Luis Aragonés

El mejor entrenador

Resolvió el crucigrama que tenía atascado a España. El secreto era el balón. En caso de duda, siempre la pelota. Toque, toque y toque. La posesión no se regala. Contra la teoría de sus antecesores, nunca jugó en función del rival, ni le asustó la desventaja física. Técnica y velocidad, y más balón. Eso era el carácter que faltaba. Atreverse a jugar. No a chocar, ni tirar pelotazos, a jugar y a jugar. Ya es el mejor de todos los tiempos. 

Casillas (SB): Ya cumplió suficiente ante Italia. Ayer vivió otra vez sin exigencias. Salió con decisión en algún intento aéreo de los alemanes y vivió el partido con intensidad pese a la falta de trabajo. El mejor portero del mundo también lo ha sido como capitán.

Ramos (SB): Cometió un error nada más salir que pudo costar caro, un regalo peligroso a Klose. Pero luego se vino arriba. Subió, tiró centros envenenados y se batió con coraje por su banda.

Puyol (SB): La sangre en continuo movimiento. Impreciso en ocasiones, se complicó la vida más de la cuenta, pero se comportó como un jabato. Bravo y enérgico. Gran campeonato.

Marchena (SB): Se le puso bajo sospecha desde el primer día, pero ha completado un torneo pletórico de seguridad. Con uno y con dos delanteros, supo estar siempre encima de ellos.

Capdevila (SB): Le tocó emparejarse con el jugador alemán que más crecido llegaba. Sufrió ante Schweinsteiger, pero ganó finalmente la partida. Algo frágil en el control, supo ofrecer siempre una salida digna al juego cuando más se complicaba.

Senna (SB): El medio centro de la Eurocopa. No ha perdido la posición en todo el torneo. Siempre atento para cubrir las espaldas a sus compañeros, para robar y para acompañar. Una bendición para el fútbol: los ‘albeldas’ no son necesarios. El brasileño de la selección que en el extranjero llaman Brasil. Paradójico que haya ayudado a barrer más que a poner talento.

Iniesta (SB): Falto de velocidad, supo imponerse por calidad, toque y oficio. Su técnica fue un antídoto demoledor en los peores momentos alemanes. Terminó la Eurocopa más cercano al nivel talentoso que lleva dentro.

Xavi (SB): Dejó el partido de su vida. Alemania le planteó un nudo táctico de saque y al cuarto de hora ya lo tenía resuelto. Gobernó el partido entre el músculo y la fortaleza física rival. Probó la profundidad en sus pases, se asoció por una vez con Torres y resultó decisivo también en el ataque.

Cesc (SB): Tiene un primer toque de nivel mundial. Vital en los momentos en los que Alemania amenazó con impresionar a los nuestros. Se asoció con Xavi, le dio relevos y solucionó la avería inicial.

Silva (SB): Le buscó las vueltas al lateral. Menos brillante que correoso. Desmintió su apariencia y supo estar para los asuntos del balón y para los del sufrimiento. Tuvo el gol de la sentencia. Acompañó siempre.

Torres (SB): La carrera de su vida, el gol de su vida, el partido de su vida. Se pegó una paliza con los defensas alemanes, cambió el color alemán. Les ganó a la carrera, en los choques y hasta en los saltos. Su galopada está a la altura de los mejores atletas del mundo; su definición, sólo al alcance de los jugadores tocados con un don.

Xabi Alonso (SB): Entró en la segunda parte, cuando los alemanes amenazaban con levantarse por segunda vez. Low se puso a jugar con dos puntas y los centrales españoles necesitaron auxilio. Hizo de todo. Alivió a Senna, ayudó a los defensas y se sumó al ataque. Recuperó el partido.

Cazorla (SB): El de los primeros días. En cuanto salió, Alemania quedó hecha un nudo. Tocó, paró y desbordó.

Güiza (SB): Le tocó cargar con el ataque en los últimos minutos. Cumplió.