Zeta (Héctor Gozalbo) forman esa pandilla de detectives aficionados adolescentes que se ven envueltos en una trama de desaparición, cultos ocultos y tenebrosos y encubrimientos que les supera. A ellos y también a los adultos implicados, con la agente de la Guardia Civil Costa (Macarena García) y uno de los padres dolientes, Mario (Iñaki Ardanaz), en primer plano.
En Paraíso confluyen todos los referentes que le puedan venir a la cabeza a quienes, como sus responsables, tenían alrededor de 15 años en aquella época. "Lo que hemos querido contar es cómo éramos nosotros con 14 o 15 años y contar la gran aventura que nos hubiese gustado vivir", apunta González Molina. En cuanto a esas referencias, menciona una retahíla que abarca series como V, El Equipo A, Sensación de vivir y Verano Azul, literatura en la línea de Los cinco y Los Hollister y la música de Ana Torroja y OBK, muy presentes en la banda sonora.
Su creador, que huye de la comparación con Stranger Things, aunque reconoce que "ojalá" tuviesen el mismo éxito, señala que "a partir de estos elementos tan inconexos empezamos a construir una historia y en seguida nos dimos cuenta también de que queríamos hacer un fantástico, que era algo que no abundaba en España y nos parecía una propuesta arriesgada y ambiciosa". Además, le sumaron imágenes que consideraron poderosas como ese padre que lucha por recuperar a su hija o la idea de una discoteca abandonada.
Ambientada en aquella época de la Expo en Sevilla y los Juegos Olímpicos en Barcelona, Paraíso plantea un universo propio en el que la puerta de entrada puede ser la nostalgia de la adolescencia pasada o la curiosidad por una época desconocida para todos aquellos que solo la conozcan por las fotos familiares. Esta es la primera serie dentro del fantástico de Movistar+, producida en colaboración con The Mediapro Studio, y resulta una apuesta arriesgada con un planteamiento complejo donde se mezclan muchas subtramas bajo la principal de una pandilla intentando resolver un misterio.
Y pese a que se han metido muchas ideas y referencias en esta primera temporada compuesta de siete episodios (los tres primeros se estrenan este viernes), dice su creador que se les han quedado cosas por incluir. Quizá entren en una posible segunda tanda. El final podría servir como cierre, pero también es verdad que, vista en su totalidad, hay personajes a los que les faltan detalles de su pasado por contar y tramas más secundarias que podrían tener continuidad.
Una de las cosas más llamativas de Paraíso, además de su fotografía y su estética, es el contraste del título elegido y el verdadero tono de la serie. Porque de paraíso no tiene poco más que el luminoso de esa discoteca abandonada donde empieza todo. "Es una palabra que siempre me ha gustado, me parecía tanto muy gráfica como muy metafórica. También sonaba mucho a la época, aunque es verdad que funciona casi en el contraste. Porque no sé si es una pesadilla lo que viven, pero desde luego en esta aventura que emprenden viajan a lugares sombríos en los que el rosa pasa de ser el color del amor al color del terror", valora González Molina.
Con guiones de Ruth García, David Oliva, David Lorenzo, Álvaro Bermúdez de Castro, Carlos García Miranda, Mateo Palencia y Jesús Plaza, Paraíso es una serie para nostálgicos de los noventa, de su estética, de las aventuras vividas a través del cine y de las series en aquella época, los veranos en la playa con amigos, usar cabinas y la música de Mecano y OBK.
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