Un Sant Jordi como los de antes
Miles de catalanes y turistas se han acercado al corazón de Barcelona para pasear, comprar libros y rosas en una fiesta que espera batir récords.
Barceona-Actualizado a
Después de un Sant Jordi virtual, de uno con mascarillas, restricciones y gel hidroalcohólico, y de un último con un chubasco y una granizada que casi dejó los paradistas fuera de juego, este año parece que todos los planetas se han alineado. Es domingo, el sol baña de luz las calles decoradas del centro de Barcelona y la temperatura primaveral invita a vestir mangas cortas, vestidos e, incluso, pantalones cortos.
"Ha sido impresionante. La gente tiene ganas de salir y celebrar, especialmente por todo el que hemos vivido en los últimos años", ha apuntado Malva, miembro del equipo de comunicación de la editorial Triangle. Su parada, situada en Les Rambles, esquina con la calle Pintor Fortuny, estaba montada desde las seis de la mañana, pero cuando ella ha llegado, a las diez menos cuarto, la calle ya estaba "a rebosar". "La actividad es frenética, pero estamos muy contentos", ha añadido.
'Superilla' literaria
Después de la experiencia de 2022, Barcelona ha apostado de nuevo por la superilla literaria, que se extiende por la calle Gran de Gràcia, paseo de Gracia y continúa por Les Rambles. Los cortes de tráfico han permitido que tanto locales como visitantes disfruten de un espacio más amplio para pasear, a pesar de las aglomeraciones. Todas las opiniones, pero, no han sido favorables. José Luis y Carmen, una pareja de barceloneses de toda la vida, ha explicado que "por paseo de Grácia se podía andar, pero era muy difícil acercarse a las paraditas de libros que estaban en medio".
Luces y sombras de un día, cuando menos, muy especial para los catalanes y para todas aquellas personas que se han acercado a celebrar la fiesta en el corazón de la ciudad condal. Núria y Toni, una pareja que rondaba los treinta años, ha bajado expresamente a Barcelona desde Terrassa para conseguir una única firma, la de Carles Porta. Toni es fan de la exitosa serie de TV3, Crims, porque narra "historias que pasan pero que no se explican diariamente" y que la manera en que el periodista lo hace, "le llama mucho la atención". Con el libro Crims: Pecats Capitals bajo el brazo, solo llevaban diez minutos en la cola, pero, por suerte, creen que avanzaba bastante rápido.
Los libros más destacados
Además de Carles Porta, los tres escritores al pie del cañón han sido la ganadora del Premio Sant Jordi, la periodista Gemma Ruiz, por Les nostres mares; la ganadora del Premio Josep Pla, Gemma Ventura, por La llei de l'hivern, y el vencedor del Premio Ramon Llull, Andreu Claret, por la novela que habla del exilio, París érem nosaltres.
Sus libros son los que más han sonado en todas las paradas, pero Nacho, encargado de la librería La Central del barrio del Raval, ha apuntado que el libro que más le han pedido es Si la memòria no ens falla, de los célebres autores Quim Monzó y Sergi Pàmies. A la pregunta de si cree que es un Sant Jordi de récord, ha respondido que "todavía no lo sabe", pero que de momento "pinta muy bien" y que la primera hora "ha empezado con mucha fuerza".
En la parada de la editorial Triangle, por otro lado, han vendido muchos libros enfocados al turismo. "Hemos hecho mucha venta a turistas, y sorprendentemente muchos estaban informados de lo que significa el día de Sant Jordi", ha explicado Malva. Dave y Dona, por ejemplo, dos extranjeros que visitaban la capital catalana por primera vez, han sabido asimilarlo a un "Saint Valentine's Day" catalán.
La rosa roja, la protagonista
En cuanto a la venta de rosas, "la ganadora indiscutible está siendo la roja", ha subrayado Irati, una de las vendedoras de la floristería Au Nom de La Rose Barcelona. Mientras contestaba las preguntas continuaba montando ramos de flores, con una velocidad y una precisión mecánicas. Su parada se encontraba en Rambla Catalunya, esquina con la calle València, y no se podía permitir parar.
En cuanto a los precios, Irati ha afirmado que no los ha aumentado respecto al año pasado. En cambio, Remei, una de las trabajadoras de DADAflor, con una parada en el medio de paseo de Gracia, ha reconocido que a causa de la inflación "han tenido que incrementar un poco los precios, pero con mucha prudencia". Aun así, Remei ha remarcado que son un taller de arte floral que hacen ramos personalizados, "no una floristería al uso", y que, por lo tanto, los precios pueden variar en función de los deseos del cliente.
Con todo, el Sant Jordi 2023 se ha presentado como una fiesta como es debido, como las anteriores a la pandemia, con miles de visitantes que están disfrutando de la jornada más bonita del año y con toda previsión de pulverizar récords.
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