Este artículo se publicó hace 14 años.
Una derrota coherente
Guardiola arriesga al alinear hasta ocho suplentes y el Sevilla impone su fortaleza pese a las bajas
Enrique Marín
"A la gente le preocupa el paro, no mi renovación". Después de otra rueda de prensa antológica, en la que volvió a quedar patente quién lidera, gobierna y lleva la voz cantante en el Barça más laureado y magnético de la historia, Pep Guardiola fue coherente y afrontó la exigente visita del Sevilla sin complejos y asumiendo los riesgos. Demostrando que para él el equipo está por encima de las individualidades y que el hecho de ser fiel (y riguroso en su puesta en práctica) a un estilo fomenta la entrada de los menos habituales y viceversa. El Barça perdió, o quizás el que ganó fue el Sevilla, pero esto estaba dentro de los cálculos de Guardiola.
El técnico azulgrana se toma en serio todas las competiciones porque sabe que lo contrario, además de una irresponsabilidad, sería un error estratégico de cara a la motivación de su plantilla. Pero para Guardiola tomárselo en serio no quiere decir no introducir cambios. Pep los introdujo. Y muchos. Con Iniesta de capitán, de los habituales sólo le acompañaron de salida Alves y Messi. La gran novedad fue el regreso de Milito 600 días después. Junto a él jugó Chygrynskiy y por delante Márquez, dos futbolistas que por razones bien distintas necesitaban reivindicarse con un buen partido pues viven a la sobra de Piqué y Puyol. Thiago fue el guiño que hizo esta vez Guardiola a la cantera y Bojan tuvo los minutos que tanto demanda su entorno. Bajo palos, Pinto repitió como el portero de la Copa. Con menos titulares que el Madrid en Alcorcón, si el Barça podía echar en falta a alguien era a Xavi. Y así sucedió.
Jiménez confeccionó un once con garantías, pese a las ausenciasJiménez, con muchas ausencias, pero en su caso la mayoría obligadas, también confeccionó un once de garantías y la presencia de Negredo en el banquillo lo certificó. El Sevilla es un equipo con el suficiente empaque y descaro como para no saltar al Camp Nou a interpretar un papel secundario. Y menos ante un rival plagado de suplentes. Aunque hubo momentos que se dejó querer y fue apabullado por la posesión del Barça, inquietó en cuanto pisó campo azulgrana y siempre dio sensación de poder a poco que quisiera.
Messi intimidó con dos buenas llegadas, pero el Barça amagaba, pero no daba. Por contra, el Sevilla, sin amagar, avisó con un par de llegadas con cierto peligro. Tal vez por ello, Guardiola sacó tras el descanso a Ibrahimovic. Renato, que entró por el lesionado Navas, tuvo la primera gran ocasión de la segunda parte, en un tiro que Pinto repelió con la pierna. El propio Renato fue decisivo en el gol de Capel, tras una buena jugada de Perotti ante Alves.
La entrada de Xavi era de esperar. Pérez Burrull anuló un gol a Bojan no se sabe por qué e Ibrahimovic empató tras un gran pase de Márquez. Sin embargo, en la siguiente jugada Chygrynskiy agarró a Capel dentro del área y Negredo volvió a adelantar al Sevilla. Messi tuvo el empate, pero la eliminatoria se resolverá en el Pizjuán, donde el Barça deberá hacer un esfuerzo extra para seguir en la Copa.
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