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Salón del Cómic El periodismo en viñetas: otra manera de informar

Durante la crisis económica los únicos libros que no bajaron en ventas fueron los de literatura juvenil y los cómics. Aprovechamos la celebración del Salón del Cómic de Barcelona para abordar la situación del periodismo dibujado.

Una panorámica de una antigua edición del Salón del Cómic.

Consolidado como un punto de encuentro del cómic nacional e internacional, el Salón Internacional del Cómic, rebautizado ahora como Cómic Barcelona, arranca este viernes su 37ª edición. Como siempre, el certamen es una ocasión excelente para descubrir nuevos formatos y nuevas ideas, y servirá para medir la pujanza que han logrado las obras de no ficción, entre las que se encuentran las de periodismo dibujado. En la edición de este año, Cómic Barcelona dedica una exposición a Stan Lee, un mito del sector desaparecido en noviembre del año pasado; estrena el espacio Alter Cómic para dar voz a pequeñas editoriales independientes; y tendrá una jornada para profesionales.

Las editoriales buscan innovar y mezclarse con otros géneros para acercarse al gran público. En este sentido, la directora del certamen, Meritxell Puig, considera que productos como los cómics de no ficción siempre habían existido, pero "es ahora cuando están aflorando. Este es uno de los objetivos de Cómic Barcelona: dar a conocer todo tipo de productos, que la gente sepa que hay otras cosas más allá de Spiderman y Mortadelo y Filemón". Puig asegura que el cómic alternativo procedente de pequeñas editoriales cada vez tiene más tirón.

Expansión del formato

En los últimos años, la industria del cómic se ha visto sacudida por la expansión de los formatos. Palabra e imagen dialogan para crear nuevos productos que son muy atractivos para el gran público, como el caso de la crónica periodística ilustrada. Cada vez más se habla de los géneros híbridos que mezclan técnicas, plataformas o modos de distribución. "Pienso que nuestra época se caracteriza por la convivencia. Los lectores pedimos diferentes tipos de lectura, por lo que se mantiene la producción en diversos ámbitos, géneros y lenguajes", asegura Jordi Carrión, escritor, periodista y codirector del Máster en Creación Literaria de la Universitat Pompeu Fabra.

El periodismo dibujado coge fuerza, como prueba la reciente publicación de la obras como la adaptación gráfica de Homenaje a Cataluña (Debate, Rosa dels Vents), de Jordi de Miguel y Andrea Lucio o Intisar en el exilio (Astiberri, 2018) , de Pedro Riera y Sagar Forniés. Una carrera de fondo iniciada en los noventa por Joe Sacco y que abrió el paso a ilustradores e ilustradoras como Zeina Abirached, Rutu Modan, Marjane Satrapi, Lapin, o Guy Delisle, que trabajan con dibujos y material procedente de la realidad para crear productos híbridos que tienen mucho crónica y poco de ficción.

Vinyeta d'una obra de Joe Sacco.

Viñeta de una obra de Joe Sacco.

Para Pere Ortín, director de la Revista Altaïr y artífice de Viajes dibujados, donde hay crónicas ilustradas de no ficción de varios autores, no se trata de enfrentar formatos, ya que "las narrativas son siempre complementarias, y esto ayuda a los creadores y a los lectores con un sentimiento liberador ". "Puede que el periodismo dibujado refuerce la idea de un cambio necesario en aquellos que estamos cansados de un periodismo concebido y creado rápido y furioso, que no atiende a la atractiva complejidad del mundo y que dispara clichés a precio de saldo. En este sentido, en el cómic periodístico desaparece esta pesada sensación de editar, ver o leer periodismo construido como placebo existencial para sus creadores y lectores. y eso es muy positivo", añade.

En esta línea, el cómic periodístico, ayudaría, según Ortín, a desterrar el concepto del periodista buscador de la verdad, periodista-traductor del mundo. "Todas estas perífrasis tradicionales con las que el periodismo se engañó durante años desaparecen en el cómic periodístico: aquí todo el mundo sabe que está viendo y leyendo una historia basada en hechos reales en la que los periodistas volvemos a ser lo que somos: humildes, honestos y veraces contadores de algunos de los muchos presentes posibles".

Respecto a un posible auge del periodismo en viñetas, Carrión piensa que "la tendencia no ha crecido, se mantiene cierto interés pero somos pocos los que seguimos el camino de Joe Sacco. Hay más interés y mercado para el cómic autobiográfico que para el cómic periodístico ". En un artículo reciente en el New York Times, Carrión aseguraba: "Mientras que la no ficción en viñetas de carácter autobiográfico insiste en las formas fijadas por maestros como Robert Crumb, Art Spiegelman, David B. o Alison Bechdel, y deviene menudo bestseller (como Persépolis, de Marjane Satrapi, o El árabe del futuro, de Riad Sattouf), la de voluntad periodística no está determinada por nadie, ni siquiera por la maestría del gran Sacco. Es más extraña. Se resiste al mainstream".

Còmics en la passada edició del Saló.

Cómics en la pasada edición del Salón.

También es de la misma opinión Pere Ortín: "no creo que haya un auge del cómic periodístico, pero sí creo que hay más material interesante dentro del mundo del cómic para adultos". Para él, el gran público está empezando a cansarse de un tipo de periodismo que "con más o menos talento e independientemente de las capacidades narrativas, reincide constantemente en puntos de vista, clichés y miradas demasiado evidentes, demasiado tópicas". En este sentido, la ilustración ofrece al periodismo una manera versátil de afrontar narrativas complejas de la realidad. "El dibujo periodístico, con su enfoque y sus procesos pausados y su mirada detallada, casi microscópica, desafía la narrativa hegemónica de los medios de comunicación convencionales" sentencia.

"El dibujo periodístico desafía la narrativa hegemónica de los medios de comunicación convencionales"

"El mejor trabajo sobre la guerra en República Centroafricana no lo ha hecho un reportero ni un medio de comunicación, sino el dibujante Didier Kassai, con Tempête sur Bangui. El mejor trabajo de denuncia de las penosas condiciones en que vive la gran mayoría de gente en Guinea Ecuatorial lo ha hecho el dibujante Ramón Esono, con La pesadilla de Obi (Traficantes de Sueños, 2016).

Retos para ilustradores y guionistas

Uno de los retos principales de un cómic periodístico es el entendimiento entre el ilustrador y el guionista. Para el dibujante Sagar Forniés, que en 2015 publicó Vagabundos de la Chatarra (Norma Editoral) con Jordi Carrión y que ahora publica Instisar en el exilio con Pedro Riera, lo más importante es no contaminar la historia: "Como en cualquier medio de comunicación, debe ser lo más transparente posible con la información, pero a la vez se debe intentar conectar con el lector a través del lenguaje del cómic". En este proceso, periodista e ilustrador están condenados a hacer un ejercicio de empatía e intentar aprender el uno el lenguaje del otro. "Siempre he trabajado con periodistas que me han respetado mucho y que siempre han tenido las ideas muy claras», comenta.

Para el guionista Pedro Riera, poder publicar Intisar en el exilio significa una manera de contar una historia que bebe del periodismo a otro tipo de público. "Mucha gente todavía cree que el cómic es un producto para niños, pero los cómics sirven para contar historias de otra manera". Su último libro narra las primaveras árabes y la guerra de Yemen a través de diferentes entrevistas que hizo sobre el terreno y que luego fueron ilustradas por Forniés.

A la hora de hacer recomendaciones, Jordi Carrión lo tiene claro: La Grieta (Astiberri, 2016), de Carlos Spottorno y Guillermo Abril, Oscuridades programadas: crónicas desde Turquía, Siria y Irak (Salamandra Graphic, 2017) de Sarah Glidden, El negocio de los negocios (Astiberri, 2009) de Denis Robert, Yan Lindingre y Laurent Astier, Palestina (Planeta, 2015) y Reportajes (Literatura Random House, 2012) de Joe Sacco. "Seleccionando sólo libros, sin embargo, nos dejamos las revistas, que son las plataformas más importantes de este tipo de formatos".

Pere Ortín coincide con Carrión a la hora de mencionar Joe Sacco pero mira hacia los clásicos, como Art Spiegelman (Maus), Emmanuel Guibert (El fotógrafo, Astiberri 2011) o Igort (Cuadernos Japoneses, Salamandra Graphic 2016). "Más que citar estos sólo que ya se conocen, quiero mencionar a las revistas francesas punteras del periodismo dibujado, que me fascinan, leo con pasión y recomiendo siempre, como S.XXI, La Revue dessinées o Topo Revue". Este fin de semana, Comic Barcelona es una buena oportunidad para zambullirse en el formato.

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