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Sopa de Cabra 'reloaded'

El grupo emblemático del rock 'català' empieza mañana una gira para celebrar sus 25 años de historia

LÍDIA PENELO

Piensen en artistas capaces de llenar tres noches seguidas un recinto como el Palau Sant Jordi con un aforo para más de 20.000 personas. Ni Bisbal, ni Shakira, ni Lady Gaga, ni Justin Bieber podrían hacerlo. De acuerdo, U2 o los Rolling Stones, seguramente sí lo conseguirían, pero los que mañana empiezan una pequeña gira de siete conciertos con todas las entradas vendidas son Sopa de Cabra. El grupo de Girona, uno de los más emblemáticos del llamado rock català, se despidió del público hace diez años para que cada uno de sus integrantes siguiera caminos distintos. Pero la gira que empieza mañana no es un regreso, es una fiesta. El grupo quiere celebrar que han pasado 25 años desde que empezaron a tocar.

Sacaron su nombre del disco Goats Head Soup, de los RollingStones y, tras una primera maqueta que cruzó la frontera de amigos y familiares, en 1989 grabaron Sopa de cabra, primer álbum de una discografía plagada de éxitos. Tardaron poco en convertirse en uno de los grupos de rock catalán con más fama de los años noventa, junto a Sau y Els Pets.

La banda, retirada hace diez años, ha vendido más de 60.000 entradas

Cuando anunciaron el primer concierto de esta gira, sus seguidores pidieron más, y lo que tenía que ser un recital para recordar viejos tiempos se ha convertido en una gira de siete conciertos (tres en Barcelona, uno en Tarragona, otro en Palma de Mallorca y dos en Girona). Prepararse para un concierto es una cosa, pero llenar un Sant Jordi tres noches seguidas requiere algo más que ganas de pasarlo bien. Por ello, llevan un par de meses de ensayos intensivos, a los que el batería, Josep Bosch, ha sumado horas de gimnasio. 'Llevaba muchos años sin tocar la batería y hay que coger fuerzas', argumenta sin poder esconder los nervios. Josep Thió, padre de temas como L'Empordà, bromea: 'La sorpresa más grande que se llevará el público es nuestra decrepitud física'.

Quizás por eso han buscado refuerzos. En este Sopa de Cabra reloaded intervienen Eduard Font al teclado y un par de guitarras más, la de Jaume Soler, Peck, y la de Xarim Aresté, de Very Pomelo. Xarim todavía no acaba de creérselo. 'Mis primeros recuerdos musicales están vinculados a los Sopa, los escuchábamos en el dos caballos de mis padres, y aprendí a tocar la guitarra con sus canciones', cuenta el músico.

Prometen tres horas de concierto, en las que ofrecerán 28 canciones

Spotify les ha sido muy útil para averiguar cuáles son sus temas más escuchados y elaborar el repertorio. En cada concierto ofrecerán 28 canciones, y están decididos a empezar los recitales, que prometen llegar a las tres horas, con El boig de la ciutat (El loco de la ciudad). Tampoco se han olvi-dado de Camins (Caminos), El far del sud (El faro del sur) o Podré tornar enrera (Podré volver atrás).

Las dudas sobre si las canciones de Sopa de Cabra han resistido el paso del tiempo o son sólo aptas para nostálgicos desaparecen tras asistir a un par de ensayos. Podrán gustar o no, pero cuando las guitarras esparcen los primeros acordes del Blujins-Roc y Gerard Quintana canta aquello de 'ja n'estic fins als collonsde dormir amb els pantalons'(ya estoy hasta los cojones de dormir con los pantalones), las ganas de bailar se contagian.

Mañana, el 'Bona nit, malparits!' (¡Buenas noches, malnacidos!), grito característico de Quintana, dará el pistoletazo de salida a un concierto que esperan miles de personas (las ventas de las entradas lo demuestran). Pero, y después de esta gira, ¿qué? 'Nos hemos planteado que no nos lo planteábamos', dice Josep Thió echando balones fuera.

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