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El ruido como ceremonia religiosa

El inclasificable grupo de metal vanguardista Sunn O))) presenta su nuevo disco en directo en España

JESÚS ROCAMORA

La semana pasada, un grupo de aficionados británicos al heavy puso en marcha una campaña para que el rock duro sea reconocido como religión. Más de uno tendría en mente a Sunn O))), grupo considerado en la vanguardia del metal y cuya propuesta tiene algo de religión y mucho de ceremonia colectiva: sus integrantes salen al escenario vestidos con togas y su forma de tocar, repitiendo y estirando las notas hasta crear una atmósfera densa y espesa, invita al trance, casi al éxtasis.

El grupo de Stephen OMalley y Greg Anderson visitan esta semana nuestro país para presentar Monoliths & Dimensions (ayer, en Vigo; mañana, en Madrid, y el jueves, en Barcelona), su séptimo disco y un álbum que sólo puede compararse con una catedral: es fruto de un largo proceso de gestación (dos años), está compuesto por cuatro temas únicos a modo de grandes pilares (de unos diez minutos cada uno) y cuenta en sus créditos con más de treinta colaboradores, un coro y arreglos solemnes de cuerda y viento.

'El sonido es un fenómeno físico y se puede oír con todo el cuerpo'

Desde Francia, OMalley avisa a Público de que de religioso, nada: 'No soy creyente, pero sí es cierto que la ceremonia es importante para nosotros como grupo. La música abstracta tiene potencial para ser percibida como algo espiritual. Ayuda a abrir la mente y la percepción. Y escuchar música no deja de ser una experiencia muy personal, así que es posible que invite al trance y la meditación'.

Un comentario escuchado tras uno de sus conciertos es que su música es física, que golpea en el estómago y los pulmones. Que duele. ¿Son conscientes de este efecto secundario de sus directos? 'No creo que sea secundario para nada', corrige OMalley. 'Es un efecto principal de la música: la vibración. Y si encima la tratas con amplificadores [una de las señas del grupo es levantar sus muros de sonido gracias a montañas de amplis], puede convertirse en algo físico. El sonido no deja de ser un fenómeno físico compuesto de ondas. El hombre puede experimentar con todo el cuerpo, escuchar con cada órgano'.

Incluso con lo que tenemos dentro del cráneo: artífice de un sonido que se presta a desarrollarse y completarse en la cabeza del oyente, OMalley confiesa que las imágenes son importantes a la hora de componer y de 'crear estados mentales'. Eso permite que sus composiciones sean interpretadas de manera diferente. Para algunos sólo será ruido. 'La otra noche tocamos en Ámsterdam y hablé con tres personas. Lo que para unos fue un discurso posmodernista, para otros fue una experiencia cercana a la fantasía. Estados mentales diferentes, algo que me satisface mucho'.

'La música abstracta tiene potencial para ser percibida como algo espiritual'

Y hablando de ruido, según la revista Wired, Sunn O))) encabeza la lista de conciertos más ruidosos de los que se tiene registro, con 133 decibelios. OMalley no es un tipo que etiquete fácilmente su trabajo o el de otros: 'Entre ruido y música la única diferencia es que la música tiene una estructura reconocible. Pero hay mucha gente que considera ruido al R&R o la electrónica. Es estúpido'. No concibe sus discos como trabajos comparables, sino como un único corpus en permanente desarrollo: 'Puede parecer un cliché, y no quiero parecer una madre hablando de sus hijos, pero cada disco es diferente'.

Y tampoco tiene intención de llevar el metal a terrenos vanguardistas: 'Esto no va de parecer la banda más extrema del planeta. Es más bien como el deporte: se trata de ponerte retos a ti mismo como persona y como músico. No quiero probar al mundo lo bueno o lo único que soy. Me importa una mierda. Esto es música, no política, y tiene que producirte placer'.

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