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El bombardero del frío

Brett Favre bate el récord de ‘touchdowns' lanzados.

GONZALO CABEZA / MADRID

El domingo volvió a ser una noche histórica para Brett Favre. El jugador de los Packers ya ve cerca el final del camino, pero se resiste a llegar a él y, mientras tanto, va destrozando récords. Ahora tocó uno de los más grandes de su carrera, el de touchdowns lanzados.

Favre nació en el estado de Mississippi un lugar del sur de Estados Unidos donde las bajas temperaturas no son algo habitual. Creció acostumbrado a lanzar con un clima agradable pero, paradójicamente, su éxito llegó en una ciudad donde las mañanas de invierno, cuando se juega la temporada de la NFL, siempre se tiñen del blanco de la nieve.

Jugar en diciembre en el Lambau Field, el estadio de los Packers, es una pesadilla para cualquier jugador. La afición es una de las que más rugen en la NFL, pero todos los gritos de la grada son incapaces de hacer entrar al quaterback en calor. Sólo los mejores son capaces de tener precisión en esos momentos y Favre ha sobresalido siempre entre ellos.

La carrera de Favre no ha sido todo lo fácil que se puede esperar de una estrella. Sólo consiguió una beca para jugar en una universidad pequeña de la primera división. Allí no querían que fuese su mariscal (nombre hispano de la posición de quaterback), sino que se adaptase a otro puesto. Tras demostrar su valía, abriéndose paso a codazos, se fijó en él Atlanta, que le eligió en el draft. Los caprichos del entrenador, que no le quería, le hicieron ser traspasado a Gren Bay. Allí tampoco fue fácil su entrada, los médicos desaconsejaron su fichaje por unos problemas óseos, pero la fe del manager general de la franquicia hizo que al final se completase la operación.

Allí Favre encontró su casa, un lugar perfecto donde brillar. En Wisconsin, estado en el que se sitúa Green Bay, encontró pasión por el deporte del balón ovalado y una gran tradición (es el equipo que más veces ha sido campeón). También se dio de bruces con el frío, mucho frío, un clima al que no estaba acostumbrado, pero que resultó ser el ambiente idóneo para Favre.

Lleva quince temporadas, ha sido tres veces el jugador más valioso de la liga y llevó a su equipo a conquistar la 31ª Superbowl. Los últimos dos años de la carrera de Favre parecía que su estrella se había apagado, pero esta temporada ha vuelto al campo en una forma magnífica, recordando que nunca se puede enterrar a los que ya tienen estatus de leyenda.

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