Los medios libran en La Vuelta una batalla por mostrar o esconder las protestas: "Se trata de estar o no en el lado correcto de la historia"
¿Mostrar o esconder las protestas? ¿Visibilizar, cuestionar o silenciar sus motivos? Las principales cadenas, cabeceras y profesionales del deporte discuten la mejor estrategia a la hora de cubrir las movilizaciones.

Madrid--Actualizado a
Ciclista al suelo. El pasado domingo, 7 de septiembre, el transcurso de La Vuelta se veía interrumpido por algo más que las protestas. Una caída. Con dos protagonistas, el español Javier Romo y el belga Edward Planckaert. No fue una caída cualquiera. En pleno desarrollo de la decimoquinta etapa de la carrera, a escasos 56 kilómetros de la línea de meta, en Monforte (Lugo), un manifestante se tropezaba en el borde de la calzada. Coincidiendo con el paso del pelotón. En seguida, un Guardia Civil se interponía, cruzando por en medio del grupo de ciclistas.
Fue inevitable: el ciclista de Movistar se despistaba y perdía el equilibrio, llevándose por delante al deportista belga. "Un manifestante propalestino provoca la caída de Javier Romo", titulaban la mayoría de cabeceras. Una controversia a la que las redes sociales enseguida echaban más leña. "Detienen a un manifestante pro Hamás por tirar a Javi Romo", anunciaba un usuario en X. "Uno de estos manifestantes locos ha empujado al suelo a Javi Romo", se sumaba otro internauta. Y así uno tras otro. Con un mensaje resonando de fondo: las protestas contra el genocidio palestino son violentas. Hay que pararlas.
No todo el mundo se dejó llevar por la alarma colectiva. "Corrijo el titular: 'Javier Romo se va al suelo después de que un policía haya irrumpido en el asfalto para golpear a un hombre que iba a mostrar una bandera palestina para denunciar el genocidio'", se viralizaba al mismo tiempo en redes. "Es un ejemplo más de la batalla por el relato que está librándose en torno a la cobertura de las protestas de La Vuelta", valora en conversación con Público Lidón Soriano, activista de la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) y doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. "En este caso concreto fue muy evidente la burda manipulación de algunos medios de comunicación intentando criminalizar lo que son protestas pacíficas contra un genocidio, contra el blanqueamiento deportivo de Israel", añade la activista. Ahí está la clave, algunos medios. No todos han optado por la misma estrategia comunicativa. ¿Mostrar o esconder las protestas? ¿Visibilizar, cuestionar o silenciar sus motivos?
Ernest Riveras, periodista deportivo: "Si el objetivo es visibilizar esta protesta, TVE le está dando luz y taquígrafos"
Deporte y política
"Nosotros tenemos la premisa de informar de lo que está pasando, opinando lo justo y, sobre todo, concienciando a la gente de que, si se manifiesta, no lo haga respondiendo a la violencia con más violencia", refiere a Público Juan Clavijo, comentarista de Eurosport. "Esto es deporte. Mezclar política con deporte creo que no es lo más recomendable. Puede ser comprensible, porque La Vuelta es un escaparate muy potente, pero el camino quizá no sea este", añade el periodista deportivo. Aprovechando para lanzar una propuesta: "Centrémonos en el deporte, en el espectáculo".
Una postura de "neutralidad" que contrasta con el claro posicionamiento de otros de sus compañeros de profesión. Empezando por la televisión pública. "RTVE no ha evitado ni una bandera palestina, ni una pintada en el suelo, ni una pancarta a favor de la libertad de Gaza, de 'stop' al genocidio, de 'fuera el equipo de Israel'… Ni una", reivindicaba hace unos días en redes el comentarista Ernest Riveras, implicado en las labores de realización de La Vuelta. "Si el objetivo es visibilizar esta protesta, TVE le está dando luz y taquígrafos", continuaba el periodista. "Estamos en el lado correcto de la historia".
Es verdad, se lo están enseñando a España. Pero también al mundo entero. "Damos la señal internacional para más de 150 países", confirma a Público Rosana Romero, responsable de deportes en TVE. "Luego tenemos nuestra señal personalizada, que emitimos a nivel nacional y que, una vez concluida la carrera, seguimos ampliando. Mostrando todo lo que está sucediendo en la línea de meta, por qué se ha decidido cortar la etapa, cuál es el ambiente general", desarrolla la periodista. "Mostramos todo lo que pasa sin ambages, porque lo que queremos es informar. Luego que cada uno se forme sus propias opiniones", sentencia tajante.
No es lo habitual. Según confirman las fuentes consultadas, la información deportiva tiende a ceñirse a un "protocolo no escrito" por el que se evita la cobertura de toda acción ajena al desarrollo del deporte. Pasó en el mundial de fútbol de Catar. En medio del partido que enfrentaba a las selecciones de Portugal y Uruguay, un espontáneo saltaba al campo de juego, exhibiendo una bandera por la paz y una camiseta reivindicativa. "Respect for Iranian woman", se leía en la prenda. Ni rastro del episodio, sin embargo, en la emisión en directo. Lo que no evitó su viralización en redes, a través de los videos publicados por los aficionados. También se han dado casos dentro del propio ciclismo. Como en el Tour de Francia de 2018. Una competición marcada por las protestas del sector del campo en el país galo. Tractores, fardos de paja, agricultores. En algún plano general se llegaban a identificar partes de las movilizaciones, sí. Pero sin dotarlas en ningún momento de entidad propia. Sin atender a sus reivindicaciones.
Y es que hay muchos mecanismos para esquivar la cobertura de este tipo de acciones. "La elipsis es una fórmula que está de toda la vida en la televisión", señala Antonio Benítez, experto en comunicación y secretario de la sección sindical de CCOO en la UC3M. "Todas las retransmisiones tienen algún pequeño desfase respecto al tiempo real", explica. Aunque sea mínimo, aunque sean cinco segundos. "La tecnología de las videorepeticiones avanzó tanto y tan rápido por el temor a sufrir atentados en directo. Y se usa con frecuencia para evitar cualquier acontecimiento externo a lo que se está tratando", asegura el docente. En ese pequeño lapso -completa- los profesionales tienen el tiempo necesario para decidir si volver a plató, cortar a publicidad o enfocar otro tramo de la competición. Una decisión que depende de la voluntad de la emisora en cuestión. "Los dueños de la señal, los patrocinadores y los sponsors son los que le ponen las reglas a cada cadena", advierte Benítez. Lo que condiciona que sus profesionales puedan hacer públicas más o menos libremente sus posiciones. Ser más o menos ecuánimes.
Odio o solidaridad
La doble lectura de las protestas -como violencia vs. como una expresión de solidaridad- no solo ha dividido a los platós de televisión. Cabeceras y profesionales se han posicionado en los últimos días en contra o a favor de lo que está sucediendo en los márgenes de las carreteras de La Vuelta. "No se puede exigir la paz tirando ciclistas ni lanzando insultos y odio en La Vuelta", encabezaba uno de los artículos de opinión de este miércoles del diario La Razón. Un tono que elevaban en el espacio radiofónico de la Cope, llegando a comparar las protestas con la violencia de ETA. "Lo que este país está diciendo es que no quiere que un equipo con el nombre de Israel siga paseando por las ciudades y las carreteras de muchos pueblos de España. Eso es lo que está encontrándose La Vuelta Ciclista de España, que sigue mirando para otro lado", reflexionaba, por su parte, Manu Carreño en la editorial de El Larguero, en la Ser. Respondiendo a las acusaciones de violencia: "Se ha interrumpido la etapa sin violentos, pero también eso molesta".
Iván Vázquez, BDS: "No nos van a amedrentar. Nos vemos en Madrid"
No hay ni siquiera uniformidad de opiniones dentro de la misma casa. Frente a la contundencia de Riveras, el exciclista y también comentarista de RTVE Perico Delgado ha sido blanco de numerosas críticas en redes por algunos de sus comentarios en directo. "Qué gran negocio el que haya vendido las banderas", dejaba caer con ironía en una de sus últimas conexiones. "Uno quiere protagonismo, pero esto el deporte y La Vuelta a España no lo soluciona", se pronunciaba este mismo lunes.
Mientras tanto, ni los manifestantes ni los organizadores se plantean echar el freno. Una posibilidad que este miércoles el propio sindicatos de ciclistas, el CPA, ponía por primera vez sobre la mesa. Si hay nuevos incidentes que amenacen su seguridad, no correrán más. Esta tensión que no ha hecho más que aumentar tras el anuncio del juez de la Audiencia Nacional (AN) Santiago Pedraz de la apertura de diligencias contra los convocantes de las protestas por un presunto delito de odio. Una denuncia impulsada por la asociación Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM), un conocido lobby sionista. "No nos van a amedrentar. Nos vemos en Madrid", sentencia Iván Vázquez, portavoz de BDS Madrid. Haciendo un llamamiento tanto a las asociaciones como a la sociedad civil: "Que acudan a manifestarse al paso de La Vuelta con una bandera, una kufiya o cualquier otro símbolo que muestre nuestra solidaridad con el pueblo palestino y nuestra repulsa al sportswashing del Estado genocida de Israel y a la complicidad europea".
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