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Sant Jordi, la fiesta que hay que vivir aunque llueva o caiga granizo

Santiago Posteguillo, en castellano, y Empar Moliner, en catalán, triunfan en ventas de ficción en una jornada con fuertes tormentas que afectó gravemente a algunas librerías. Ángel Martín y Toni Cruanyes se imponen en las obras de no ficción. El sector hace un balance positivo cercano a las ventas de 2019 antes de la pandemia

Sant Jordi
Varios libreros protegen su puesto tras la fuerte granizada caída este sábado en Barcelona, durante la celebración de Sant Jordi. Marta Pérez / EFE

Por más que te lo cuenten, lo de Sant Jordi en Barcelona hay que vivirlo. Observación compartida por muchos de los autores que este 23 de abril han coincidido en la capital catalana para firmar sus libros. Para Inés Martín Rodrigo, que ganó el Premio Nadal con Las formas del querer este ha sido su primer Sant Jordi: "Habitualmente el Sant Jordi coincide con la entrega del Cervantes y nunca había venido, pero ilusión total. Todo el mundo te dice que es un día bonito, pero hay que vivirlo, porque es verdad ¡es un día muy bonito!". Por su parte, Santiago Auserón a pesar de haberlo vivido en varias ocasiones apunta que "después de una temporada muy larga de encierro lo de vivir el Sant Jordi es una sensación muy especial, participar en este ritual me produce mucha satisfacción".

Venimos de donde venimos, y el calentamiento para celebrar este 23 de abril ha sido intenso: librerías apretadas, autores haciendo kilómetros por todo el territorio presentando sus libros y muchas compras previas por si acaso. Además, una de las novedades de este Sant Jordi ha sido la superilla literària en el Paseo de Gràcia con cuatro quilómetros cuadrados de tenderetes de libros.

Libreros y editoriales lo habían dado todo para celebrar este día a lo grande y sin restricciones, pero el mal tiempo ha salpicado la celebración. Las fuertes rachas de viento y los chaparrones intermitentes con granizo incluido han hecho volar algunos toldos y los plásticos para cubrir los libros han sido un material muy preciado. Por desgracia ha habido algún herido debido a resbalones y golpes por objetos arrastrados por el viento. Algunos puestos han suspendido la actividad y han lamentado la pérdida de muchos libros que han quedado totalmente empapados, lo que comporta serios problemas para las editoriales y sellos más pequeños, que se juegan un tercio de la facturación anual y tienen mucho menos margen que los grandes grupos.

A pesar de todo, la coreografía de firmas se ha ido desarrollando con algún cambio de escenario y contratiempo, pero las ganas de encuentro entre los autores y sus lectores han podido más que la lluvia. Los que se estrenaban no escondían los nervios, aunque la excitación no ha sido cosa solo de los debutantes. El éxito de ventas Santiago Posteguillo se ha mostrado contento y muy "excitado" (la cola que había esperando su firma no era para menos): "Lo mas importante para todos por fin, después de estos años complicados es volver a reencontrarnos con los lectores. El de escritor es un trabajo tan solitario que Sant Jordi nos recarga la energía", aseguraba el autor de Roma soy yo.

Mover a los autores de un sitio para otro no es tarea fácil, hay mucha gente que persigue una dedicatoria. Algo que ha vivido hoy Carles Porta, el artífice de Crímenes (Reservoir Books), que se ha convertido en un fenómeno. A quien también le ha pillado la lluvia y el granizo firmando su libro Verdades a la cara (Navona) es a Pablo Iglesias. El que hasta hace apenas un año era el vicepresidente del Gobierno ha disfrutado con su primer Sant Jordi: "Me habían contado lo que era este día pero efectivamente ver a las familias con las rosas y los libros, ver todo esto es muy bonito. En Madrid no tenemos nada parecido, está la Feria del Libro pero no es lo mismo".

Pese al mal tiempo, cuando la lluvia dio tregua, la gente ha persistido en celebrar Sant Jordi comprando libros y regalando rosas. Y aunque no se han alcanzado las cifras del 2019 los primeros balances son positivos. Respecto a los libros más vendidos, según información facilitada por el Gremi de Llibreters de Catalunya , en catalán las quinielas se han cumplido, y en ficción encabeza la lista Empar Moliner con Benvolguda (Columna), obra distinguida con el Premio Ramon Llull y protagonizada por una mujer a la que llega la menopausia. "Si leemos sobre un hombre que se vuelve escarabajo porque no podemos leer sobre una mujer que tiene la menopausia. Lo que importa es que el libro esté bien", comentaba la autora esta mañana cuando su novela ya se postulaba como una de las más vendidas. El monstre de Santa Helena de Albert Sánchez Piñol (La Campana), Mamut de Eva Baltasar (Club Editor) y Quan s’esborren les paraules de Rafel Nadal (Columna) figuran entre los más vendidos. En castellano, Santiago Posteguillo con Roma soy yo (Ediciones B), Isabel Allende y Eva García Saenz han sido los autores de ficción más vendidos.

En cuanto a la no ficción, en catalán los más vendidos son: La Vall de la Llum de Toni Cruanyes, (Destino), L’alegria de viure de Sílvia Soler (Univers Llibres) y Crims: Llum a la foscor de Carles Porta. Y en castellano: Por si las voces vuelven de Ángel Martín (Planeta), Cómo hacer que te pasen cosas buenas de Marian Rojas Estapé (Espasa) y La muerte contada por un sapiens a un neandertal de Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga (Ediciones Alfaguara).

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